Peter Knapp, el artista que traslad¨® a las modelos del set al campo y rompi¨® moldes: ¡°Ya no hay revistas de moda¡±

La exposici¨®n en Barcelona dedicada a las fotograf¨ªas de moda del multidisciplinar Antoni Miralda ha tra¨ªdo a la ciudad a un viejo amigo del artista catal¨¢n. Peter Knapp (B?retswill, Suiza, 1931) aprovech¨® un coloquio alrededor de la exposici¨®n Miralda y Elle, que se puede ver en La Virreina Centre de la Imatge hasta el 1 de octubre, para conversar con m¨¢s de un centenar de personas del p¨²blico sobre la etapa en la que trabajaron juntos para la revista Elle, de la que Knapp fue director art¨ªstico entre 1959 y 1966, y entre 1974 y 1977. El encargo de la entonces directora de la revista fue claro, comentaba Knapp: quer¨ªa hacer una revista para millones de personas, que reflejara lo que estaba pasando en la calle, la revoluci¨®n de los a?os sesenta que cambi¨® la forma de vestir de las mujeres, con dise?adores como Andr¨¦ Courr¨¨ges en Par¨ªs o Mary Quant en Londres.

En un peque?o hotel de Ciutat Vella, Peter Knapp est¨¢ leyendo la versi¨®n en franc¨¦s del libro Hold Still: A Memoir with Photographs, de la fot¨®grafa Sally Mann. A sus 92 a?os, tiene una cabeza l¨²cida que sigue interes¨¢ndose por el pulso de la vida, no pierde detalle de lo que pasa a su alrededor. Los dos d¨ªas que ha pasado en Barcelona los ha aprovechado para reencontrarse con una ciudad que conoce bien, pues durante a?os tuvo una casa en Mallorca y ven¨ªa a menudo a la ciudad. Se ha maravillado con la vivacidad de la plaza del Macba, donde ha visitado la exposici¨®n actual dedicada a Nancy Holt, artista conceptual que fue reconocida por sus instalaciones y aproximaci¨®n al land art.

Actualmente, Knapp sigue trabajando en fotograf¨ªa, pero tambi¨¦n se ha enfocado a un trabajo m¨¢s conceptual. Con formaci¨®n de dise?o gr¨¢fico y pintura, cuenta sin reparos que ¨¦l intent¨® ser pintor en Estados Unidos, pero como la cosa no sali¨® bien regres¨® a Europa. Se instal¨® en Par¨ªs y fue all¨ª donde empez¨® su idilio con la fotograf¨ªa. Casualmente, en 1955 ya hab¨ªa tratado con H¨¦l¨¨ne Lazareff, la fundadora y directora de la revista Elle, para quien hizo su logo, el mismo que sigue utilizando el magac¨ªn de moda y estilo de vida. Fue en 1959 cuando ella le plante¨® ocuparse de la direcci¨®n art¨ªstica, con el objetivo de alejarse de las revistas pensadas para la burgues¨ªa.

Antoni Miralda, que tambi¨¦n participa de la conversaci¨®n, destaca que Knapp es un ¡°recept¨¢culo que se interesa por todo¡±. Como an¨¦cdota cuenta que, al salir del coloquio sobre la fotograf¨ªa y las revistas de moda, se qued¨® prendado mirando los gigantes de la popular fiesta de La Merc¨¨, colocados en el vest¨ªbulo del edificio de La Virreina. Por eso no fue raro que captara en seguida lo que le ped¨ªa H¨¦l¨¨ne Lazareff y se rodeara de artistas de diferentes disciplinas para llevar a cabo aquel cambio en las im¨¢genes de moda. As¨ª es como recab¨® en un veintea?ero Miralda, que en esa ¨¦poca estaba en Par¨ªs, la ciudad m¨¢s creativa del momento, seg¨²n ambos.

Seg¨²n Knapp, a Lazareff ¡°no le interesaban los grandes fot¨®grafos ni las modelos conocidas¡± con los que trataban las principales revistas del momento. Imagin¨® una revista revolucionaria con un enfoque editorial que abriera la mente de las mujeres de todo el mundo, donde descubrir las ¨²ltimas tendencias del pr¨ºt-¨¤-porter. Por eso ¨¦l form¨® un nuevo equipo con fot¨®grafos, artistas y con gente que no ten¨ªa nada que ver con la moda, como el mismo Miralda, y lo convirtieron en un magac¨ªn m¨¢s atractivo.

Era un momento de grandes cambios, el inicio de la liberaci¨®n de algunos de los cors¨¦s que han atado en corto a las mujeres. ¡°Courr¨¨ges fue un rompedor, liber¨® a las mujeres de los sombreros, los guantes, los tacones, la joyer¨ªa... la desnud¨® de todo esto¡±, recuerda Knapp, que elogia los vestidos del dise?ador, cortos, funcionales y, a la vez, chic. Y las fotograf¨ªas de Elle de aquel tiempo tambi¨¦n quer¨ªan romper moldes, situando a las modelos en espacios sorprendentes a las afueras de Par¨ªs. En carreteras, en caminos de campo, rodeadas de tractores... cualquier escenario fuera del estudio pod¨ªa convertirse en el mejor set.

En toda aquella atm¨®sfera que quiso crear reconoce una influencia de las pel¨ªculas de Jean-Luc Godard, uno de los m¨¢s influyentes de la nouvelle vague, pero tambi¨¦n del expresionismo abstracto de Jackson Pollock. De hecho, son los inicios del pop art en Estados Unidos e Inglaterra y esa corriente tambi¨¦n le influenci¨® a la hora de trabajar. En pocos meses, su trabajo se podr¨¢ ver en el Museo de la Fotograf¨ªa de Charleroi, en B¨¦lgica, donde le van a dedicar una retrospectiva.

Actualmente, Peter Knapp vive entre Par¨ªs y su Suiza natal. Sigue trabajando, profundizando en el arte conceptual a trav¨¦s de la c¨¢mara, digital, por supuesto: ¡°Ya nadie quiere copias en papel¡±. Dice que las fotograf¨ªas impresas han quedado solo para los museos. Pero es una evoluci¨®n que entiende: ¡°Ahora es el momento de la tecnolog¨ªa digital¡±. Lo que ya no comparte igual es el rumbo que ha tomado el mundo editorial. ¡°Ya no hay revistas de moda¡±, sentencia. Para ¨¦l, se han convertido en postes de publicidad, con fotograf¨ªas pagadas por Prada, Chanel, Dior... ¡°Todo ha cambiado tanto¡±, concluye.

Miralda y ¡®Elle¡¯

Antoni Miralda (Terrassa, 1942) ha recuperado de su archivo muchos de los negativos de la ¨¦poca que pas¨® en Par¨ªs, entre 1964 y 1971. Son fotograf¨ªas que se hab¨ªan mantenido pr¨¢cticamente in¨¦ditas y algunas de las cuales fueron publicadas en la revista Elle, bajo la batuta art¨ªstica de Knapp. Nada de estudio, sino calle y mucha calle, pero tampoco la m¨¢s glamurosa. Miralda se acerca a nuevos espacios, pone a las modelos en barrios industriales, estaciones de tren, rincones del extrarradio parisino o en medio del campo. Una de las modelos m¨¢s populares de la ¨¦poca que pueden verse es Twiggy, adem¨¢s de los negativos que muestran todo el proceso selectivo hasta dar con la imagen que se public¨®. Todas estas fotos son un claro ejemplo de que la fotograf¨ªa de moda se convirti¨® en arte aplicado.