El bum de los trasteros: ?soluci¨®n o parche a la falta de espacio en casa?
Espa?a se ha convertido en el cuarto mercado europeo de un sector en expansi¨®n por la crisis de la vivienda y el aumento de pisos compartidos, entre otros factores. En ciudades como Madrid o Barcelona, los alquileres que incluyen estos espacios pueden incrementar la mensualidad entre 50 y 100 euros
El problema del acceso a la vivienda se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de la sociedad. No poder alquilar (y mucho menos comprar) una casa impacta en otros aspectos de la vida, desde la salud mental hasta la manera de relacionarnos, e incluso en la forma en que est¨¢n evolucionando las ciudades, con un incremento de negocios originados como consecuencia directa de esa crisis de la vivienda. Es el caso de los trasteros, cuya oferta y demanda ha aumentado considerablemente en los ¨²ltimos a?os.
¡°Se trata de un fen¨®meno relativamente nuevo en Espa?a, pero no en otros pa¨ªses¡±, explica Irene Lebrus¨¢n, doctora en Sociolog¨ªa y profesora en la Universidad Aut¨®noma de Madrid, algo que ella relaciona con el ¡°aumento de la vivienda compartida¡±. Es decir, de personas que viven en habitaciones y tienen un espacio muy reducido. ¡°Sobre todo para quienes han tenido antes acceso a otro tipo de viviendas y ahora tienen que irse a una compartida, el trastero es el recurso, no ¨®ptimo, porque no lo es (las viviendas compartidas son otra manifestaci¨®n del problema de la vivienda), pero para algunos es la ¨²nica posibilidad que hay¡±, explica. El precio desorbitado de los pisos obliga a buena parte de la poblaci¨®n a buscar apartamentos con menor superficie y con ello, menos espacio para almacenaje. La desesperaci¨®n de unos y la avaricia y falta de escr¨²pulos de otros ha dado pie incluso a que se oferten trasteros como viviendas, cuando su uso debe ser exclusivo para guardar enseres.
Pero adem¨¢s de los trasteros de particulares y para particulares, ubicados por lo general en el mismo edificio que la vivienda, cada vez cobran m¨¢s peso los espacios de almacenaje gestionados por empresas y orientados a otro tipo de clientela e incluso destinados a peque?as y medianas empresas. Desde la Asociaci¨®n Espa?ola de Self Storage (AESS) corroboran el crecimiento de la red de trasteros en Espa?a: ¡°Cuando cerramos el estudio en febrero 2024, ten¨ªamos en la Asociaci¨®n Espa?ola de Self Storage 352 centros prestando servicios en Espa?a, sobre todo en Catalu?a, Comunidad de Madrid y Andaluc¨ªa. Actualmente, en octubre de 2024, contamos con 380 centros asociados operando con garant¨ªa de calidad AESS y seis marcas m¨¢s estudiando el mercado espa?ol y que est¨¢n asociados como miembros provisionales para conocer m¨¢s sobre el negocio en Espa?a¡±, indica Sole Mart¨ªnez, gerente de la asociaci¨®n.
?scar Larrea, vicepresidente de operaciones en Espa?a de la inmobiliaria Evernest, se?ala un aumento de entre un 15% y un 20%, seg¨²n datos de los principales operadores de este tipo de activos. ¡°Este incremento refleja el creciente inter¨¦s tanto en su compra como en su alquiler¡±, apunta Larrea. Entre los operadores con mayor n¨²mero de locales hay compa?¨ªas como Bluespace, Necesito un trastero o Homebox. Sin embargo, a pesar del crecimiento del sector, la conciencia de marca de trasteros por parte de la poblaci¨®n espa?ola es baja en comparaci¨®n con otros pa¨ªses europeos. As¨ª lo refleja en su ¨²ltimo informe, publicado en octubre, la Federaci¨®n Europea de Asociaciones de Trasteros (Fedessa), donde adem¨¢s se vincula ¡°el competitivo sector inmobiliario de las capitales europeas¡± con la mayor proporci¨®n de encuestados que consideran ¡°utilizar espacios de almacenamiento¡±. Seg¨²n Fedessa, en Espa?a el 21% de los encuestados afirm¨® haber pensado en usar trastero, frente al 64% que nunca se lo ha planteado y el 16% que s¨ª lo ha alquilado en alguna ocasi¨®n.
Muchos m¨¢s trasteros pero lejos de la burbuja
A la hora de alquilar un piso con trastero en una ciudad como Madrid o Barcelona (donde se concentra buena parte de la oferta), se puede incrementar la mensualidad entre 50 y 100 euros ¡°dependiendo de la ubicaci¨®n y la demanda local¡±, matiza Larrea. ¡°En zonas m¨¢s perif¨¦ricas o en ciudades m¨¢s peque?as, el incremento suele ser menor, alrededor de 30 a 50 euros mensuales¡±. Lo mismo sucede con los trasteros en venta, cuyo precio se mueve en ¡°rangos que van desde 3.000 hasta 10.000 euros en ciudades m¨¢s peque?as o en ¨¢reas rurales¡±, y con cifras que superan ¡°los 15.000 euros en zonas de alta demanda¡± de ciudades de m¨¢s poblaci¨®n.
¡°Este panorama refleja el creciente valor que han adquirido los trasteros en el mercado inmobiliario en los ¨²ltimos a?os¡±, redondea Larrea. Aun as¨ª, no parece probable que estos dibujen una nueva burbuja dentro del sector inmobiliario: ¡°No olvidemos que la burbuja de la vivienda se mantiene porque estamos hablando de un bien b¨¢sico, imprescindible para el desarrollo o el alcance de cualquier otro derecho humano, y por eso se puede producir ese problema en torno a los precios de la vivienda y dem¨¢s. Los trasteros no van a tener esa misma demanda porque no los necesita todo el mundo¡±, recuerda Lebrus¨¢n. Mart¨ªnez reconoce que hay ¡°mucho inter¨¦s¡± por parte de inversores en busca de nuevas oportunidades de negocio ¡°pero el costo de la inversi¨®n inicial y el tiempo necesario para llegar al punto de equilibrio entre ingresos y gastos hace que algunas empresas que est¨¢n investigando desechen esta posibilidad¡±.
Clientes de corta y larga duraci¨®n
Aparte de los usuarios permanentes, hay un porcentaje elevado de la clientela que alquila trasteros de manera puntual, ya sea para guardar muebles durante una reforma, estudiantes o profesionales con problemas de espacio desplazados de su ciudad por un tiempo limitado, peque?as empresas con necesidad de microalmacenes¡ En este sentido, desde AESS se?alan que ¡°hist¨®ricamente, hab¨ªa una proporci¨®n del 70% cliente particular y 30% aut¨®nomos y peque?as empresas¡±, pero ¡°hoy en d¨ªa, las empresas valoran mucho los servicios ofrecidos por el self storage, convirtiendo en gasto variable lo que anteriormente era un fijo¡±.
Eso s¨ª, a la hora de guardar cosas se deben acatar ciertas normas: ¡°Los clientes firman un contrato donde se especifican los productos que est¨¢ prohibido almacenar debido a cuestiones de seguridad, salud y cumplimiento legal. Las restricciones pueden variar seg¨²n la normativa local y pol¨ªticas del operador, pero en general, los siguientes productos suelen estar prohibidos: materiales peligrosos como pueden ser las sustancias inflamables, sustancias ilegales como drogas o productos falsificados, alimentos y productos perecederos y seres vivos como animales y plantas¡±, enumera Mart¨ªnez.
Los trasteros forman parte de esos negocios que afloran para satisfacer necesidades motivadas, entre otras cosas, por la crisis de la vivienda. Otro ejemplo representativo vinculado con esta problem¨¢tica es el bum de las lavander¨ªas de autoservicio. Hasta hace pocos a?os, estos establecimientos apenas exist¨ªan en las ciudades, pero actualmente se trata de un negocio en expansi¨®n presente en cada vez m¨¢s distritos. Labrus¨¢n sostiene que, sobre todo, ¡°han aumentado en barrios muy gentrificados, turistificados, sobre todo en Madrid, en barrios donde viven los estudiantes, y tambi¨¦n en barrios que est¨¢n muy empobrecidos¡±. Es decir, los dos mecanismos principales por los que se da este aumento de compartir piso: los estudiantes que vienen de manera temporal a Espa?a, pero tambi¨¦n personas que no pueden constituir un hogar y no pueden pagar un alquiler completo, seg¨²n la experta.
No disponer de una lavadora en casa, tratar de ahorrar en la factura de la luz, buscar una manera de lavar prendas de gran tama?o (abrigos, edredones, cortinas...) dif¨ªciles de secar en viviendas peque?as... son otras de las razones que han acelerado el desarrollo de estos negocios, beneficiados igualmente por el turismo. ?Gozar¨¢n los trasteros de una popularidad similar? El fen¨®meno acaba de fraguarse, pero ya se acumulan varios a?os de crecimiento continuado y las aperturas son constantes. De momento, seg¨²n datos recientes de Fedessa, Espa?a se sit¨²a como el cuarto pa¨ªs europeo con mayor cuota de mercado, por detr¨¢s del Reino Unido, Francia y Alemania.