¡®Picassos¡¯ y ¡®da vincis¡¯ que se mueven en el maletero de un coche

Tratar de vender en el mercado negro un picasso en manos del Museo Reina Sof¨ªa de Madrid puede parecer una operaci¨®n relativamente burda salvo que a Donald Trump le hubiera pasado antes. El expresidente de Estados Unidos descubri¨® en 2017 que Las dos hermanas, el renoir de su despacho con el que impresionaba a quien ah¨ª entraba, colgaba, en realidad, de las paredes del Instituto de Arte de Chicago. Desde entonces, intentar pegar un pelotazo as¨ª es el sue?o de muchos, incluso desde Albacete.

Esta semana, la Polic¨ªa Nacional detuvo a cinco personas que trataban de vender tres cuadros de Picasso y otro m¨¢s de Benjam¨ªn Palencia a trav¨¦s de una casa de subastas con sede en la ciudad manchega. Por el picasso m¨¢s caro, un cuadro de tama?o medio del retrato de una mujer, los estafadores ped¨ªan m¨¢s de 10 millones de euros. Por una figura cubista, tres millones y por otro m¨¢s, una copia del dibujo Dos figuras y paloma, que Picasso pint¨® en 1956 y forma parte del acervo del Reina Sof¨ªa, ped¨ªan 200.000 euros. Por el paisaje de Benjam¨ªn Palencia, en la l¨ªnea de la Escuela de Vallecas de la que es considerado fundador, ped¨ªan 3.500 euros.

Detr¨¢s de una operaci¨®n as¨ª est¨¢ Antonio L¨®pez, jefe de la Unidad de Patrimonio de la Polic¨ªa Nacional adscrita a la Generalitat Valenciana, que comenz¨® en enero la investigaci¨®n. Cuando se les tom¨® declaraci¨®n, los propietarios dijeron que se trataba de una herencia, pero la polic¨ªa ya sab¨ªa que a?os atr¨¢s hab¨ªan hecho una consulta sobre la autenticidad de la obra y recibieron un informe en contra. ¡°Sin embargo, esto es como el que tiene un billete falso, sigues y sigues hasta que se lo consigues colocar a alguien¡°, explica L¨®pez v¨ªa telef¨®nica.

Solo dos d¨ªas despu¨¦s de esta operaci¨®n, la polic¨ªa detuvo a un hombre en Madrid. Dos a?os antes, los uniformados hab¨ªan interceptado en la frontera entre Francia e Italia a un espa?ol, originario de Granada, con un cuadro de Leonardo da Vinci. La polic¨ªa francesa encontr¨® en el maletero del coche un retrato de peque?as dimensiones con el t¨ªtulo Retrato de Giacommo Trivulzio que valoraba en 1.300.000 millones de euros a punto de ser entregado.

¡°Se iba a encontrar con un cliente en Mil¨¢n. La obra iba enmarcada y metida en una caja de madera en el maletero¡±, resume una de las agentes de Patrimonio que particip¨® en el hallazgo. Finalmente, El Prado certific¨® que se trataba de una copia y, dos a?os despu¨¦s, se ha detenido al due?o de un cuadro que ni siquiera existe. En el caso de Da Vinci, el hecho de que no firmara sus obras dificulta el registro completo de su obra, m¨¢s all¨¢ de las dos docenas de pinturas que se conocen. Seg¨²n los expertos, el Retrato de Giacommo Trivulzio se realiz¨® a principios del siglo XX imitando el estilo de los retratos milaneses del Renacimiento. El Prado valor¨® la falsificaci¨®n en unos muy dignos 3.500 euros.

Espa?a es un importante punto negro en mundo del arte falso y el tr¨¢fico de patrimonio, cuarto negocio ilegal que m¨¢s dinero mueve en el mundo despu¨¦s del tr¨¢fico de drogas, armas y personas, dice el comisario L¨®pez. Este mercado negro se alimenta de dos tentaciones tan antiguas como el ser humano: la codicia y decorar los techos de la cueva. ¡°?Qui¨¦n se aventura a pagar miles de euros por un cuadro que est¨¢ en el Reina Sof¨ªa?¡±, explica el jefe de Patrimonio de la Polic¨ªa. ¡°Los menos expertos y los que piensan que est¨¢ ante un chollo. Te hacen creer que has tenido suerte de encontrarte con ¨¦l y con esa obra que vale much¨ªsimo m¨¢s¡±, se contesta.

Paralelamente, el mundo del arte es el limbo perfecto para el lavado de dinero. Cuando los contactos entre el traficante de arte y el comprador se producen en internet mediante webs de subastas, es relativamente f¨¢cil descubrir el enga?o y localizar a los estafadores, pero una gran parte se mueve en correos entre particulares, gente del mundillo del arte y falsos peritos.

En una de las operaciones m¨¢s importantes de la Unidad de Patrimonio, recuerda el comisario Antonio L¨®pez, se hizo pasar por un potente comprador de arte, lo que permiti¨® a la polic¨ªa incautarse de cinco picassos, valorados en 160 millones de euros. En otra ocasi¨®n descubri¨® un falso modigliani al detectar entre los colores blanco de titanio, cuando su empleo es posterior a la muerte del artista italiano en 1920.

En el r¨¢nking de las falsificaciones, Picasso es de los favoritos dada su enorme producci¨®n. Seg¨²n el cat¨¢logo de Christian Zervos que recopila toda su obra, el pintor malague?o firm¨® m¨¢s de 15.600 obras, entre pintura, escultura, grabados y dibujos. Con una producci¨®n as¨ª, ¡°las falsificaciones siguen dos caminos¡±, explica L¨®pez. ¡°En unos casos, copian el estilo y lo complementan con documentos ilegales gracias a una red de falsos peritos que avalan una importancia art¨ªstica que las obras no tienen¡±, como es el caso de uno de los picassos decomisados que reproduce una figura cubista, y, en otros ¡°directamente se copia el original y se pone la firma¡±, como es el caso de Dos figuras y paloma del Reina Sof¨ªa.

Todos los detenidos de esta semana quedaron en libertad despu¨¦s de declarar ante la polic¨ªa. La mera tenencia de una copia no es delito, salvo que se le incorpore una firma o se trate de enga?ar con su venta o incorpore documentos falsos. El art¨ªculo 270 del C¨®digo Penal castiga con penas de prisi¨®n de seis meses a cuatro a?os al que plagie, distribuya o reproduzca, para obtener beneficio econ¨®mico, cualquier obra art¨ªstica.

Desde que en el siglo XV Miguel ?ngel falsific¨® una escultura romana que envejeci¨® orinando encima regularmente y que luego enterr¨® para fingir su descubrimiento, el arte de la falsificaci¨®n sigue dejando algunos goles como el que han encajado Trump y muchos museos en el mundo. En su libro Falsificadores ilustres (Editorial Elba) Harry Bellet, experto en arte de Le Monde, sostiene que el 40% de las obras del Metropolitan son falsas o est¨¢n mal atribuidas y cita como fuente a Thomas Hoving, exdirector del museo neoyorquino. Con muchas menos dudas sobre la veracidad de lo que tiene delante, el comisario L¨®pez ha dado forma en estos ¨²ltimos a?os en sus oficinas de Valencia a un museo de la falsificaci¨®n que atesora m¨¢s de 200 obras de artistas como Sorolla, Genov¨¦s, Modigliani, Dal¨ª o Andy Warhol.

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