El l¨¢piz de Joaqu¨ªn Reyes y la excelencia c¨®mica sin alardes
El c¨®mico manchego protagoniza una nueva jornada del Festival Ja! en la que presenta su primera novela: ¡®Subid¨®n¡¯
Enjuto Mojamuto, Super ?o?o, Onofre y El Payaso tienen un nuevo compa?ero de juergas. Se llama Emilio Escribano y, aunque es de Cuenca y no de Albacete, el grupo de personajes le han acogido en su c¨ªrculo con los brazos abiertos. Quiz¨¢s la raz¨®n es que se dedica al mundo de la comedia. Escribano es el protagonista de la ¨²ltima novela de Joaqu¨ªn Reyes, titulada ¡®Subid¨®n¡¯ y todos ellos tienen algo en com¨²n: nacieron del l¨¢piz del c¨®mico, actor y dibujante manchego. La pregunta que revolotea es si Reyes ha creado algo diferente. Algo que se salga de su humor ¨²nico y especial. No debe extra?ar que la respuesta sea negativa. Precisamente es ese toque de originalidad el que le ha abierto las puertas de la popularidad. Una infinidad de personajes que, doblados siempre con la misma voz, ya forman parte del ideario colectivo.
El aforo completo de la sala BBK, el primero de ellos desde que se levant¨® la alerta sanitaria en Euskadi, dio la primera bienvenida a Reyes. ¡°No es auto- ficci¨®n. Escribano es tont¨ªsimo y brillante a la vez¡±. Cinco a?os y 159 p¨¢ginas. Lo que sale un promedio de una al mes. Una cifra que, a primera vista, pueda parecer m¨ªnima. Y m¨¢s con un confinamiento de por medio. Pero que ¡°me ha permitido releer cada p¨¢gina muchas veces¡±. Fue en ese momento de tanto tiempo libre cuando la novela al fin fue una realidad. ¡°Las novelas de 400 p¨¢ginas son un disparate. Siempre que no sea del siglo XIX. Ah¨ª s¨ª que pod¨ªas leer novelas porque no hab¨ªa Netflix ni HBO¡±. El desenlace es una novela que bien podr¨ªa leerse en una hora y media. ¡°Aunque para qu¨¦ molestar m¨¢s a la gente¡±, bromeaba.
De ¡®Subid¨®n¡¯ tambi¨¦n puede obtenerse un nuevo diccionario. Palabras que, si bien la primera vez que se lean no se sepa a qu¨¦ se refieren, se quedan en la mente. Algunos ejemplos son: ¡°Trofoyata¡± cuando vas a un restaurante italiano y se pide m¨¢s a sabiendas, ¡°tirar a los palomos¡±, beber alcohol sin que nadie te lo indique o ¡°sofist¨¢n¡± que, de acuerdo al nuevo vocabulario creado por Reyes, es cuando te quedes traspuesto en el sill¨®n. Todo ello articula un humor propio, en una ¨¦poca que se ha considerado como una de las peores para dedicarse a ello. No obstante, para Reyes, los a?os actuales no suponen un frenazo al ingenio: ¡°No creo que vivamos una mala ¨¦poca del humor. Creo que est¨¢ en muchos sitios y la gente lo demanda. Las redes sociales son una herramienta que todav¨ªa estamos aprendiendo a manejar¡±.
Entre recuerdos ocurrentes y jocosos de sus a?os universitarios en la facultad de Bellas Artes y an¨¦cdotas varias, Reyes, engalanado con unos m¨¢s que llamativos calcetines azules, dedic¨® los ¨²ltimos minutos del coloquio a enumerar algunos sue?os que a¨²n tiene por cumplir, entre los que se incluyen lanzar un libro, que ya lo ha cumplido. Pero el de Albacete quiere m¨¢s. Anhela lanzar otro libro de aqu¨ª a unos a?os, pero tambi¨¦n persigue dar unas campanadas con Mayra G¨®mez Kemp o cantar ¡®Friday, I¡¯m in love¡¯ de la banda brit¨¢nica The Cure a toda voz en un festival. Bast¨® con que la canci¨®n m¨¢s representativa del grupo liderado por Robert Smith sonara por los altavoces de la sala BBK.
¡°Si me hubieran invitado a hacer una mudanza, hubiese dicho que no. Pero me dijeron de hacer un coloquio y a m¨ª me gusta mucho hablar¡±. Reyes sabe como nadie ganarse al respetable con chanzas que ya tienen su marca. Las responsabilidades de la vida diaria van cambiado a medida que pasa el tiempo, pero si uno no se olvida de aquello que le hizo desmarcarse de la anodino y lo insustancial, tiene mucho ganado. Joaqu¨ªn Reyes sabe como nadie moverse en ese terreno del humor simple. No va a cambiar nada, pero tampoco lo necesita. Despu¨¦s de Escribano vendr¨¢ otro personaje que se unir¨¢ a la banda de Enjuto Mojamuto y compa?¨ªa. Pero eso ya ser¨¢ otra historia. Ahora toca dar la bienvenida a un nuevo compa?ero de diversi¨®n.
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