El pelotazo de un dictador: regalos, ¡®donativos¡¯ y sobresueldos
Los historiadores ?ngel Vi?as y Paul Preston analizan el turbio origen del patrimonio de Franco
En 1935, Francisco Franco cobraba una n¨®mina de 2.429,98 pesetas (unos 5.300 euros hoy) como jefe del Estado Mayor. En 1940 dispon¨ªa del equivalente a 388 millones de euros actuales en sus cuentas. ¡°En ning¨²n caso¡±, afirma el historiador ?ngel Vi?as, autor de La otra cara del Caudillo (Editorial Cr¨ªtica), ¡°pudo representar el sueldo militar una contribuci¨®n significativa al nivel de fortuna que acumul¨® en el a?o inmediatamente posterior al final de la Guerra Civil¡±. ¡°Hasta la guerra¡±, a?ade Paul Preston, bi¨®grafo del dictador, ¡°solo ten¨ªa su sueldo y la herencia de su mujer. Todo eso se convirti¨®, con el tiempo, en una riqueza espectacular¡±.
?Hay alguna posibilidad de que ese inmenso patrimonio fuera acumulado por v¨ªas legales, sin recurrir al terror o a la corrupci¨®n? Ambos historiadores, que han dedicado d¨¦cadas de investigaci¨®n a Franco, est¨¢n convencidos de que no. El Pazo de Meir¨¢s, que los nietos del dictador deber¨¢n devolver al Estado el pr¨®ximo 10 de diciembre, se ha convertido en el s¨ªmbolo de un expolio que para Vi?as y Preston abarca mucho m¨¢s. Como ocurri¨® con parte del expolio nazi, el hispanista cree que mucho es ya irrecuperable porque ha sido vendido, pero celebra el intento. El anteproyecto de ley democr¨¢tica, pendiente de segunda lectura en el Consejo de Ministros, afirma que la Administraci¨®n General del Estado promover¨¢ una auditor¨ªa de los bienes expoliados durante la Guerra Civil y la dictadura.
Estas son las claves del patrimonio de Franco.
El sueldo. En agosto de 1940 percib¨ªa 50.000 pesetas de salario anual. En 1947, 70.000 pesetas de sueldo m¨¢s 7.000 en quinquenios y 46.720 por cruces pensionadas. En 1975, a?o de su muerte, 768.000 pesetas. Adem¨¢s, durante un tiempo indeterminado, Vi?as afirma que recibi¨® un donativo mensual de 10.000 pesetas (11.000 euros de hoy) por parte de la Compa?¨ªa Telef¨®nica Nacional.
La suscripci¨®n nacional. El 5 de agosto de 1936, Franco inform¨® al general Cabanellas de la apertura de la suscripci¨®n nacional: se constituir¨ªan en todas las poblaciones comisiones para recibir donaciones en met¨¢lico, oro y especies para financiar ¡°la gloriosa cruzada de liberaci¨®n¡±. Los espa?oles deb¨ªan aportar ¡°su sangre, su dinero y su valent¨ªa¡± a ¡°la gran obra nacional¡±. Tambi¨¦n se organizaron otras suscripciones populares, como la convocada por la corporaci¨®n municipal de Salamanca en octubre de 1936 para pagar un monumento a Franco en Ferrol (A Coru?a). Vi?as se?ala que ¡°esa suscripci¨®n no fue la de la cuenta en que dos d¨ªas despu¨¦s se ingresaron casi 600.000 pesetas y a la que un mes m¨¢s tarde, el presidente de la C¨¢mara de Comercio de la ciudad hizo que se abonaran 300.000 pesetas adicionales¡±. ?De d¨®nde proven¨ªan esos fondos? ¡°Alguien decidi¨® que no se destinaran al monumento que, de haber sido as¨ª, hubiera podido construirse con los m¨¢s nobles elementos¡±.
Las cuentas. El 4 de enero de 1937, relata Vi?as, se recomend¨® que dos cuentas del Banco de Espa?a quedaran unificadas en una sola, la denominada ¡°Suscripci¨®n Nacional a disposici¨®n del general Francisco Franco Bahamonde¡±. El saldo, a 31 de diciembre de 1939 ascend¨ªa a 9,8 millones de pesetas. En 1940, al equivalente actual a 388 millones de euros". El historiador se?ala tres fuentes de ingresos de Franco: ¡°las transferencias a sus cuentas corrientes de una parte de los ingresos obtenidos en ciertas suscripciones durante la guerra, la venta a la Comisar¨ªa de Abastecimientos y Transportes del caf¨¦ regalado por el Brasil [600.000 kilos donados por el dictador Getulio Vargas en 1940, por los que ingres¨® 7,5 millones de pesetas] y la tercera, hipot¨¦tica, pero no imposible: Alguien como el autoproclamado salvador de Espa?a, con tan escaso sentido de la honradez, no hubiera tenido ning¨²n escr¨²pulo en arramplar con algo de las asignaciones, autoasignaciones m¨¢s bien, que en lo que pasaban por presupuestos generales se hicieran a la Jefatura del Estado, la presidencia del Gobierno y la comandancia suprema de las Fuerzas Armadas¡±.
Los regalos y los antojos. Hitler regal¨® a Franco un todoterreno Daimler-Benz valorado en 33,597 marcos de la ¨¦poca, unos 400.000 euros hoy. En Un pueblo traicionado (Debate), Preston cita la cifra total de ¡°4.000 millones de pesetas, unos 24 millones de euros¡± actuales en regalos al dictador, ¡°sin incluir probablemente el valor de los cientos de medallas de oro conmemorativas que entregaron al dictador poblaciones y entidades de toda Espa?a y que do?a Carmen mand¨® fundir para producir lingotes¡±. En el d¨¦cimo D¨ªa del Caudillo, 1 de octubre de 1946, Franco recibi¨®, por ejemplo, un escudo de oro y platino con incrustaciones de rub¨ªes, diamantes y esmeraldas de las autoridades de 50 provincias espa?olas.
En este apartado hay varias categor¨ªas y la esposa de Franco merece una propia. Est¨¢n las supuestas donaciones, como el Pazo de Meir¨¢s, los regalos enviados por miedo o admiraci¨®n real y los antojos de Carmen Polo, canalizados en muchos casos a trav¨¦s de Pura Hu¨¦tor, quien aseguraba que todos los que disfrutaban de un buen nivel de vida en Espa?a se lo deb¨ªan ¡°al Caudillo¡± y asesoraba sobre el tipo de regalos que pod¨ªan hacer a ¡°do?a Carmen¡±. ¡°En su piso hab¨ªa una habitaci¨®n en la que las paredes estaban forradas, desde el suelo hasta el techo, con cuarenta columnas de veinte cajones que conten¨ªan un amasijo de joyas¡±, recoge Preston en el libro. El historiador recuerda la alianza de varias joyer¨ªas para socializar las p¨¦rdidas cada vez que la esposa de Franco iba a verles. A veces se le antojaba una joya y otras, unas pilas medievales. As¨ª ocurri¨® tras una visita a la iglesia de San Xi¨¢n de Moraime, en Mux¨ªa (A Coru?a). El abogado Celso Alcaina las reclam¨® durante a?os.
A la muerte de Franco, Carmen Polo supervis¨® la carga en camiones de ¡°innumerables joyas, antig¨¹edades, cuadros y tapices para trasladarlos a diversas propiedades de la familia o a refugios en el extranjero. Se alega que algunos objetos de valor incalculable pertenec¨ªan a la naci¨®n, pero que no hubo vigilancia alguna de los responsables de Patrimonio Nacional¡±, recoge Preston en Un pueblo traicionado. Con todo, como revel¨® este diario en 1988, la democracia pagaba a la viuda de Franco 12.529.440 pesetas cuando el sueldo del entonces presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, ascend¨ªa a 8,2 millones.
Las influencias. ¡°La corrupci¨®n de la familia Franco aument¨® de forma significativa cuando su hija Nenuca se cas¨® en 1950 con Crist¨®bal Mart¨ªnez Bordi¨², marqu¨¦s de Villaverde¡±, relata Preston. El cerebro econ¨®mico del clan de los Villaverde era el padrino de Mart¨ªnez Bordi¨², Jos¨¦ Mar¨ªa Sanchiz Sancho, cuyo padre hab¨ªa trabajado para el tercer Reich y ayudado a ocultar fondos de los nazis. El clan se enriqueci¨® con la especulaci¨®n inmobiliaria y las licencias de importaci¨®n y exportaci¨®n, como la de la Vespa, que le vali¨® el mote de ¡°marqu¨¦s de Vespaverde¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.