Si quieres comprar un mueble ¡®vintage¡¯, esto es lo que tienes que tener en cuenta
Los expertos coinciden en que fijarse en la calidad de los materiales y estudiar la procedencia y ¨¦poca de una pieza es elemental. Lo m¨¢s importante, sin embargo, es sentir un flechazo decorativo
Son sostenibles, son originales y adquirirlos puede ser una aventura. El mobiliario vintage siempre ha sido una alternativa a adquirir muebles de nueva fabricaci¨®n, pero, con la llegada de la pandemia y la consiguiente fiebre vivida con la decoraci¨®n, este tipo de piezas antiguas han cobrado especial protagonismo en los interiores de muchas casas. Aunque no hay datos oficiales sobre sus ventas, estas suelen ir de la mano del propio mercado de mobiliario: un sector que en Espa?a en 2021 experiment¨® un repunte del 19,4%, llegando hasta los 1.630 millones de euros, seg¨²n el Observatorio Sectorial DBK. Una peque?a edad de oro de estas joyas vintage (etiqueta con la que se denomina a aquellas piezas con, al menos, 20 a?os de antig¨¹edad y no m¨¢s de un siglo), a la que tambi¨¦n han contribuido el aumento de las p¨¢ginas webs y aplicaciones de venta de productos entre particulares, donde los muebles tienen un lugar de excepci¨®n, o la apertura de nuevas tiendas especializadas tras la pandemia.
¡°Este tipo de piezas se dise?aron y construyeron para durar, por lo que conservar un mueble de estos es, primero, una manera sostenible de decorar. Pero tambi¨¦n es una forma de preservar del olvido objetos llenos de encanto y de historia¡±, cuenta Luis Qui?ones, responsable, junto a ?frica Salces, de La Recova, una de las tiendas m¨¢s ic¨®nicas de la zona del Rastro de Madrid. Desde este espacio especializado en mobiliario de las ¨¦pocas de los a?os cincuenta, sesenta y setenta, aconsejan algunas precauciones a la hora de una adquisici¨®n vintage. Lo primero y m¨¢s indicativo es que, como en el amor a primera vista, nos resulte atractiva. Puede que no necesitemos reflexionar mucho sobre su compra, ¡°ya que muchas se venden por un flechazo¡±, asegura Qui?ones. El siguiente paso es algo m¨¢s mundano: observar concienzudamente el estado en el que se encuentra. ¡°Si una pieza ha durado 50 o 60 a?os, cuid¨¢ndola un poco no tiene por qu¨¦ no vivir otros tantos m¨¢s. Un buen mueble se ve a simple vista¡±, explica por su parte Salces. Aunque el ojo de un experto cuente con mejores recursos que los de un aficionado, se puede tratar de reconocer la especie de madera de la que est¨¢ hecho el mueble y si este presenta alg¨²n defecto, observar los trabajos de ebanister¨ªa o los acabados que indiquen su calidad.
Una correcta restauraci¨®n de la pieza puede hacer que parezca mucho m¨¢s actual, por lo que no hay que confundirse: que se vea bien, no quiere decir que no tenga d¨¦cadas de historia. De hecho, los expertos no aconsejan adquirirlas sin restaurar y tampoco que lo hagamos nosotros mismos. Casi siempre sale mal. ¡°Comprar restaurado siempre. Restaurar es un arte, m¨¢s que un oficio, es pasi¨®n y experiencia. Por ejemplo, en nuestro caso es la parte m¨¢s importante de nuestro negocio¡±, asevera Gerard Thomas, fundador junto a Jorge Carrascosa de El Recibidor, showroom y tienda de muebles especializada en mid-century (aquellos producidos a mediados del siglo XX). Desde este comercio de Barcelona con una d¨¦cada de experiencia abogan por un etiquetado fidedigno sobre el origen y estado original de cada producto para no sembrar desconfianza en el comprador. ¡°Para nosotros es importante ofrecer una ficha. Indicar procedencia, dise?ador, a?o de fabricaci¨®n y material, as¨ª como alguna curiosidad sobre el mueble. No muchos lo hacen, pero creemos que es relevante¡±, resalta Carrascosa.
Gracias a estas medidas uno puede saber si est¨¢ adquiriendo una pieza aut¨¦ntica, una reedici¨®n o una inspirada en un modelo ic¨®nico y combatir uno de los principales dilemas del sector: hacer pasar un mueble por lo que no es. Se habr¨ªan evitado as¨ª casos como el de las butacas Chandigarh de Pierre Jeanneret (colaborador de Le Corbusier) que, tras d¨¦cadas de ser fusiladas con copias cada vez mejores, una original y una que no lo es, son pr¨¢cticamente imposibles de distinguir. ¡°Las imitaciones suelen ser para los supercl¨¢sicos. De todas formas, es muy evidente que el resultado es un querer y no poder ¡ªadvierten desde El Recibidor¡ª. Todos sabemos ver si una pieza es verdadera o una imitaci¨®n, el precio siempre suele ser un indicativo claro de lo que compramos¡±.
De hecho, el que se trate de una pieza reconocida, la firma o el creador puede ser otro de los grandes dilemas a la hora de decidirse por una compra u otra. ?Es necesario fijarse en el dise?ador? ?Es m¨¢s importante la marca que lo edit¨® en su d¨ªa o lo que la pieza nos hace sentir? ¡°Un mueble no tiene por qu¨¦ tener un dise?ador de renombre o editora reconocida detr¨¢s. No todo es un nombre¡±, explica Nicol¨¢s Poggetti de IKB191, uno de los templos de los muebles de coleccionista en Madrid. En su espacio de la c¨¦ntrica calle Barquillo no es dif¨ªcil encontrar piezas con ¡°potencia y personalidad¡± de autores considerados patrimonio cultural en pa¨ªses como Italia y que en Espa?a comienzan a ser cada vez m¨¢s demandados por un p¨²blico ¨¢vido de muebles con encanto que, en definitiva, hagan de nuestro hogar un lugar m¨¢s acogedor y m¨¢s nuestro. ¡°Lo m¨¢s importante de una pieza es que nos divierta y nos haga feliz m¨¢s all¨¢ de su funcionalidad ¡ªcontin¨²a Poggetti¡ª. Por encima de todo, nos tienen que ayudar a crear espacios ¨²nicos que nos definan y que marquen la diferencia¡±.
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