Taylor Swift no entusiasma a los vecinos del Bernab¨¦u: ¡°Esto es insoportable¡±
La artista rebasa un barrio cansado de los conciertos y que pide medidas al club y al Ayuntamiento
Taylor Alison Swift tiene 34 a?os y naci¨® en Pensilvania. Jos¨¦ Audision tiene 25 y naci¨® en C¨®rdoba, Argentina. La primera llenar¨¢ dos bernab¨¦us, dar¨¢ 150 conciertos en cinco continentes y es la artista m¨¢s escuchada en Spotify y el segundo aspira a poder pagar el alquiler gracias a la m¨²sica. Pero ambos comparten este mi¨¦rcoles el hotel Villa Magna de Madrid. Ella en la suite de 400 metros cuadrados y 25.000 euros la noche y ¨¦l en la calle, apoyado en un ¨¢rbol.
Taylor Swift es hija de Scott y Andrea Swift y ¨¦l de Marcelino y Carlota. El padre de los Swift ejerci¨® hasta 2019 como vicepresidente en Merrill Lynch, uno de los bancos de inversi¨®n m¨¢s importantes de Wall Street. Su madre, Andrea, fue directora de marketing en una agencia de publicidad, y sus conocimientos fueron fundamentales para dar forma a un producto musical que comenz¨® cuando Taylor ten¨ªa cuatro a?os y sus padres le regalaron una guitarra.
A Jos¨¦, tambi¨¦n sus padres lo ayudaron desde que, siendo ni?o, le regalaron una flauta y lo apuntaron en su C¨®rdoba natal a una escuela con clases de m¨²sica. As¨ª que, con la seguridad de quien comparte un pasado com¨²n, dice sobre la estadounidense: ¡°Es un personaje ¨²nico. No hay nadie como ella. Admiro mucho su capacidad de trabajo¡±. Si el mundo fuera justo, alguien deber¨ªa dar una oportunidad a este chico que lleva varias horas en la puerta y que saluda entusiasta a los veh¨ªculos con cristales oscuros que salieron del Villa Magna hasta que se dio cuenta de que ¡°Bienvenida, eres la mejor¡± era, en realidad, un tipo con aspecto de jeque ¨¢rabe haciendo negocios en Madrid.
Menos entusiastas estaban en el n¨²mero 11 de la calle Rafal Salgado. El son¨®metro de EL PA?S marc¨® m¨¢s de 87 decibelios en un sal¨®n ya muy cabreado despu¨¦s de m¨¢s de 30 horas de conciertos en el ¨²ltimo mes. ¡°Hoy han tapado las aperturas que hay en la parte alta del estadio¡±, dice se?alando unas telas negras sobre el imponente plateado del Bernab¨¦u, Mar¨ªa L¨®pez, vecina del estadio. Tan vecina que desde el sexto piso casi se puede tocar la imponente mole plateada. ¡°Pero esto es insoportable¡±, a?ade cerrando la ventana. Este mi¨¦rcoles y jueves y el matrimonio tendr¨¢n que teletrabajar los dos d¨ªas debido a que es muy complicado entrar y salir de la zona.
Desde la madrugada comenzaron a llegar al Bernab¨¦u los 65.000 peregrinos del pop para el primer concierto, de los dos, que ofrecer¨¢ la artista estadounidense. Durante todo el d¨ªa caminaron junto al estadio grupos de adolescentes nacidos en Toledo, en M¨¢laga o en Aranjuez que parec¨ªan reci¨¦n salidos de un rodeo en Nashville. Faldas de lentejuelas, botas texanas y sombreros de cowboy para escuchar a la artista m¨¢s global del momento, que comenz¨® la gira en marzo de 2023 en Arizona, viene de cantar en Lisboa y terminar¨¢ en diciembre en Vancouver.
Mientras los alrededores del Bernab¨¦u son una olla en ebullici¨®n, tambi¨¦n lo son los despachos en los que se hablaba del coliseo blanco. A esa hora de la tarde, el Ayuntamiento de Madrid anunciaba que todos los conciertos celebrados hasta ahora en el estadio hab¨ªan superado los l¨ªmites sonoros y ser¨¢n sancionados. El delegado de Urbanismo, Borja Carabante, a pocas horas de que arrancara el concierto, matiza que las sanciones ser¨¢n para los promotores ¡°porque son ellos quienes solicitan las autorizaciones¡±. Carabante, sin embargo, advirti¨® que el Real Madrid, como propietario, no puede permanecer ¡°ajeno¡± a los problemas de convivencia que est¨¢ generando el ruido. La primera medida que tom¨® el club el martes fue poner unas enormes lonas negras.
Seg¨²n el Ayuntamiento, las sanciones ¡°muy graves¡± alcanzar¨¢n los 20.000 euros. ¡°De qu¨¦ nos sirven las sanciones en un negocio que mueve tanto dinero¡±, lamenta Mar¨ªa L¨®pez, sentada en un sal¨®n desde el que puede tararear cada canci¨®n cuando el son¨®metro marca 71 dB con la ventana cerrada. En este barrio, quien m¨¢s quien menos, ya todos tienen un son¨®metro en casa y hablan de decibelios como quien habla de los goles del Real Madrid.
Seg¨²n la Ordenanza de Protecci¨®n Contra la Contaminaci¨®n Ac¨²stica, el m¨¢ximo permitido de emisiones al exterior durante la noche (19.00 a 23.00 ) no puede superar los 58 dB. En horario de ma?ana o tarde el l¨ªmite aumenta a los 63 dB. Sin embargo, las mediciones de sonido no tienen una evoluci¨®n lineal, sino exponencial, o sea cada 3 dB se duplica el nivel de ruido. Pasar de 55 dB a 85 dB supone aumentar 10 veces lo permitido. En una discoteca con la puerta cerrada el volumen es de 95 dB. Paradojas de la vida, de alguna forma Taylor Swift canta en casa. Su padre, vicepresidente de Merril Lynch, form¨® parte del equipo financiero que, junto a JP Morgan, concedi¨® al Madrid el cr¨¦dito de 575 millones de euros para las obras del estadio.
Una de las chicas que ha llegado al estadio Bernab¨¦u con el deseo de lucir como la artista es Paula Ramos. ¡°Me inspir¨¦ en una de las eras, que es The Tortured Poets Department¡±, explica la joven de 22 a?os, que luce un vestuario blanco impoluto, compuesto de unas botas cowboy de Bershka, una falda corta ¡°que ten¨ªa en casa¡±, un conjunto de Shein ¨Dque incluye un top y unas mangas sueltas que dejan libre los hombros¨D, pendientes de cristales y dos piedras de corazones en el borde de cada ojo. La apariencia es importante, pero ser swiftie es principalmente ¡°un sentimiento¡±, aclara esta seguidora que ha viajado desde Canarias para quien el sol abrasador del medio d¨ªa no representa mayor incomodidad.
Cuatro horas antes que arrancara el concierto, tambi¨¦n la Delegaci¨®n del Gobierno de Madrid se re¨²ne con las principales asociaciones que protestan contra la idea de que el samb¨®dromo blanco se repita una semana y otra tambi¨¦n. Los tres vecinos, que eran tranquilos jubilados hace solo unos meses, expresan su temor a un atentado o que el Bernab¨¦u se convierta en un potencial peligro de seguridad desde que la zona est¨¢ en el punto de mira de los grandes espect¨¢culos del mundo, de reguet¨®n a la NFL.
Cuando Taylor Swift dice ¡°buenas noches, Madrid¡± y el estadio ruge con la artista country, el son¨®metro marca 80 Db en la calle Concha Espina. Mucha gente ocupa las terrazas cercanas para escuchar un concierto que se intuye desde el exterior, pero bien sentado y con una ca?a delante. Quienes intentan dormir se revuelven en la cama una noche m¨¢s.
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