Con la Navidad a las puertas, 16 familias reciben una noticia de las que marcan para toda la vida: el 15 de diciembre, la Comunidad de Madrid les comunica a 14 que quiere derribar sus viviendas de San Fernando de Henares, un municipio al este de Madrid donde el Metro ha abierto heridas incurables; y el jueves 22, cuando todo el mundo est¨¢ montando ya sus cenas de Nochebuena, les avanza a otras dos familias que ser¨¢n desalojadas. ¡°Es enormemente triste saber que ya he pasado las ¨²ltimas Navidades en un sitio en el que he crecido, donde est¨¢n mis ra¨ªces, donde me han hecho ser quien soy... y que...

Con la Navidad a las puertas, 16 familias reciben una noticia de las que marcan para toda la vida: el 15 de diciembre, la Comunidad de Madrid les comunica a 14 que quiere derribar sus viviendas de San Fernando de Henares, un municipio al este de Madrid donde el Metro ha abierto heridas incurables; y el jueves 22, cuando todo el mundo est¨¢ montando ya sus cenas de Nochebuena, les avanza a otras dos familias que ser¨¢n desalojadas. ¡°Es enormemente triste saber que ya he pasado las ¨²ltimas Navidades en un sitio en el que he crecido, donde est¨¢n mis ra¨ªces, donde me han hecho ser quien soy... y que ahora va a ser mutilado de manera injusta¡±, resume Alejandro, uno de los afectados, que forma parte de los m¨¢s de 100 vecinos que han tenido que abandonar sus hogares desde 2021 como consecuencia de las grietas, roturas y desperfectos que empezaron a aparecer en sus viviendas con la llegada del suburbano. El 29 de diciembre, muchos protestaron a las puertas de un acto de la presidenta regional, Isabel D¨ªaz Ayuso. Y el 8 de enero se manifestar¨¢n en la capital.

Todo arranca en 2007, cuando la entonces presidenta regional, Esperanza Aguirre, celebra la inauguraci¨®n de la l¨ªnea 7B, hecha a toda prisa para que se estrene justo antes de las elecciones. Desde el primer d¨ªa, las obras provocan algo parecido a un terremoto en el subsuelo: facilitan que el agua entre en contacto con la sal que entrevera el terreno, disolvi¨¦ndola y causando un corrimiento de tierras que hace que los cimientos de los edificios pierdan pie. 15 a?os despu¨¦s, ya se han derribado 27 viviendas y otras tantas est¨¢n a un paso de seguir el mismo camino, seg¨²n anunci¨® en diciembre la Comunidad, para un total de 54, seg¨²n cifras de la Administraci¨®n regional, que no concuerdan con las de la local (que dice tener constancia de 53). Como consecuencia, m¨¢s de 100 personas de 80 familias han dejado sus hogares. Y muchas siguen viviendo entre grietas, ruidos tenebrosos y el miedo permanente a que se les caiga el techo encima. En la zona cero del problema, hay pocas ganas de fiestas, villancicos y reyes magos.

¡°Solo de pensar en estas Navidades me da v¨¦rtigo¡±, dice Alejandro. ¡°Nuestra casa en breve ser¨¢ un amasijo de escombros¡±, lamenta, tras vivir lo que describe como ¡°una odisea¡±. Primero tuvo que abandonar en abril su piso, donde viv¨ªa junto a su hermano y su madre, mientras la Comunidad intentaba arreglarlo. Luego, asegura, se encontr¨® con que la Administraci¨®n, que paga el alquiler de su nueva residencia, no ten¨ªa previsto correr con los miles de euros de la garant¨ªa y los adelantos (finalmente s¨ª lo hizo). Cuenta que en la casa que encontr¨® tras mucho buscar le abrieron la puerta solo cuando la arrendataria supo de su historia, y se solidariz¨® con el drama. Y ha vivido diciembre, afirma, con la inquietud de que fuera a vencer su contrato sin que la Comunidad le hubiera comunicado, ni a ¨¦l ni al resto de afectados, que fuera a renovarlo.

¡°Se les dijo personalmente a todos que se les iba a renovar por un plazo de nueve meses¡±, puntualiza un portavoz del Ejecutivo, que mantiene reuniones peri¨®dicas con los afectados para informarles de cualquier novedad y que corre con los gastos de vivienda, manutenci¨®n o transporte de los desalojados. Sin embargo, los afectados denuncian que viven encadenados a un caos de lentas gestiones burocr¨¢ticas que se ve acentuado por la p¨¦rdida de su hogar, sus recuerdos y sus sue?os.

¡°Ya no es la situaci¨®n dram¨¢tica que pasamos, es el trato s¨¢dico que nos da la Comunidad: nos quitan la casa, nos abandonan y, cuando reconocen la culpabilidad y parece que se mueven, te hacen vivir una traves¨ªa por el desierto para tener una vivienda digna¡±, afirma Alejandro, que el 8 de enero acudir¨¢ a la manifestaci¨®n de protesta que recorrer¨¢ el tramo que separa Callao de la Puerta del Sol.

Los vecinos est¨¢n dispuestos a llegar hasta donde haga falta para defender sus derechos. Un ejemplo. 16 de noviembre. En el aeropuerto de Barajas aparece un grupo de afectados tras pegarse un madrug¨®n de ¨¦poca: se han levantado a las 3.15. Se dirigen a Bruselas, donde tienen cita con la comisi¨®n de peticiones del Parlamento Europeo. De las solapas de sus abrigos cuelga una chapa que lo dice todo: ¡°Vidas rotas¡±. Quieren denunciar su situaci¨®n. Pedir ayuda. Soluciones. Un viaje que queda resumido en un documental lleno de emociones y declaraciones alarmantes. ¡°Han jugado con la vida de trabajadores y trabajadoras¡±, concluye el eurodiputado Miguel Urban, de Anticapitalistas, seg¨²n recoge ese documental.

¡°Me resulta incomprensible c¨®mo la Comunidad permanece durante a?os negando una responsabilidad que es suya¡±, lamenta la socialista Cristina Maestre. ¡°Empat¨ªa cero, responsabilidad cero¡±, critica. ¡°Europa tiene que dar una respuesta, porque se est¨¢n vulnerando claramente los derechos de los ciudadanos¡±. ¡°Se trata de generar presi¨®n para encontrar una soluci¨®n¡±, remata Jordi Sol¨¦, representante de ERC. ¡°Estamos hablando de un caso clar¨ªsimo de mala administraci¨®n, de que no se ha procedido con la diligencia debida para solucionar la situaci¨®n (...) Los vecinos se han quedado sin vivienda y con unos apuros econ¨®micos muy grandes¡±.

Investigaci¨®n europea

Los afectados se marchan con la promesa de que recibir¨¢n en San Fernando la visita de una delegaci¨®n oficial de eurodiputados y luego reciben la notificaci¨®n de que habr¨¢ una investigaci¨®n preliminar que incluye pedirle informaci¨®n a la Comunidad y recabar m¨¢s testimonios. Pero nada contiene su desesperaci¨®n por ser v¨ªctimas de una decisi¨®n en la que no participaron y que les ha llevado a una situaci¨®n insostenible. Muchos llevan ya m¨¢s de un a?o fuera de sus casas. Vivieron en un apartotel, con todos los gastos pagados por la Comunidad. Hasta que se acab¨® el dinero y tuvieron que buscar un alquiler. Ahora, la Administraci¨®n ha anunciado que emplear¨¢ siete millones de euros para indemnizar a los que se han quedado sin casa: la cuant¨ªa m¨¢xima que se entregar¨¢ a los vecinos ser¨¢ superior a 355.000 euros, y la m¨ªnima de 136.000 euros. Todo porque un d¨ªa de 2007 el Metro lleg¨® a San Fernando.

Desde entonces, la l¨ªnea 7B acumula nueve cierres que suman m¨¢s de dos a?os sin dar servicio: las v¨ªas y el t¨²nel que las acoge se est¨¢n hundiendo poco a poco, lenta pero inexorablemente. En paralelo, el Ayuntamiento de la localidad, gobernado por el PSOE, advierte de que han aparecido grietas o afecciones en cerca de 600 edificios de 13 calles distintas.

¡°Es un problema muy grave, que afecta a toda la ciudad¡±, se queja Javier Corpa, el alcalde socialista de San Fernando, una localidad con 40.000 habitantes. ¡°La Comunidad est¨¢ realizando trabajos de asentamiento del terreno, y llevamos tiempo diciendo que no van a ser la soluci¨®n definitiva, porque es la cuarta vez que los realizan, y no han resuelto el problema en 15 a?os¡±, sigue. ¡°No se puede seguir con este maltrato¡±, a?ade. Y remata: ¡°?Ya est¨¢ bien! Son 15 a?os de machaque, de sufrimiento¡±.

La Comunidad de Madrid dice haber invertido m¨¢s de 40 millones de euros en los ¨²ltimos a?os para arreglar la situaci¨®n. Promete tambi¨¦n que invertir¨¢ m¨¢s de 120 millones ¡°para continuar con las actuaciones integrales en el municipio, cuyo objetivo es salvaguardar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos afectados por la l¨ªnea 7 de Metro¡±. Y detalla c¨®mo marchan los trabajos de consolidaci¨®n del terreno, que afectan a 10.000 metros cuadrados: desde el 13 de octubre, se han inyectado 950 metros c¨²bicos de mortero de hormig¨®n, que han llegado a unos 5.500 metros de profundidad, seg¨²n datos aportados por la Comunidad. Pero mientras tanto, y desde hace 15 a?os, el problema sigue. Tambi¨¦n en Navidad.

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