Bomberos en tierra de nadie y en huelga de hambre: ¡°Prefiero morir a renunciar¡±
Charles y Rub¨¦n duermen frente al consistorio de Legan¨¦s hasta que se resuelva el embrollo laboral que se gener¨® cuando su cuerpo fue transferido a la Comunidad de Madrid
Las se?oras mayores y los bomberos comparten la sombra que proporciona un casta?o de indias frente al Ayuntamiento de Legan¨¦s (Madrid). Es el lugar en el que ellas siempre pasan un ratito de sus ma?anas y, desde el mi¨¦rcoles 29, cuentan con estos dos acompa?antes inusuales. Son Charles Rodr¨ªguez y Rub¨¦n Agudo, dos bomberos en huelga de hambre, tal y como se lee en el cartel que han colgado del ¨¢rbol que les da cobijo. El consistorio ya no cuenta con un cuerpo municipal desde que hizo el traspaso de este servicio a la Comunidad de Madrid, y estos dos efectivos, que no firmaron las nuevas condiciones en su momento, quedaron en una especie de limbo que ahora el equipo municipal trata de desenredar. Mientras tanto, ellos pasan largas horas acompa?ados de las amables se?oras de Legan¨¦s. Dos vidas suspendidas por la burocracia.
Hay que remontarse a 2017 para entender c¨®mo se ha llegado a esta huelga bajo el casta?o. En ese a?o, la Comunidad de Madrid pone en marcha un plan para unificar bajo su paraguas a todos los parques de bomberos municipales que hay en la regi¨®n. Este proyecto no incluye a los de la capital. En un primer momento, se hace con Alcobendas, Alcal¨¢ y Getafe. En 2020 llega el turno de Legan¨¦s. En junio, el consistorio, entonces socialista, pone en marcha el proceso administrativo para ceder su parque al Gobierno regional.
En un primer momento, los bomberos municipales votan en contra de esta modificaci¨®n, pero poco a poco van cambiando de opini¨®n y acaban mostr¨¢ndose favorables a firmar el nuevo convenio. Charles y Rub¨¦n no lo suscriben. El padre del primero estaba en aquel momento enfermo de c¨¢ncer, muy grave ya, y necesitaba los cuidados de su hijo. ¡°Todo esto me pill¨® cuando yo estaba volcado en atenderle y aun as¨ª yo ped¨ª informaci¨®n sobre qu¨¦ condiciones implicaba ese cambio y la firma de ese nuevo convenio, pero nunca las recib¨ª¡±, explica.
En octubre de 2020 se hizo efectivo el traspaso. ¡°Estamos aqu¨ª para alcanzar ese horizonte deseado que incluye solo dos cuerpos, el de la Comunidad de Madrid y el del Ayuntamiento de Madrid. Tenemos un pelda?o m¨¢s con la incorporaci¨®n de este parque muy bien dotado¡±, dijo el entonces consejero de Justicia, Enrique L¨®pez, quien desliz¨® que el parque era ¡°antiguo pero modernizado¡±. Con este sistema de adhesiones, el Gobierno asegura que la regi¨®n tiene m¨¢s efectivos que nunca, pero los sindicatos aseguran que esto es una trampa, porque la Administraci¨®n de Ayuso vende como aumento del personal lo que es una absorci¨®n de puestos ya existentes. El Sindicato de Bomberos tambi¨¦n denunci¨® hace un mes que ocho de los 21 parques regionales, entre los que se encuentra Legan¨¦s, est¨¢ en un estado ¡°insostenible¡± y ¡°notificado a la Inspecci¨®n de Trabajo¡±.
Por aquel entonces, Rub¨¦n dispon¨ªa de una incapacidad permanente revisable, que finaliz¨® en enero de 2021, cuando le lleg¨® una notificaci¨®n de la seguridad social en la que se le informaba de su alta m¨¦dica. ¡°Me dirig¨ª al ayuntamiento para volver al trabajo y fue cuando me indicaron que mi plaza de bombero ya no exist¨ªa y que hablara con la Comunidad de Madrid¡±, indica. As¨ª lo hizo, y entre las dos administraciones se pasaron la pelota hasta que concluyeron que, legalmente, Rub¨¦n segu¨ªa dependiendo del consistorio. ¡°Entonces me se?alaron que me ten¨ªa que incorporar como administrativo. Me pusieron delante un papel que firm¨¦ aconsejado por mi abogado¡±, apunta. En agosto de ese a?o le concedieron de nuevo una baja por motivos psicol¨®gicos.
Entonces empez¨® su periplo judicial y demandaron a la Comunidad de Madrid por fraude de ley, ya que alegan que el convenio por el que se traspasa la competencia se basa en que el consistorio no puede hacerse cargo del servicio. Una sentencia le dio la raz¨®n en primera instancia, pero el Tribunal Superior de Justicia de Madrid se la revoc¨® y lo dej¨® sumido a¨²n m¨¢s en el vac¨ªo en el que lleva flotando casi tres a?os. Charles tambi¨¦n interpuso una demanda en su d¨ªa, pero el juicio se ha retrasado en dos ocasiones por diversos motivos.
¡°Nos han ofrecido ser barrenderos o conductores, pero es que nosotros elegimos ser bomberos y tenemos nuestra plaza. Prefiero morir antes que renunciar. Si me tienen que llevar al hospital, en cuanto salga volver¨¦ a instalarme aqu¨ª¡±, asegura Charles, muy tajante. ?l est¨¢ desde 2021 en una situaci¨®n de excedencia forzosa, por lo que cobra 700 euros. ¡°Vend¨ª una casa que ten¨ªa en Tenerife, donde estuve viviendo hace a?os, y ahora mis hermanas y yo hemos vendido la de mis padres, en la que yo me estaba quedando desde que me separ¨¦. Ahora mi casa es la plaza del ayuntamiento¡±, a?ade. El bombero alega adem¨¢s que, en otros municipios, s¨ª que se ha permitido a algunos trabajadores permanecer bajo la gesti¨®n municipal.
En medio de este embrollo, est¨¢n el Ayuntamiento de Legan¨¦s y la Comunidad de Madrid. M¨¢s bien el primero, porque ambas administraciones coinciden en poner el peso de la responsabilidad en el municipio. Un portavoz de la Consejer¨ªa de Interior aduce que el Gobierno auton¨®mico llev¨® a cabo esta integraci¨®n hace tres a?os sin ning¨²n problema con los otros 72 bomberos que s¨ª se integraron y que si hubo dos que no firmaron, es algo que se escapa a su competencia y que est¨¢n fuera de plazo. En este momento, no entra en sus planes incorporarlos a sus filas.
El alcalde actual, el popular Miguel ?ngel Recuenco, reconoce en conversaci¨®n telef¨®nica con EL PA?S que est¨¢n estudiando los ¡°cauces legales posibles¡± para buscar una posible soluci¨®n, sin entrar en detalles. S¨ª insiste en que todo esto es una ¡°herencia envenenada¡± del anterior equipo municipal socialista.
Y as¨ª siguen Charles y Rub¨¦n, a la espera de esos ¡°cauces legales¡±, convencidos de que esta es la ¨²ltima medida de presi¨®n de la que disponen para solucionar su entuerto. Mientras, toman agua y bebidas con az¨²cares, y cuentan su historia a todo aquel que se acerca a sentarse con ellos. Ya que no pueden ejercer su profesi¨®n, pasan sus horas contando cu¨¢nto la echan de menos.
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