La cita en el karaoke de Usera para sellar la paz que acab¨® con cuatro apu?alamientos y un asesinato
Un ciudadano chino se enfrenta a m¨¢s de 20 a?os de prisi¨®n por matar a un compatriota tras una discusi¨®n en el local en el que hab¨ªan quedado para solucionar un conflicto anterior
La cita era de madrugada, en el karaoke Hassel. Un local situado en un garaje del barrio de Usera, el chinatown madrile?o, con las ventanas tapiadas y un n¨²mero en cada mesa. Era 17 de marzo de 2018. Chao hab¨ªa recibido un mensaje del hermano de un compatriota con el que hab¨ªa tenido un encontronazo en otro bar en Legan¨¦s el d¨ªa anterior. Le propuso verse en ese karaoke para tratar de solucionar las cosas y que el problema no fuera a m¨¢s. Al fin y al cabo se conoc¨ªan, frecuentaban los mismos sitios y era mejor para todos poner paz. Pero algo pas¨® en esa mesa llena de botellines de cerveza cuando el reloj marcaba las 3.23, algo se torci¨® muy pronto en esa conversaci¨®n y el joven que en ese momento ten¨ªa 23 a?os acab¨® apu?alando a cuatro de ellos. Uno no sobrevivi¨®. As¨ª empez¨® la huida de Chao.
Esa misma noche escap¨® de Madrid. Primero pas¨® por la casa de una hermana en la que viv¨ªan varios trabajadores de los restaurantes de la familia, para limpiarse y curarse las heridas. Despu¨¦s dej¨® a uno de sus amigos en Atocha y se esfum¨®. El seguimiento del m¨®vil que obtendr¨ªa la polic¨ªa despu¨¦s muestra que pocas horas despu¨¦s estaba abandonando Madrid en coche. Mientras ¨¦l se alejaba del karaoke a marchas forzadas, un hombre yac¨ªa en el suelo, junto a una mesa, con una pu?alada bajo el pez¨®n izquierdo y una toracotom¨ªa que llevaron a cabo los sanitarios del Samur para tratar de salvarle la vida. Uno de los heridos sufri¨® una evisceraci¨®n y otro m¨¢s un corte profundo en el costado que afect¨® al bazo. Un cuarto ten¨ªa incisiones en las manos, como resultado de haberse defendido. El karaoke situado en un callej¨®n sin salida era un aut¨¦ntico caos cuando llegaron los primeros polic¨ªas y los sanitarios. Algunos de los heridos hab¨ªan logrado salir hasta la avenida y llamar la atenci¨®n de una patrulla de polic¨ªas municipales.
Aquella noche tr¨¢gica la revivieron en la Audiencia Provincial hace unas semanas los agentes que investigaron y los implicados en la pelea que acab¨® de forma letal. Acompa?ados de un int¨¦rprete de chino y frente a un jurado popular, los amigos de Chao y los miembros del grupo contrario relataron c¨®mo se prepar¨® esa cita y qu¨¦ sucedi¨® en esos pocos minutos de descontrol. Tambi¨¦n habl¨® el acusado. ¡°El d¨ªa anterior hab¨ªamos tenido una pelea porque ellos hab¨ªan bebido mucho y se hab¨ªan metido con mi novia. En la pelea golpeamos un coche, as¨ª que me llamaron al d¨ªa siguiente para solucionarlo¡±, cont¨® Chao a trav¨¦s de su int¨¦rprete. Al acabar su breve declaraci¨®n, se sent¨® junto a su letrado y se toc¨® la frente, como sec¨¢ndose el sudor. El abogado reconfort¨® con un toque de mano a su cliente, que afronta hasta 20 a?os de prisi¨®n.
Los investigadores del grupo VI de Homicidios interrogaron a todos los implicados, pero no todos lo pusieron f¨¢cil. El hermetismo era la normal general. La novia de Chao, Liu Liu, lleg¨® a decir a los polic¨ªas que solo le conoc¨ªa de vista. En el juicio, la declaraci¨®n de uno de los j¨®venes amigo del fallecido fue recusada al considerar que no estaba diciendo la verdad sobre lo que recordaba de aquella noche. Su testimonio estuvo plagado de: ¡°No me acuerdo¡±. Es al que varios testigos apuntan como el que inici¨® la pelea con desenlace fatal al romper una botella de cerveza a Chao en la cabeza. As¨ª se ve tambi¨¦n en las c¨¢maras de grabaci¨®n del karaoke que esa noche registraron el encontronazo. Otra de las v¨ªctimas esa noche describi¨® en chino el encuentro y cuando le interrogaron por sus heridas trat¨® de balbucear nervioso en espa?ol que vio c¨®mo el cuchillo se dirig¨ªa a su pecho.
Una prueba clave
Ese v¨ªdeo de apenas dos minutos es fundamental para entender la rapidez con la que sucedi¨® todo. Chao llega con dos amigos al encuentro con el hermano de la persona que el d¨ªa anterior hab¨ªa protagonizado el enfrentamiento en Legan¨¦s. Se sientan en la misma mesa, unos frente a otros. El hermano que ha organizado la cita pregunta que qui¨¦n es Chao y le indica que se siente ¨¦l en el centro, frente a ¨¦l. Se produce un breve intercambio de palabras y le estampa al acusado una botella en la cabeza. En ese momento, el agredido saca un cuchillo y empieza a apu?alar, mientras el resto de participantes en la pelea tambi¨¦n agarran lo que tienen a mano para atacar: botellas y alg¨²n palo. La v¨ªctima mortal, de 26 a?os y padre de dos hijos, era uno m¨¢s del grupo, no estaba llevando la voz cantante en la discusi¨®n.
No todos los implicados fueron herm¨¦ticos. Uno de los amigos de Chao, que esa noche le acompa?aba en el local de Usera, se present¨® al d¨ªa siguiente del homicidio frente a unos agentes de polic¨ªa que estaban en un puesto de vigilancia en la estaci¨®n de Atocha para contarles que el d¨ªa anterior hab¨ªa estado presente en una pelea, pero que ¨¦l no hab¨ªa hecho da?o a nadie. Todo esto, sin hablar espa?ol, con un balbuceo en italiano y con ayuda del traductor del tel¨¦fono m¨®vil. ¡°No paraba de repetir: ¡®morto¡¯ (muerto en italiano)¡±, record¨® uno de los agentes en la vista oral. Este testigo, que tambi¨¦n compareci¨® en el juicio, incluso lleg¨® a ense?ar a los polic¨ªas el abono transporte de Chao que ten¨ªa porque ¨¦l se lo hab¨ªa prestado para moverse por Madrid, ya que esos d¨ªas este joven solo estaba de visita.
Chao se entreg¨® en 2021. Su abogado ofreci¨® al jurado una explicaci¨®n: ¡°Ten¨ªa miedo de la c¨¢rcel, ¨¦l ten¨ªa la idea de una prisi¨®n en la que te rapan, te encierran y te torturan¡±. El acusado a?adi¨® que fue su madre la que le convenci¨® para entregarse a la justicia: ¡°Me dijo que si viv¨ªa fugado nunca podr¨ªamos tener una vida normal y vernos¡±. Ahora comienza de verdad esa nueva vida. Los nueve hombres y mujeres del jurado le encontraron culpable de asesinato, al considerar que Chao acudi¨® aquella noche al karaoke con intenci¨®n homicida. Escuch¨® el veredicto de boca de su int¨¦rprete. El juez dictar¨¢ pronto una sentencia que podr¨ªa condenarle a m¨¢s de 20 a?os en prisi¨®n por sus minutos letales en el karaoke.
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