EL PA?S

Como si fuera un canto final, una oda al cine que siempre ha amado y a la creaci¨®n ¨C¨¦l, que encabeza un pelot¨®n de hermanos artistas-, Fernando Trueba ha estado durante a?os amasando su ¡®El artista y la modelo¡¯ poco a poco, esperando su momento, madurando para acercarse a la condici¨®n del escultor que encarna con delicadeza Jean Rochefort. Sin embrago, Trueba desaprueba a quien considere su filme un paseo doloroso hacia la muerte e incide, con raz¨®n, en que la refugiada interpretada por Aida Folch (ox¨ªgeno en la trama, volc¨¢nica en su interpretaci¨®n como as¨ª lo pide el personaje) hereda el apego vital, recoge el testigo de la creaci¨®n y del amor a la naturaleza y al arte. Y que la historia se prolonga como se prolonga la vida. Jean-Claude Carri¨¦re cofirma el guion, y uno pagar¨ªa por haber estado delante de las charlas entre ambos autores, en las que destilaban los di¨¢logos y las situaciones. ¡®El artista y la modelo¡¯ no solo es la mejor pel¨ªcula de Trueba, sino que entra en la categor¨ªa de obra maestra del cine espa?ol en un a?o m¨¢gico.