El patrimonio ligado a Franco que expuls¨® a Mariano de su casa en Vallecas
La marquesa de Hu¨¦tor que promovi¨® el desahucio del vecino vallecano medr¨®, de la mano de Carmen Polo, en los negocios inmobiliarios de la familia y allegados del dictador
Desde hace diez d¨ªas, Mariano Soler no tiene casa. El d¨ªa 22 enero, pasadas las 11 de la ma?ana, fue desahuciado del piso de 73 metros cuadrados que Carmen Elzaburu, marquesa de Hu¨¦tor de Santill¨¢n, tiene en la calle Malgrat de Mar 8, en Vallecas. Desde ese d¨ªa vive acogido por un miembro de la Plataforma Antidesahucio del distrito madrile?o (PAH). Hasta que le echaron de su casa, Mariano alojaba tambi¨¦n a ...
Desde hace diez d¨ªas, Mariano Soler no tiene casa. El d¨ªa 22 enero, pasadas las 11 de la ma?ana, fue desahuciado del piso de 73 metros cuadrados que Carmen Elzaburu, marquesa de Hu¨¦tor de Santill¨¢n, tiene en la calle Malgrat de Mar 8, en Vallecas. Desde ese d¨ªa vive acogido por un miembro de la Plataforma Antidesahucio del distrito madrile?o (PAH). Hasta que le echaron de su casa, Mariano alojaba tambi¨¦n a otro vecino desahuciado. De hecho, cuando la polic¨ªa entr¨® por la ventana y consum¨® el desalojo por orden del juzgado, no se qued¨® sin vivienda una persona, sino dos. As¨ª funciona la solidaridad de la PAH en Vallecas. Primero se unen para frenar el desahucio concentrando gente frente al portal ¡ªlo pararon el 19 de diciembre¡ª y despu¨¦s, si la polic¨ªa consigue sacarles de la vivienda, otro miembro de la plataforma le abre sus puertas al desahuciado. Acogido. As¨ª vive ahora, mientras no llegue otra soluci¨®n, Mariano Soler, de 56 a?os, barrendero de profesi¨®n y con una enfermedad coronaria que le obliga a vivir conectado a un respirador cada noche.
Cuando lleg¨® a vivir a este barrio con sus padres en 1971, todo lo que hab¨ªa enfrente era campo. El bar de abajo era una bodega, los edificios de ladrillo que tiene delante, un descampado y la carretera de Valencia solo ten¨ªa un carril de ida y otro de vuelta. Sus padres hab¨ªan llegado de Toledo unos a?os antes a una de las casas bajas del final de Vallecas, donde naci¨® Mariano. Cuando ten¨ªa tres a?os, gracias a unas monjas que conoc¨ªan a la marquesa, la familia pudo mudarse a un piso ¡°normal¡± por el que pagar¨ªan un alquiler de renta antigua de 3.000 pesetas, convertido despu¨¦s en 17 euros. Pasaron varias d¨¦cadas y nadie se hab¨ªa interesado por el piso hasta que en 2022 los due?os le pidieron que se fuera. Primero por las malas y despu¨¦s por las peores.
El marquesado de Hu¨¦tor de Santill¨¢n de Carmen Elzaburu, de 94 a?os, no es un t¨ªtulo nobiliario m¨¢s. Se trata de una distinci¨®n rehabilitada por Alfonso XIII en 1916, pero que vive su gran momento al calor del franquismo y de su relaci¨®n m¨¢s ¨ªntima con el matrimonio de Franco y Carmen Polo. Tener un t¨ªtulo nobiliario y una vivienda no es un delito, pero detallar el contexto en el que creci¨® el patrimonio familiar es importante para saber de donde sale la casa de Mariano.
Los suegros de su casera son Ram¨®n D¨ªez de Rivera y Mar¨ªa de la Concepci¨®n de Hoces y Dortic¨®s-Mar¨ªn, conocida como Pura, la mejor amiga de Carmen Polo. El primero, Ram¨®n D¨ªez de Rivera, altern¨® con ¨¦xito pol¨ªtico y finanzas al amparo del r¨¦gimen convertido en jefe de la Casa civil de Franco, la persona encargada de dise?ar su agenda y las audiencias desde 1948 hasta su muerte en 1954. Fue adem¨¢s el testaferro del dictador desde que en 1954 se convirti¨® en presidente del consejo de administraci¨®n de Ursaria S.A. la empresa inmobiliaria de Francisco Franco y Carmen Polo. Cuando se fund¨® esa empresa, ten¨ªa el mismo n¨²mero de acciones que Felipe Polo, hermano de Carmen Polo y secretario particular de Franco. El acta fundacional de la compa?¨ªa se?ala que Ursaria S.A. se cre¨® para ¡°la adquisici¨®n y construcci¨®n de fincas urbanas para su explotaci¨®n en forma de arriendo¡±, se?ala el investigador y periodista Mariano S¨¢nchez en su libro Los Franco, S. A. (Oberon. Madrid, 2003). Este fue el comienzo de larga lista de adquisiciones que comenz¨® con el piso de 600 metros cuadrados de la calle Hermanos B¨¦cquer y que termin¨® siendo la vivienda de Carmen Polo cuando tuvo que abandonar El Pardo. El nombre de Polo emergi¨® en Ursaria S.A. en septiembre de 1977 como ¨²nica administradora de una empresa-tapadera de la familia que a?adi¨® a los pisos de La Castellana y el barrio de Salamanca, el Pazo de Meir¨¢s.
Al margen de las inversiones inmobiliarias, D¨ªez de Rivera se vio envuelto en uno de los casos de corrupci¨®n m¨¢s conocidos de los a?os 50 y que tuvo que ver con la marca Vespa y las licencias para la importaci¨®n que se conced¨ªan de forma exclusiva. Aquel esc¨¢ndalo peg¨® de lleno en el entorno de Franco porque permiti¨® ganar mucho dinero a su yerno Crist¨®bal Mart¨ªnez-Bordi¨², marqu¨¦s de Villaverde, apodado desde entonces marqu¨¦s de Vespaverde. Por aquel entonces, el marqu¨¦s de Hu¨¦tor, adem¨¢s de hombre de confianza del dictador era presidente de Motomec¨¢nica S.A., la compa?¨ªa importadora con la que se relacionaba a Villaverde como mediador para obtener las licencias de importaci¨®n que conced¨ªa personalmente el ministro de Comercio, Manuel Arbur¨²a de la Miyar, asiduo del clan de El Pardo y famoso, entre otras cuestiones, por su alegr¨ªa en la concesi¨®n de licencias a sus amigos.
Su esposa, la suegra de la due?a del piso de Mariano tampoco fue un actor secundario. Pura Hu¨¦tor era la mejor amiga de Carmen Polo y durante muchas d¨¦cadas apareci¨® en las p¨¢ginas de sociedad acompa?ando a la esposa del dictador en galas, inauguraciones, rastrillos navide?os o funerales y bautizos de la nobleza. Con ella pas¨® muchas tardes en El Pardo y veranos en Galicia.
Seg¨²n recoge Paul Preston en el libro Un pueblo traicionado, Pura Hu¨¦tor, que aseguraba que todos los que disfrutaban de un buen nivel de vida en Espa?a se lo deb¨ªan ¡°al Caudillo¡±, serv¨ªa para canalizar los antojos de Carmen Polo. Ella era quien asesoraba a su entorno sobre el tipo de regalos que deb¨ªan hacer a ¡°do?a Carmen¡±. ¡°En su piso (Hermanos B¨¦cquer, 8) hab¨ªa una habitaci¨®n con las paredes forradas desde el suelo hasta el techo, con cuarenta columnas de veinte cajones que conten¨ªan un amasijo de joyas¡±, se?ala Preston. El historiador recuerda en su libro la alianza de varias joyer¨ªas para repartir las p¨¦rdidas cada vez que la esposa de Franco iba a verlos. A veces se le antojaba una joya y otras, unas pilas bautismales de origen medieval, como sucedi¨® una vez que visito una iglesia de Mux¨ªa (A Coru?a) cuyo alcalde ha reclamado durante a?os el regreso al pueblo de las pilas.
Del matrimonio de Ram¨®n D¨ªez de Rivera y Pura Hu¨¦tor salieron cuatro hijos. Uno de ellos, Alfonso D¨ªez de Rivera, se cas¨® en 1950 con Carmen Elzaburu, marquesa tambi¨¦n, pero de las Claras, y due?a del piso de Mariano. Una boda en la que estuvieron presentes los Franco y su yerno, el marqu¨¦s de Villaverde. Los nueve hijos del matrimonio, cuyos nacimientos aparecieron uno a uno en las p¨¢ginas del ABC, y los nietos son los que han reclamado en los ¨²ltimos a?os el piso de Vallecas. Todos ellos suman a su patrimonio, las propiedades de los D¨ªez de Rivera con el de los Elzaburu, principalmente fincas y cotos de caza en Andaluc¨ªa y Castilla-La Mancha. Entre otras propiedades, Carmen Elzaburu es due?a de dos grandes fincas en El Gibrale¨®n, en Huelva, y en Los Navalucillos, en Toledo, de casi 2.000 hect¨¢reas. A las fincas mencionadas suman otro gran espacio cineg¨¦tico entre Ciudad Real y Miguelturra, tambi¨¦n de casi 2.000 hect¨¢reas; otras 330 hect¨¢reas en Toledo capital y otras 800 de un terreno en C¨®rdoba capital.
El argumento de la jueza del juzgado n¨²mero 59 de Madrid que autoriz¨® el desahucio de Mariano fue que no se hab¨ªa podido demostrar que sus caseros eran grandes propietarios. La estrategia de la PAH en los juzgados se ha centrado en probar que la familia Elzaburu es ¡°gran tenedor¡± y Mariano, ¡°vulnerable¡± para demostrar que est¨¢ protegido contra el desahucio por el llamado ¡°escudo social¡±. La ley considera gran tenedor a quien posee m¨¢s de diez propiedades y en el caso de Carmen Elzaburu los activistas de Vallecas enviaron al juzgado los registros de 13, pero gran parte de ellas son fincas y dehesas y no pisos. Y eso, para la justicia, no cuenta. La solidaridad de Vallecas tendr¨¢ que seguir dando cobijo a quienes se quedan a la intemperie.