De paseo por un vergel renacentista en Alicante: ¡°Quien tiene la sensibilidad para sacrificar una ma?ana de su tiempo libre para visitar un jard¨ªn ya es alguien especial¡±
Enrique Montoliu cre¨® su jard¨ªn, un impresionante parque de cinco hect¨¢reas llamado L¡¯Albarda en 1990. Las puertas de su jard¨ªn siempre est¨¢n abiertas para quien desee echar un vistazo
Dialogar con alguien que est¨¢ en paz consigo mismo, y con lo que le rodea, da una visi¨®n del mundo fresca y renovada. As¨ª ocurre con Enrique Montoliu, para quien hacer cosas en beneficio de la naturaleza y de la sociedad se ha convertido en su d¨ªa a d¨ªa. En el a?o 1990 decidi¨® no dejar pasar m¨¢s el tiempo sin crear su propio jard¨ªn, y consigui¨® establecer un precioso e impactante vergel de cinco hect¨¢reas llamado L¡¯Albarda. Lo podemos encontrar en Pedreguer (Alicante), muy cerca de J¨¢vea. A continuaci¨®n, su energ¨ªa y pasi¨®n tambi¨¦n le llevaron a poner en marcha una fundaci¨®n muy especial, Fundem, con la que quiere devolver a la naturaleza lo que la humanidad le niega en demasiadas ocasiones: dignidad y respeto.
Pregunta. ?Cu¨¢ndo fue la primera vez en la que pens¨® construir un jard¨ªn?
Respuesta. Pr¨¢cticamente desde que era un ni?o, aunque he tardado unos cuantos a?os m¨¢s (sonr¨ªe), porque no dispon¨ªa ni de tiempo ni de dinero. Cuando cumpl¨ª los cuarenta a?os es cuando ya me plante¨¦ en serio hacer realidad mi sue?o. En principio pens¨¦ en comprar un jard¨ªn ya hecho, antiguo. Pero los que ve¨ªa no me gustaban: o ten¨ªan una carretera al lado o edificios horribles. As¨ª que al final pens¨¦ en volver a la zona donde veraneaba de peque?o, en J¨¢vea. Busqu¨¦ un terreno tierra adentro, con vistas al Montg¨®. As¨ª comenc¨¦ mi casa, rodeada de naranjos y de un jard¨ªn.
P. ?Y de d¨®nde viene esa afici¨®n tan temprana por la jardiner¨ªa y por las plantas?
R. A mi padre le gustaba pescar con ca?a. Todos los fines de semana del a?o ¨ªbamos a zonas donde hubiera agua: r¨ªos, embalses, cualquier sitio era bueno. Yo me aburr¨ªa mientras mi padre disfrutaba mirando el corcho. No le importaba estar ocho horas sin pescar nada, porque para ¨¦l eso era una terapia. Pero yo, con la vitalidad de un ni?o, me dedicaba a explorar los alrededores. Me alucinaba ver la vida que hab¨ªa en un r¨ªo o en una charca. Hasta una vez cog¨ª una serpiente pensando que era una anguila, y se la fui a ense?ar con orgullo a mi madre, que peg¨® un grito enorme del susto. El amor que cog¨ª a la naturaleza entonces me acompa?a toda la vida.
P. Para crear su jard¨ªn, que es m¨¢s bien un jard¨ªn de jardines, ?qu¨¦ referentes tuvo en cuenta para dise?arlo?
R. Pues no tuve un referente concreto, pero s¨ª que ten¨ªa claro que quer¨ªa hacer un jard¨ªn formal alrededor de la casa, para luego fundirlo con el paisaje. Posteriormente me enter¨¦ que en eso consist¨ªa el jard¨ªn renacentista. Entonces, se puede decir que L¡¯Albarda es un jard¨ªn renacentista, aunque posteriormente le a?ad¨ª otras partes inspiradas en el jard¨ªn valenciano y ¨¢rabe.
P. Llama la atenci¨®n que decidiera abrir el jard¨ªn a todo aquel que quisiera visitarlo.
R. Pr¨¢cticamente desde el primer momento quise que el jard¨ªn fuera algo compartido. Al poco de comenzarlo ya empec¨¦ a realizar visitas guiadas gratuitas, para que la gente lo viera. No pensaba en hacer un jard¨ªn totalmente privado. Siempre me ha gustado compartir; no me molestan las visitas, al rev¨¦s, me enriquecen. As¨ª he conocido a personas maravillosas. Creo que quien tiene la sensibilidad para sacrificar una ma?ana de su tiempo libre para visitar un jard¨ªn ya es alguien especial.
P. La construcci¨®n de su jard¨ªn le llev¨® a pensar en otros proyectos.
R. Eso es curioso, porque al principio el terreno del futuro jard¨ªn era un pedregal. Al cabo de tres o cuatro a?os la naturaleza hab¨ªa construido rincones maravillosos en aquellos sitios olvidados. Es entonces cuando fui consciente de que si compraba terrenos que tuvieran un importante valor ecol¨®gico, y dejaba que la naturaleza fuera la ¨²nica creadora, se pod¨ªa hacer algo bello.
P. Y de esa manera naci¨® la fundaci¨®n Fundem.
R. As¨ª es. Surgi¨® la idea de ir comprando territorio y darlos en custodia a grupos ecologistas de esa zona, para que tuvieran un lugar donde experimentar sus aficiones y pudieran aumentar la biodiversidad. Poco a poco ya hemos conseguido m¨¢s de 1.000 hect¨¢reas compradas por m¨¢s de 50 espacios. Con eso vamos sembrando semillitas para que la gente del lugar se d¨¦ cuenta de que tiene en su pueblo joyas que merece la pena conservar. No todo han de ser parques naturales o nacionales, sino que en cada lugar puede haber un lugar por y para la naturaleza.
P. Las ra¨ªces de su fundaci¨®n son los socios.
R. El ir haciendo socios tiene la ventaja de que cualquier persona que tenga la ilusi¨®n de luchar contra la deforestaci¨®n o contra el cambio clim¨¢tico tenga una oportunidad de hacerlo con poco dinero. Nosotros hacemos socios con 50 euros al a?o, que son adem¨¢s desgravables en la declaraci¨®n de la renta, y con eso se compran 100 metros cuadrados de terreno al a?o. Un socio que est¨¦ diez a?os con nosotros salvar¨¢ 1000 metros cuadrados de la depredaci¨®n del hombre. Estamos comprando terrenos en toda Espa?a, incluidas las islas.
P. Porque se hace un contrato para que ese terreno no pueda tener otro tipo de uso.
R. Eso es, ni vender ni construir. La idea es que ese terreno sea para la naturaleza y no se le saque ning¨²n tipo de provecho: ni agr¨ªcola, ni tur¨ªstico ni de ninguna clase.
P. Regresemos a su jard¨ªn, que parece que tambi¨¦n est¨¢ lleno de m¨²sica.
R. Hacemos actividades culturales para recaudar fondos, pero tambi¨¦n porque nos encanta escuchar m¨²sica dentro del jard¨ªn mientras los p¨¢jaros est¨¢n cantando y sentimos los aromas de las plantas. No se puede pedir m¨¢s.
P. ?Qu¨¦ es lo cree que ha de tener un buen jardinero?
R. Lo que tiene que hacer un buen jardinero es crear el h¨¢bitat para que la planta y la naturaleza lo terminen. La naturaleza siempre lo va a hacer mejor que t¨². Por eso, un buen jardinero debe observar la naturaleza. Las mejores plantas son las que nacen all¨ª en su jard¨ªn, espont¨¢neas. Yo lo que no hago nunca es quitar un ¨¢rbol donde ha nacido, porque ese va a ser el m¨¢s bonito de todos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.