Tras el r¨®tulo estridente que escandaliza en Madrid: ?qui¨¦n protege la est¨¦tica de la ciudad?
Urbanistas, arquitectos y defensores del patrimonio denuncian que la vigilancia del Ayuntamiento para conceder permisos de publicidad deber¨ªa ser m¨¢s exhaustiva
Todo ha ocurrido en cuatro actos. La empresa Factory Colch¨®n inaugura una tienda ¨Den total hay 17 en Madrid¨D en el n¨²mero 300 de la calle de Bravo Murillo, en el distrito de Tetu¨¢n. Los vecinos se percatan de que hay un nuevo local en el barrio y de que la fachada del edificio, datado en 1925 y de estilo neomud¨¦jar, ya no es gris jaspeado, sino verde y naranja fosforito. Las cr¨ªticas se suceden y varios colectivos vecinales presentan una queja al Ayuntamiento, porque se trata de un inmueble protegido y alterar su imagen incumple la ordenanza municipal que regula la publicidad exterior. Una inspecci¨®n obliga a la empresa a repintar las paredes del color original. Pero no termina ah¨ª la funci¨®n. Lo mismo ocurre en dos locales m¨¢s, en las calles de San Bernardo y de Santa Engracia. En redes sociales, los usuarios se preguntan qu¨¦ pasa con otros edificios, sobre todo los no protegidos. Urbanistas, arquitectos y defensores del patrimonio piden m¨¢s vigilancia para preservar la est¨¦tica urbana de Madrid.
¡°La normativa est¨¢ bien redactada, pero tiene fallos. Algunas arquitecturas gozan de demasiada protecci¨®n y en otras es todav¨ªa escasa¡±, apunta Pablo Olalquiaga, vicedecano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM). En la capital, no existe per se un organismo de protecci¨®n de la imagen de calles, edificios, comercios, plazas y parques, algo as¨ª como una instituci¨®n de la belleza urbana. Por un lado, est¨¢ la Ordenanza Reguladora de la Publicidad Exterior, aprobada en 2009 y que incumpl¨ªa Factory Colch¨®n. En concreto, el art¨ªculo 9.2, donde se especifica qu,e en los elementos protegidos, las acciones publicitarias deben estar integradas en el ¡°ambiente urbano¡±, armonizadas con el entorno y no interferir en el bien protegido.
Para vigilar si la ordenanza se cumple o no, y tramitar las licencias, est¨¢ la Agencia de Actividades, que depende del ¨¢rea de Desarrollo Urbano. Pero basta un paseo por las calles m¨¢s emblem¨¢ticas de la ciudad ¨Dlas que rodean la plaza Mayor, la puerta del Sol, Atocha o Gran V¨ªa, entre otras¨D, para corroborar que los carteles de colores chillones y las tipograf¨ªas de lo m¨¢s variopinto est¨¢n por todas partes.
¡°Administrativamente, todo est¨¢ muy regulado, pero en la realidad, la gente hace lo que le da la gana y sin pedir los permisos¡±, cuenta Myriam Pe¨®n, gerente del organismo municipal. Actualmente, la agencia cuenta con 10 inspectores para controlar toda la actividad econ¨®mica de Madrid. ¡°Supervisar las fachadas una a una es imposible. Si tuvi¨¦ramos inspectores mir¨¢ndolo todo al dedillo ser¨ªa estupendo, pero no los tenemos. Quien quiere abrir un negocio, sabe lo que tiene que hacer porque la norma y los requisitos son p¨²blicos¡±, explica Pe¨®n.
Y mientras en el BIC m¨¢s emblem¨¢tico de la ciudad todo sigue igual...@ALevySoler https://t.co/aD0MmPCpuL pic.twitter.com/1slrqf4EY9
— AV Residentes de la Plaza Mayor de Madrid VPMMAD (@VPmmad) January 19, 2023
Luego est¨¢ el Plan General de Ordenaci¨®n Urbana de Madrid (Pgoum), que data de 1997 y que recoge las normas urban¨ªsticas de la ciudad. Tambi¨¦n incluye el Cat¨¢logo de Edificios Protegidos, divididos seg¨²n el grado de protecci¨®n: del nivel uno, el menor, al tres, el m¨¢ximo, que es el que corresponde al de Bravo Murillo. Cualquier actuaci¨®n sobre estas construcciones requiere el visto bueno de la Comisi¨®n para la Protecci¨®n del Patrimonio Hist¨®rico, Art¨ªstico y Natural del Ayuntamiento. Hasta aqu¨ª el amparo municipal. El regional, expuesto en la Ley de Patrimonio Hist¨®rico de la Comunidad de Madrid, incluye una cuarta categor¨ªa que concede la m¨¢xima protecci¨®n: Bienes de Inter¨¦s Cultural (BIC). Las intervenciones sobre esta clase de inmuebles dependen del Gobierno regional. Pero, ?se puede hacer m¨¢s por mimar la imagen de las calles de Madrid? Los expertos consultados coinciden en que s¨ª, pero que ser¨ªa necesario invertir en personal y revisar las normativas.
¡°El patrimonio, que incluye el dise?o urbano, tiene que ser algo que acuerde tambi¨¦n la ciudadan¨ªa. Es un error pensar que solo lo pueden escoger las instituciones, al margen de lo que quieran quienes lo viven y disfrutan¡±, defiende Alicia Torija, vocal en el consejo Regional de Patrimonio Hist¨®rico de la Comunidad y diputada de M¨¢s Madrid en la Asamblea. Olalquiaga coincide: ¡°El respeto al pasado no puede negar la modernidad, que tambi¨¦n tiene su impronta en el paisaje urbano. Muchas buenas arquitecturas del siglo XX deber¨ªan entrar en el cat¨¢logo¡±.
El cat¨¢logo de inmuebles protegidos no se ha revisado desde su confecci¨®n, hace 25 a?os, aunque el pasado verano el Ayuntamiento propuso una ampliaci¨®n para incluir 738 nuevos edificios, muchos de ellos de arquitectura industrial o moderna. ¡°Pero sigue anticuado. Lo intentan renovar y lo hacen con los mismos criterios que hace a?os. Un parque, una pintada, una azulejer¨ªa¡ todo eso tambi¨¦n es patrimonio que se debe proteger¡±, a?ade Torija.
Ambos consideran que el control de los permisos que se conceden deber¨ªa ser m¨¢s exhaustivo. ¡°Muchas cosas se hacen por declaraci¨®n responsable, sin inspecci¨®n posterior¡±, critica Antonio Giraldo, ge¨®grafo y urbanista. En este documento, el interesado certifica, bajo su responsabilidad, que cumple con los requisitos expuestos en la normativa. El Ayuntamiento no comprueba las declaraciones a no ser que exista una denuncia expresa, como ocurri¨® en Bravo Murillo o San Bernardo, indica Giraldo, que tambi¨¦n es coordinador del ¨¢rea de Sostenibilidad de la CEF-PSOE.
Si el edificio est¨¢ protegido, explica la gerente de la Agencia de Actividades, la declaraci¨®n responsable ¡°debe tener el s¨ª de la comisi¨®n de patrimonio, si no la declaramos ineficaz¡±. El problema est¨¢ en todo lo dem¨¢s, en lo no protegido, insiste Giraldo: ¡°No existe otra figura que armonice o determine qu¨¦ se puede hacer en estos edificios, y muchas veces es dif¨ªcil cambiar lo que ya est¨¢ hecho¡±.
Una ¡°ciudad maltratada¡±
¡°Madrid es ind¨®mita y con muy poco respeto por lo que tiene. Es falta de cultura, pero tambi¨¦n inacci¨®n de los organismos municipales. Sobre el papel mucho no se permite, pero en la pr¨¢ctica s¨ª¡±, denuncia tambi¨¦n Amparo Berlinches, presidenta de la asociaci¨®n Madrid, Ciudadan¨ªa y Patrimonio. Alberto Teller¨ªa, arquitecto y miembro de la organizaci¨®n, coincide en que la vigilancia deber¨ªa ser mayor, para evitar el ¡°descontrol¡±: ¡°En la ciudad s¨ª hay una est¨¦tica propia, que ser¨ªa reconocible si no estuviera maltratada. Es una erosi¨®n progresiva¡±. Pone como ejemplo la plaza de Jacinto Benavente, que muchos han definido como la m¨¢s fea de la ciudad. O la Gran V¨ªa: ¡°No hay un solo edificio que no haya perdido estructuras, parte de la fachada, remates... Es poco a poco y no nos damos cuenta, pero con el tiempo el valor de las construcciones se diluye¡±.
?La soluci¨®n? Tomar medidas a futuro, porque recuperar lo que se ha perdido y aspirar a la homogeneidad es muy complicado e incluso ut¨®pico, cree Teller¨ªa. Una de sus propuestas ser¨ªa conformar una ¡°oficina del color¡±, cuya tarea fuera decidir c¨®mo se pinta un edificio o parte de ¨¦l, para adecuarlo a los tonos de la zona y a los colores originales del inmueble. ¡°Un organismo as¨ª har¨ªa que la ciudadan¨ªa entendiera el valor que gana una calle, y la ciudad entera, cuando mejora est¨¦ticamente¡±.
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