Ossorio, presidente de la Asamblea, a los diputados de M¨¢s Madrid: ¡°Son imposibles, viven en un mundo paralelo, c¨¢llense¡±

Da igual que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel D¨ªaz Ayuso, se ausente del pleno de la Asamblea por un viaje al congreso del PP Europeo en Bucarest (Ruman¨ªa). Tambi¨¦n sin ella, el Parlamento regional se llena la ma?ana de este jueves de gritos, aspavientos, gestos y ofensas cruzadas cuando la consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, Ana D¨¢vila, se enfrenta a una pregunta sobre las residencias, donde 7.291 personas murieron durante lo peor de la pandemia. La interroga Emilio Delgado, de M¨¢s Madrid. Y saltan las chispas, porque la consejera acusa al exvicepresidente Pablo Iglesias de haber dejado abandonados a esos centros, pese a que hasta el Ejecutivo madrile?o reconoci¨® en su momento que la competencia era auton¨®mica, y tambi¨¦n a Yolanda D¨ªaz, entonces ministra de Trabajo y Econom¨ªa Social. Tan grande es el guirigay que el presidente de la C¨¢mara, Enrique Ossorio (PP), estalla, y se dirige contra la bancada de M¨¢s Madrid, acus¨¢ndola de interrumpir a la interviniente. Como si fueran los ¨²nicos en la jaula de grillos del hemiciclo.

¨D?Cuando habla un diputado, el resto de diputados callan! ?Callan! ?Son ustedes imposibles! Son ustedes imposibles¨D, repite Ossorio, toda una rareza en un pol¨ªtico de formas exquisitas y natural contenido.

¨DViven en un mundo paralelo ?Dejen hablar a la se?ora consejera! ?No interrumpan! ?Si no tienen argumentos, pues c¨¢llense! ?Ustedes gritan porque no tienen argumentos, no puede ser! ?C¨¢llense, por favor!¨D.

D¨¢vila sigue entonces su intervenci¨®n con un fuerte runr¨²n de fondo, igual que al veraneante le acompa?a constantemente el ruido de las olas en la playa, porque lo que se escucha revuelve a parte de los diputados de M¨¢s Madrid, inquietos en sus esca?os, desde donde gesticulan, protestan y zapatean.

¨DNos ha atribuido la responsabilidad de la gesti¨®n de las residencias, cuando era obviamente de la Comunidad de Madrid¨D, pide la palabra Delgado, escandalizado por lo que ha o¨ªdo.

¨DEs mentira. Es una afirmaci¨®n falsa¨D, insiste, sin que Ossorio lo deje hablar, por lo que es llamado al orden dos veces, como luego su compa?ero de filas, Pablo Padilla. Ambos, por lo tanto, quedan amenazados de expulsi¨®n.

¨DLa ¨²nica expresi¨®n es que ustedes son imposibles. Imposibles¨D, cierra Ossorio mientras parte de los diputados de M¨¢s Madrid empiezan a abandonar el pleno y su l¨ªder, Manuela Bergerot, mira hacia atr¨¢s como quien intenta sujetar a sus esca?os al grueso del grupo, impidiendo la desbandada generalizada. Un gesto que no sirve de nada.

¨D?Son ustedes unos maleducados! ?Unos maleducados!¨D, les suelta la siguiente interviniente del PP a los diputados de M¨¢s Madrid, indignada, y dispuesta a subrayar su enfado apagando el micr¨®fono como quien participa en un combate de pesos pesados de boxeo. ¡°Se lo vuelvo a repetir, maleducados¡±.

El rifirrafe vuelve a demostrar que no hay ning¨²n tema que altere m¨¢s al PP de Ayuso que el de su gesti¨®n de las residencias en la pandemia. Aunque el partido argumenta que la mayor¨ªa absoluta lograda en mayo de 2023 valida todo lo hecho, la realidad es que el fantasma de la pol¨¦mica le persigue una y otra vez. Porque m¨¢s de 7.000 residentes fallecieron en lo peor de la pandemia como resultado de unos protocolos de triaje que impidieron su traslado a hospitales. Ese veto fue m¨¢s intenso entre el 9 de marzo y el 5 de abril de 2020 y especialmente significativo entre el 16 y el 29 de marzo. Conforme los hospitales liberaron camas, los geriatras dejaron de actuar de filtro y los residentes enfermos volvieron a ser admitidos, aunque esa situaci¨®n vari¨® de un hospital a otro. Y esa herida no cierra nunca.

Por eso hay d¨ªas en los que Ayuso, el rostro demudado, deja titulares al respecto: ¡°Est¨¢n a un paso de acusarnos de genocidio¡±; los ancianos ¡°no se salvaban en ning¨²n sitio¡±; o fallec¨ªan ¡°tanto o m¨¢s en los hospitales¡±. Jornadas en las que el PP intenta callar a los representantes de los ancianos fallecidos cuando son invitados a hablar en la C¨¢mara. Y ma?anas como la de este jueves, en las que el pleno se llena de gritos para acallar la pol¨¦mica de las residencias. Pero no solo.

Porque al poco, en un debate sobre las condecoraciones de la Comunidad de Madrid, vuelven a estallar los choques, y Hugo Mart¨ªnez Abarca, de M¨¢s Madrid, acaba expulsado del pleno por pedir desde su esca?o que dimita Ossorio.

¡°Ha sido expulsado de la C¨¢mara por la incapacidad, parcialidad e intento de amordazar a la oposici¨®n del presidente de la C¨¢mara¡±, protesta Bergerot, la l¨ªder de la oposici¨®n. ¡°Est¨¢n muy mal acostumbrados¡±, avisa. ¡°Creen que pueden insultar, y que nosotros vamos a estar callados. No nos van a callar sobre las residencias ni la corrupci¨®n. Nunca¡±.

As¨ª le contesta Ossorio, en abierta contradicci¨®n con sus palabras previas: ¡°No se pide que se callen, se pide que est¨¦n con educaci¨®n, respetando la cortes¨ªa parlamentaria¡±. Ausente Ayuso, los diputados de Madrid siguen pele¨¢ndose hasta que acaba su jornada.

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