La moda brit¨¢nica celebra 30 a?os de inconformismo y comunidad
El Design Museum inaugura ¡®Rebel, 30 Years of London Fashion¡¯, que re¨²ne a algunos de los hoy grandes dise?adores que se acogieron al programa que lanz¨® sus carreras. Una exposici¨®n que busca explicar c¨®mo se cre¨® el relato de la irreverente moda ¡®british¡¯ y qu¨¦ la hace diferente al resto
En 1993, el Reino Unido intentaba remontar una de sus peores crisis econ¨®micas. La libra hab¨ªa ca¨ªdo hasta l¨ªmites estrepitosos el a?o anterior, en el llamado mi¨¦rcoles negro, y se suced¨ªan huelgas y paros por toda la naci¨®n. Pero dicen que es en las crisis cuando aflora la aut¨¦ntica creatividad, una v¨ªa de escape ante el descontento que los brit¨¢nicos conocen bien. De la posguerra naci¨® el Swinging London en los sesenta y de la crisis minera y de desempleo generalizado de los ochent...
En 1993, el Reino Unido intentaba remontar una de sus peores crisis econ¨®micas. La libra hab¨ªa ca¨ªdo hasta l¨ªmites estrepitosos el a?o anterior, en el llamado mi¨¦rcoles negro, y se suced¨ªan huelgas y paros por toda la naci¨®n. Pero dicen que es en las crisis cuando aflora la aut¨¦ntica creatividad, una v¨ªa de escape ante el descontento que los brit¨¢nicos conocen bien. De la posguerra naci¨® el Swinging London en los sesenta y de la crisis minera y de desempleo generalizado de los ochenta naci¨®, entre otros, el postpunk. Aquella hecatombe econ¨®mica de los primeros noventa no dio como resultado el nacimiento de la moda brit¨¢nica, por supuesto, pero s¨ª su relato, esa leyenda que asocia el dise?o hecho en Londres con la vanguardia, la reivindicaci¨®n y la amplitud de miras.
Aquel a?o, el British Fashion Council, que organiza la semana de la moda londinense, los premios de la moda brit¨¢nicos y que se encarga de apoyar log¨ªstica y financieramente a los dise?adores locales, cre¨® NewGen, un organismo para unir al talento joven, respaldarlo financieramente y darle un lugar en el que mostrar sus creaciones. Ahora, cuando se cumplen tres d¨¦cadas de aquello, el Design Museum de Londres ha inaugurado la exposici¨®n Rebel, 30 Years of London Fashion, que podr¨¢ verse hasta el 11 de febrero de 2024 y que re¨²ne a algunos de los hoy grandes dise?adores que se acogieron a aquel programa y a todos los emergentes que participan de ¨¦l en la actualidad. La idea principal es explicar c¨®mo se cre¨® el relato de la irreverente moda brit¨¢nica y qu¨¦ la hace diferente a la del resto de capitales. Porque en 1993, como explica una de sus comisarias, la editora Sarah Mower, ¡°ning¨²n editor internacional ten¨ªa la intenci¨®n de venir aqu¨ª a ver desfiles¡±.
Ese 1993, NewGen patrocin¨® a seis j¨®venes dise?adores y les invit¨® a exhibir sus creaciones en el hotel Ritz de la capital brit¨¢nica. Uno de esos seis era Alexander McQueen, que en aquel momento buscaba trabajo como dise?ador en alguna parte y creaba ropa ¡°para pasar el rato¡±. Present¨® su segunda colecci¨®n, Taxi Driver, titulada as¨ª por la pel¨ªcula de Martin Scorsese y por su padre, taxista. Aquella colecci¨®n, transportada en bolsas de basura, termin¨® desapareciendo en el club donde Mcqueen se fue de fiesta aquella misma noche, pero en la exposici¨®n hay una recreaci¨®n de las piezas, muy pertinentemente desperdigadas en una sala inspirada en el apartamento donde viv¨ªa junto a uno de sus colaboradores, el tambi¨¦n dise?ador Simon Ungless. ¡°No ten¨ªamos nada, solo ganas de experimentar con lo poco que ten¨ªamos¡±, cuenta Ungless en el fanzine que acompa?a a la muestra. El resto es historia. ¡°Nosotros siempre hemos apoyado la creatividad, y el hecho de que Lee fuera uno de los primeros becados por NewGen hac¨ªa inevitable nuestro apoyo ahora¡±, comenta Sarah Burton, directora creativa de Alexander McQueen hasta el pasado febrero. La marca, hoy propiedad del grupo Kering, ha patrocinado la exposici¨®n por una cuesti¨®n casi de justicia po¨¦tica.
Si a la muestra la acompa?a un fanzine, y no un cat¨¢logo, es porque de lo que se trata es de que cada creador, de Christopher Kane a JW Anderson, de Kim Jones al joven S.S. Daley, entre muchos otros, d¨¦ vueltas sobre el concepto del ¡°hazlo t¨² mismo¡± (al menos, hasta que otros te financien). ¡°Lo digital estaba prohibido en la escuela, aprend¨ª sola Photoshop, mi rat¨®n era mi pincel¡±, cuenta la dise?adora Mary Katrantzou, que hace casi dos d¨¦cadas adquiri¨® fama mundial por sus estampados. Precisamente, la escuela, junto con el club, son los dos focos que la exhibici¨®n ha querido resaltar para explicar el relato de la moda brit¨¢nica. La vida nocturna, ¡°nuestro moodboard¡±, como dice Simon Ungless, donde los j¨®venes creaban comunidad en torno al baile y al estilismo confeccionado para ser vistos en la pista (¡°aqu¨ª todo empez¨® en una rave¡±, relata Kim Jones en el fanzine); y las escuelas de dise?o, con especial hincapi¨¦ en la Central Saint Martins donde, adem¨¢s de las t¨¦cnicas tradicionales, aprend¨ªan y aprenden sociolog¨ªa, historia o teatro y que, hasta hace bien poco, contaban con un ampl¨ªsimo programa de becas (y unas dur¨ªsimas pruebas de acceso) para fomentar la igualdad de oportunidades.
Nuevas respuestas creativas ante nuevas crisis
Pero vuelven, de alg¨²n modo, los tiempos de crisis que alumbraron NewGen. En 2019, justo antes de la pandemia, la moda brit¨¢nica hab¨ªa perdido 900 millones de libras debido al Brexit. El covid agrav¨® la situaci¨®n hasta superar los 1.000 millones. La salida del Reino Unido de la Uni¨®n Europea, a la que se opusieron todos los dise?adores (Burberry envi¨® una carta abierta a The Times en 2016 alertando de las consecuencias) hace que los env¨ªos se conviertan en exportaciones con sus correspondientes grav¨¢menes. Dise?adores tan prometedores como Paula C¨¢novas del Vas (finalista del premio LVMH) acabaron emigrando a Par¨ªs, otros, como Christopher Kane, presente en la semana de la moda de Londres desde hace d¨¦cadas, se enfrenta a un concurso de acreedores. Las becas tambi¨¦n han ca¨ªdo un 60%, lo que ha propiciado que, en los ¨²ltimos seis a?os, solo un 16% de los creativos provengan de clases no acomodadas, seg¨²n un informe llevado a cabo por el Creative Industries Policy and Evidence Centre.
La exposici¨®n no es la ¨²nica forma de celebrar el trig¨¦simo aniversario del NewGen y, por supuesto, de apoyar su moda nacional en estos momentos convulsos. ¡°Hay una serie de iniciativas que durar¨¢n 12 meses y que pondr¨¢n en valor el impacto de la moda brit¨¢nica en el mundo¡±, explica Caroline Rush, directora ejecutiva del British Fashion Council. Los festejos comenzaron, por supuesto, con la semana de la moda londinense, celebrada el pasado septiembre, y continuar¨¢n con los premios brit¨¢nicos de la moda, una gala que desde hace un par de a?os tiene alcance mundial y con cuya recaudaci¨®n financia a los creativos emergentes premiados. Porque la idea de comunidad sigue diferenciando a Londres del resto de capitales de la moda, eso s¨ª, mucho m¨¢s amplificada: tras el varapalo del Brexit y el covid, el British Fashion Council ha expandido su marca con el patrocinio de firmas privadas, de TikTok (donde durante unos a?os los dise?adores pod¨ªan vender directamente su ropa) a Coca-Cola pasando por la marca de joyas Pandora, actual patrocinadora de los premios. Ese dinero va, en mayor medida, a financiar a los creativos emergentes, que suelen desfilar en espacios cedidos, pero tambi¨¦n a crear una red de apoyo entre editores y compradores internacionales. Durante el d¨ªa, Selfridges les cede algunas de sus salas para trabajar y si el hotel Ritz fue en sus inicios el epicentro para alojar colecciones, hoy es el Edition el que acoge a la mayor parte de los invitados y clientes. Sus salones y bares privados suelen ser el epicentro de las fiestas, exclusivas o improvisadas.
La comunidad es hoy internacional y en el club nocturno, abierto cada noche, puede haber muchos rostros conocidos, pero la idea es la misma. La moda brit¨¢nica, hoy m¨¢s que nunca, necesita ese relato para sobrevivir.