Algo pas¨® en la tarde del 5 de febrero de 2012 que hizo cambiar la historia de los desahucios. Hac¨ªa tiempo que el tema estaba en la calle. El Gobierno tramitaba un proyecto de ley de medidas urgentes para proteger a los deudores. Al gobierno le preocupaba la imagen que Espa?a estaba exportando: familias en la calle, pensionistas que ten¨ªan que abandonar las casas en las que hab¨ªan vivido siempre y gente que se suicidaba en el mismo momento en que la polic¨ªa aporreaba la puerta para sacarles de su vivienda.
De repente una palabra, pronunciada con rabia, hizo que algunos diputados hicieran crujir sus sillas. Son las 20 horas. Desde hace un rato comparecen en la Comisi¨®n de Econom¨ªa del Congreso de los diputados varios expertos invitados que han dado sus recomendaciones a los diputados. Acaba de abandonar la mesa principal el vicesecretario general de la Asociaci¨®n Espa?ola de la Banca, Javier Rodr¨ªguez Pellitero, un hombre con traje azul oscuro, camisa celeste y corbata de color burdeos. Su discurso ha sido el habitual en el sector: entendemos el drama de los desahuciados, reconocemos que hay que aplicar medidas, pero la culpa no es de los bancos sino de la crisis econ¨®mica.
¡°El sistema hipotecario espa?ol¡±, concluye Rodr¨ªguez Pellitero, ¡°no es tan malo. Al rev¨¦s, yo creo que cumple sobradamente con los est¨¢ndares comparables de otros sistemas europeos y en algunos casos los mejora. Y la causa de la p¨¦rdida de las viviendas no es la legislaci¨®n hipotecaria, desafortunadamente es la crisis econ¨®mica y la situaci¨®n de desempleo, que es lo que hay que atajar¡±.
El sistema hipotecario espa?ol, concluye Rodr¨ªguez Pellitero, no es tan malo
Despu¨¦s de esas palabras sube al estrado Ada Colau, representante de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. No es una desconocida. La catalana lleva a?os como activista en defensa del derecho a la vivienda y en los ¨²ltimos tiempos ha aparecido muchas veces en los medios de comunicaci¨®n para defender a quienes perd¨ªan la casa y para denunciar los abusos cometidos durante la burbuja inmobiliaria. Colau repite las mismas ideas que ya ha expuesto una y mil veces en varios foros y pide la daci¨®n en pago para resolver el problema de los desahucios. Su discurso es r¨¢pido y est¨¢ pronunciado con contundencia. Pero hay un momento, en el que se aprecia en ella algo m¨¢s, indignaci¨®n. La activista recuerda con rabia las palabras de quien le ha precedido y acaba soltando la frase que a partir de esa tarde ser¨¢ rebotada mil veces en las redes sociales y por la que Ada Colau ser¨¢ noticia ese d¨ªa:
Casi m¨¢s determinante que esa frase es lo que viene despu¨¦s. El presidente de la Comisi¨®n, Santiago Lanzuela, del PP, pide a Colau que se retracte. Le echa una reprimenda como si fuera un profesor que no sabe qu¨¦ hacer con un alumno revoltoso. La imagen se retransmite en directo por el Canal Parlamento. Ada Colau escucha a Lanzuela pero se niega a retirar sus palabras. No es la primera vez que alguien llama criminales a los banqueros -estos suelen ser la diana de muchas de las protestas que inundan las calles desde que comenz¨® la crisis econ¨®mica en Espa?a- pero s¨ª es la primera vez que eso ocurre en una instituci¨®n p¨²blica como el Congreso, en un lugar donde eso no suele ocurrir. A los pocos minutos, su mensaje recorre todas las esquinas de Internet.
Twitter convierte el video en viral.
Ese d¨ªa y en los sucesivos, la historia es recogida en los peri¨®dicos y Colau aumenta su popularidad.
Las propuestas de la PAH han llegado al Congreso.
No se sabe si el Gobierno se da cuenta entonces, pero ese d¨ªa tiene un problema.
¡°La PAH se cre¨® en 2009 en Barcelona¡±, relata Colau, ¡°pero recog¨ªa el impulso de V de Vivienda, un movimiento surgido de forma espont¨¢nea y que desde 2006 ven¨ªa protestando en la calle para denunciar la dificultad del acceso a la vivienda. V de Vivienda surgi¨® cuando todo estaba aparentemente bien, en el contexto de abundancia, cuando la vivienda era una inversi¨®n segura, la mejor inversi¨®n que se pod¨ªa hacer, seg¨²n las ministras de vivienda del Gobierno socialista... Y en ese contexto de supuesta abundancia y maravilla, los ciudadanos, sobre todo la gente joven, tienen cada vez m¨¢s problemas para acceder a la vivienda. A trav¨¦s de las redes sociales, miles de personas acudieron a las principales plazas del Estado para protestar. Aquello pill¨® por sorpresa a todo el mundo, a medios de comunicaci¨®n y a pol¨ªticos¡±.
Aquel movimiento espont¨¢neo s¨ª hizo caso a los analistas que hablaban de una burbuja inmobiliaria. Lo siguiente fue plantearse qu¨¦ pasar¨ªa cuando esta estallara. ¡°Pensamos que iba a haber un problema de desahucios aunque no tan masivo¡±, comenta Colau. Decidieron entonces crear la plataforma y concretar mucho m¨¢s su mensaje. Ya no se trataba solamente de se?alar el problema de la vivienda sino de afrontar con medidas concretas lo que cre¨ªan que iba a pasar en Espa?a. En febrero de 2009 convocaron una reuni¨®n en Barcelona para el d¨ªa 22. Colgaron carteles en los que se anunciaba un encuentro para informarse y asesorarse ante un posible problema. Dieron con la tecla. Ese domingo aparecieron unas 60 personas. ¡°Constatamos que era un problema real que no se hab¨ªa conocido hasta entonces. Hab¨ªa mucha desinformaci¨®n. La gente llegaba con mucha ansiedad porque no sab¨ªan lo que les iba a pasar¡±.
Surg¨ªa as¨ª la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Los activistas quer¨ªan que la organizaci¨®n no fuera solo un lugar donde se diera asistencia a los afectados. Quer¨ªan movilizarlos, que conocieran sus derechos y lucharan por ellos. Pero enseguida se dieron cuenta de que los que acud¨ªan a las reuniones estaban muy lejos de asumir ese papel. ¡°Esper¨¢bamos encontrarnos a mucha gente enfadada porque hab¨ªa habido una estafa, un enga?o masivo por parte del Gobierno, de los bancos, pero nos encontramos a gente devastada¡±, explica Colau, ¡°No pod¨ªan ni hablar. Sent¨ªan culpa, verg¨¹enza¡±.
?Qui¨¦n va a
defender tu caso
mejor que t¨² mismo? Ni el mejor de
los abogados
Casi sin quererlo, la Plataforma se convirti¨® en una especie de psic¨®logo colectivo, una terapia en la que los afectados contaban sus problemas y los compart¨ªan con otras personas a las que les hab¨ªa ocurrido lo mismo. El asesoramiento legal se hac¨ªa siempre de forma colectiva, por motivos pr¨¢cticos, pues la Plataforma no ten¨ªa capacidad para atender a todos de forma individual. Los afectados ve¨ªan as¨ª que lo que hab¨ªan firmado estaba redactado en un lenguaje complicado. Se enteraban de lo que era una cl¨¢usula suelo, los intereses de demora; sobre la marcha se hac¨ªan expertos en la ley hipotecaria. Recuperaban la autoestima. Pasaban de ser afectados a convertirse en activistas. ¡°?Qui¨¦n va defender tu caso mejor que t¨² mismo?¡±, opina Colau. ¡°Ni el mejor de los abogados. Esa es una de las claves del ¨¦xito de la plataforma. Y de ah¨ª que el movimiento se haya expandido por todo el territorio. Muchos afectados crearon su propia plataforma en sus localidades¡±.
Todo eso fue sucediendo pr¨¢cticamente en silencio, sin que los casos ocuparan las portadas de los peri¨®dicos y sin que las autoridades consideraran el problema un asunto urgente. Pero en 2010 la Plataforma crea la campa?a Stop Desahucios. Fue el 3 de noviembre. Ese d¨ªa unos 30 miembros de la PAH de Barcelona acuden a Bisbal del Pened¨¦s para tratar de parar el desahucio de Llu¨ªs Mart¨ª, un mec¨¢nico en la cincuentena con un hijo de 9 a?os su cargo, sin trabajo y con una prestaci¨®n social de solo 426 euros.
Llu¨ªs no pod¨ªa pagar la casa y deb¨ªa unos 100.000 euros a CatalunyaCaixa. Un juzgado hab¨ªa fijado el lanzamiento para ese d¨ªa. No hab¨ªa m¨¢s estrategia que resistirse con el apoyo de los compa?eros de la plataforma, los mismos a los que ve¨ªa en las asambleas. El desahucio se par¨® el primer d¨ªa y, tras varios intentos posteriores, fue suspendido de forma indefinida. Era la primera victoria p¨²blica de la plataforma. Llegaron muchas m¨¢s, en Catalu?a. Poco a poco el asunto iba apareciendo en los medios de comunicaci¨®n, aunque a¨²n como algo residual; el problema no hab¨ªa adquirido todav¨ªa la categor¨ªa de fen¨®meno social.
La Plataforma dio un paso m¨¢s y en octubre de 2010 impuls¨® una Iniciativa Legislativa Popular para que se admitiera que los hipotecados dieran la vivienda a los bancos como pago por el resto de la deuda. El procedimiento de la Iniciativa Popular, regulado por una ley org¨¢nica de 1984, permite que la propuesta de unos ciudadanos sea considerada por el Congreso de los Diputados, que decidir¨¢ luego si debe debatirla y, en su caso, aprobarla, algo que no suele ocurrir: de las 66 registradas hasta 2011, solo nueve llegaron a superar los tr¨¢mites y solo una fue incluida en el articulado de otra ley. Para conseguir llevarla al Congreso.
La ley establece que se necesitan al menos
El objetivo se antojaba quim¨¦rico, pero los miembros de la Plataforma siguieron adelante. Consiguieron el apoyo de otras organizaciones, entre ellas los sindicatos. Llegaron adem¨¢s las manifestaciones masivas. El 15 de Mayo de 2011 miles de personas se concentraron en ciudades de toda Espa?a para expresar su indignaci¨®n por lo que consideraban un debilitamiento de la democracia.
Protestaban contra la corrupci¨®n, los recortes sociales del Gobierno de Zapatero y el modelo econ¨®mico imperante. Pero muchos de los indignados buscaron reivindicaciones concretas y encontraron a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Algunas asambleas de barrio se sumaron al movimiento Stop desahucios. La Iniciativa Popular de la Plataforma continuaba encontrando seguidores.
La propuesta se encontr¨® con todo tipo de obst¨¢culos burocr¨¢ticos en el Congreso. Primero con el PSOE en el poder y luego con el PP. Es bajo el Gobierno de Rajoy cuando se celebra la Comisi¨®n de Econom¨ªa del Congreso en la que Colau llama criminales a los bancos.
Un mes despu¨¦s de aquella comparecencia, la Plataforma empez¨® a recoger firmas en la calle para apoyar la iniciativa. Se obtuvieron 1.402.854 r¨²bricas. Para entonces, la propuesta ya se conoc¨ªa como ILP, las siglas de la Iniciativa Popular Legislativa.
El nombre de un procedimiento general para activar la democracia participativa acab¨® vinculado as¨ª una propuesta concreta, la del movimiento contra los desahucios. El Partido Popular, que se hab¨ªa opuesto radicalmente a su tramitaci¨®n acab¨® cediendo el 12 de febrero de 2013.
La imagen que queda de ese d¨ªa, sin embargo, es la de los activistas de la Plataforma siendo desalojados del Congreso al grito de ?S¨ª se puede!
Mientras todo eso ocurr¨ªa, los jueces, sin hacer mucho ruido, hab¨ªan ido tomando decisiones en favor de los ciudadanos que hab¨ªan sido desalojados de sus casas, convirti¨¦ndose en la gran esperanza del movimiento.
Durante las ¨²ltimas d¨¦cadas, el colectivo no hab¨ªa quedado demasiado bien parado en las encuestas de los ciudadanos. A los jueces se les ve¨ªa como seres endiosados y alejados de la realidad pero en este tema se convirtieron en el ¨²nico de los tres poderes del Estado que comenz¨® a tomar medidas para paliar las consecuencias que la crisis econ¨®mica, el paro y el estallido de la burbuja inmobiliaria estaban teniendo en las familias.
ALVARO GARC?A
HEINO KALIS (REUTERS)
M?NICA TORRES
CLAUDIO ?LVAREZ
GORKA LEJARCEGI