C¨®mo ligar en la era de las ¡®app¡¯: ?tiene la ciencia la respuesta?

Amy y Frank tienen una cita a trav¨¦s de una aplicaci¨®n con un 99,8% de certeza de que va a funcionar. Una simulaci¨®n virtual y un algoritmo lo han predicho. No sabemos ni sabremos si finalmente esta cita acaba en historia rom¨¢ntica. El episodio de Black Mirror que protagoniza esta pareja acaba ah¨ª. La serie de ciencia ficci¨®n que imagina un futuro con gran presencia de la tecnolog¨ªa narra en ese cap¨ªtulo c¨®mo esta interviene en la b¨²squeda del amor. ?Se llegar¨¢ a eso? ?Se puede predecir el amor? ?O, como dijo el poeta Gustavo Adolfo B¨¦cquer: ¡°El amor es un misterio. Todo en ¨¦l son fen¨®menos a cu¨¢l m¨¢s inexplicable; todo en ¨¦l es il¨®gico, todo en ¨¦l es vaguedad y absurdo¡±?

En la actualidad, gracias a las aplicaciones de citas, la cantidad de gente que se puede conocer ha aumentado considerablemente. Desde un punto de vista pr¨¢ctico, tener garant¨ªas de que el encuentro amoroso puede funcionar es una forma de optimizar el tiempo y ahorrarse decepciones. As¨ª que parece l¨®gico que se busque la f¨®rmula del amor.

Pero esto no es algo nuevo, hace m¨¢s de 20 a?os el psic¨®logo norteamericano Arthur Aron defini¨® 36 preguntas que consegu¨ªan que dos personas se enamoraran y un programa de televisi¨®n las puso a prueba con aparentes buenos resultados. La clave es conseguir acelerar el proceso que lleva a compartir aspectos ¨ªntimos y para ello las preguntas formuladas por Aron van indagando de manera progresiva en temas personales y emotivos, en inseguridades, miedos, dudas y certezas. La vulnerabilidad compartida genera cercan¨ªa, seg¨²n recoge Mandy Len Catron en su ensayo C¨®mo enamorarse de cualquier persona, siguiendo estos pasos.

M¨¢s recientemente, la aplicaci¨®n para ligar Badoo ha ideado un test para comprobar la qu¨ªmica previa a una cita. Se trata de preguntar a la otra persona qu¨¦ le llam¨® la atenci¨®n del perfil propio, interesarse por ella, hacerle preguntas para propiciar la conversaci¨®n; pedirle consejo; hablar de aciertos y errores o para finalizar en una charla telef¨®nica en la que ya se crea m¨¢s cercan¨ªa al o¨ªr las voces.

No hay datos de si funciona, pero seguramente m¨¢s de uno y m¨¢s de dos se animar¨¢n a seguir la gu¨ªa, sobre todo teniendo en cuenta la dificultad que existe para iniciar conversaciones en las nuevas aplicaciones para ligar (a un 57% de las personas que se citan les resulta dif¨ªcil saber qu¨¦ preguntas hacer cuando comienzan a hablar con alguien en una aplicaci¨®n, seg¨²n explica la propia Badoo en el art¨ªculo 6 Questions to ask your match before you go on a date [Preguntas qu¨¦ hacer a un ¡®match¡¯ antes de ir a una cita, por su traducci¨®n en espa?ol].

Del enamoramiento al amor

Como en el episodio de Black Mirror, no sabemos qu¨¦ pasa despu¨¦s de esas primeras preguntas tras las que se consigue un acercamiento. El enamoramiento inicial es posible, pero, para que de ah¨ª surja el amor, hay que dar otro paso.

El enamoramiento, seg¨²n definen Ch¨®liz, M. y G¨®mez C. en el art¨ªculo Emociones sociales: enamoramiento, celos, envidia y empat¨ªa es: ¡°Una explosi¨®n emocional que va acompa?ada de obnubilaci¨®n mental, euforia y ansia por unirse a otra persona¡±. Viene provocado por una mezcla de atractivo f¨ªsico, proximidad, similitud en actitudes, valores, creencias y reciprocidad. Esa fascinaci¨®n hacia la otra persona hace que en muchas ocasiones la idealicemos. El amor vendr¨¢ cuando se baje a la realidad y, aun as¨ª, se mantenga el inter¨¦s. Es un sentimiento m¨¢s suave y tambi¨¦n m¨¢s estable.

El psic¨®logo norteamericano Robert Sternberg define el amor seg¨²n tres par¨¢metros: intimidad, pasi¨®n y compromiso. La intimidad son las ganas de cercan¨ªa, de compartir, de dar y recibir. La pasi¨®n es la atracci¨®n f¨ªsica junto al deseo sexual. El compromiso es la decisi¨®n de querer mantener esa relaci¨®n. Seg¨²n esta teor¨ªa triangular, en funci¨®n de la cantidad de cada uno de estos tres elementos que est¨¦ presente en una relaci¨®n se define un tipo u otro de amor. El enamoramiento se producir¨ªa cuando hay sobre todo intimidad y pasi¨®n. El amor ser¨ªa un equilibrio entre los tres factores.

La ciencia del amor

La otra cuesti¨®n que ha llamado la atenci¨®n respecto al amor es entender objetivamente por qu¨¦ se produce. Para ello, se han realizado estudios neurol¨®gicos que analizan qu¨¦ partes del cerebro se activan en las diferentes fases. En la revisi¨®n de art¨ªculos sobre el tema recogida en la revista Science, titulada The neurobiology of love (neurobiolog¨ªa del amor), se describe que el amor activa ¡°regiones espec¨ªficas ricas en receptores de oxitocina y vasopresina y, a la vez, desactiva un conjunto de zonas asociadas con las emociones negativas, el juicio social y la evaluaci¨®n de las intenciones y emociones de otras personas¡±. Es decir, el enamoramiento provoca que cuando se est¨¢ con esa persona se active el circuito de recompensa a la vez que se desactiva la evaluaci¨®n social cr¨ªtica y las emociones negativas. Se entiende, entonces, la obnubilaci¨®n mental y euforia que se experimenta en esos momentos.

Por otro lado, adem¨¢s de la de Sternberg, hay otras escalas psicol¨®gicas validadas que buscan medir el tipo de amor que existe entre dos personas. Estos cuestionarios, a trav¨¦s de una serie de preguntas que responden los sujetos de estudio, buscan sobre todo definir y entender lo que pasa, m¨¢s que provocar el enamoramiento. Lo mismo podr¨ªamos decir de los estudios neurol¨®gicos.

Los test, cuestionarios y simulaciones virtuales de compatibilidad (lleguen hasta donde la tecnolog¨ªa les permita llegar) pueden dar una idea y plantear unas garant¨ªas m¨ªnimas de que dos personas se van a entender. Pueden hasta darse las condiciones favorables para un enamoramiento, entre otras cosas, por aquello de la profec¨ªa de autocumplimiento: si vamos a una cita pensando que tiene un 99,8% de posibilidades de ¨¦xito, seguramente estaremos predispuestos a que as¨ª sea. Pero predecir un amor duradero ser¨¢ m¨¢s complejo. Cu¨¢ntas historias de amor no pueden consolidarse ya no por falta de compatibilidad, sino por las circunstancias de la vida. Como dice la expresi¨®n popular, el hombre propone y Dios dispone.