La ¨²ltima carrera de Juan Antonio, el ladr¨®n que cre¨® una banda para robar a comerciantes chinos de Madrid

La huida de Juan Antonio lleg¨® a su fin esta semana cuando conduc¨ªa por Madrid, convencido de que nada amenazaba su libertad. Un par de movimientos en zigzag, de un carril a otro, fueron suficientes para que unos agentes de la polic¨ªa municipal le dieran el alto en la calle Sor ?ngela de la Cruz. Adem¨¢s de la extra?a conducci¨®n, hab¨ªan comprobado que el Renault Clio estaba a nombre de una mujer. El hombre baja la ventanilla, ense?a su DNI, pero no cuela, es de un ciudadano de Pozuelo que se le parece. Los polic¨ªas le registran y encuentran droga. Se pone nervioso y pasa al plan b: la violencia. Intenta darse a la fuga por las calles del distrito de Tetu¨¢n. Hasta seis agentes de la polic¨ªa municipal fueron necesarios para reducir al hombre de 54 a?os, sobre el que descubrieron que pesaban tres requisitorias judiciales.

Se trataba de Juan Antonio Santoro, ciudadano nacido en Francia con nacionalidad italiana, con un sinf¨ªn de antecedentes por tenencia il¨ªcita de armas y explosivos, falsedad documental y que ya ingres¨® en prisi¨®n en 2015 por una serie de atracos a comerciantes chinos. Los juzgados madrile?os le reclamaban por sentencias firmes por otros delitos desde septiembre y hab¨ªa eludido esa obligaci¨®n hasta este viernes, cuando no pas¨® desapercibido para una patrulla.

En 2015, unas im¨¢genes de la Guardia Civil lo mostraban esposado y al lado de su hijo, entonces menor de 16 a?os, mientras los agentes registraban el chalet de Pozuelo que hab¨ªan ocupado de forma ilegal. Hab¨ªa salido de prisi¨®n hac¨ªa un a?o y su objetivo entonces fueron los ciudadanos chinos propietarios de bazares, especialmente los del Rivas Vaciamadrid.

Santoro hab¨ªa montado una banda que se dedicaba a vigilar y documentar la vida de estos empresarios, para despu¨¦s robarles. ?l y sus compinches se disfrazaban de polic¨ªas nacionales para entrar en las viviendas de los ciudadanos chinos con la excusa de que ten¨ªan que hacer una inspecci¨®n. No escatimaron en detalles para llevar a cabo sus sofisticados enga?os. La banda contaba con placas policiales, uniformes, grilletes, chalecos antibalas, pistolas, jerseys de la polic¨ªa nacional...

Una vez dentro, localizaban las llaves de la casa, de los coches y de sus negocios y colocaban c¨¢maras de seguridad para controlar cu¨¢ndo iban a poder entrar si encontrar a los inquilinos o cu¨¢ndo estaban dormidos. Cuando encontraban el momento id¨®neo, acced¨ªan a los negocios y las casas con un detector de metales para localizar objetos de valor con rapidez y efectividad. Con este mecanismo se hicieron con, al menos, 250.000 euros y varios veh¨ªculos.

Este viernes, al ponerse nervioso, lleg¨® a agredir a los agentes e hiri¨® a uno en la cara y a otro en las piernas. Pero no le sirvi¨® de nada. Los agentes acabaron llev¨¢ndolo a la comisar¨ªa, comprobaron que la identificaci¨®n que hab¨ªa mostrado correspond¨ªa a un ciudadano que denunci¨® su p¨¦rdida en 2021 y ¨¦l se quit¨® la careta y reconoci¨® qui¨¦n era y que ten¨ªa cuentas pendientes con la justicia. As¨ª se cierra un nuevo cap¨ªtulo de su carrera criminal.

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