Claves para discernir y cuestionar la informaci¨®n que circula en internet
La identificaci¨®n y el an¨¢lisis cr¨ªtico del contenido de las plataformas sociales se convierte en una competencia esencial para los estudiantes
Quienes transitan hoy la adolescencia se enfrentan al reto de aprender a desenvolverse en internet y, sobre todo, en las redes sociales, que se han convertido en un espacio de encuentro y de ocio, as¨ª como en un punto clave de acceso a informaci¨®n para muchos j¨®venes. As¨ª lo recog¨ªa en septiembre de 2024 el informe Desinformaci¨®n y discursos de odio en el entorno digital, publicado por Save The Children: las redes sociales son el segundo canal preferido para informarse ¡ªa la par con la televisi¨®n¡ª, detr¨¢s de los amigos o familiares. Sin embargo, este hecho puede encerrar tambi¨¦n una paradoja: que ese entorno est¨¦ accediendo a fuentes de informaci¨®n digitales sin analizar su veracidad.
Mensajes machistas, mis¨®ginos y ultracapitalistas influyen negativamente en quienes consumen este contenido sin cuestionarlo. El camino pasa entonces por ense?ar a los adolescentes a ser cr¨ªticos con lo que leen en estas plataformas, pero tambi¨¦n con los mensajes que llegan desde su entorno.
?Qu¨¦ habilidades deben desarrollar los estudiantes de la ESO para identificar informaci¨®n fiable y evitar la desinformaci¨®n en internet? Mar¨ªa del Mar S¨¢nchez, doctora en Pedagog¨ªa y miembro del Grupo de Investigaci¨®n de Tecnolog¨ªa Educativa de la Universidad de Murcia, considera que, principalmente, las que ya reconoce la ley educativa y los distintos decretos de ense?anzas m¨ªnimas en todas las comunidades aut¨®nomas. ¡°En el marco de la Competencia Digital, que est¨¢ incluida en el curr¨ªculum educativo en todas las etapas, una de las ¨¢reas es la alfabetizaci¨®n en informaci¨®n y datos, que incluye la b¨²squeda y la evaluaci¨®n de la fiabilidad de las noticias y los datos, as¨ª como saber consultar fuentes y navegar y filtrar contenido digital¡±, especifica. El problema, seg¨²n la experta, es que la competencia digital ha sido mal entendida, y en algunos casos se ha considerado que era incorporar un libro de texto en un port¨¢til. Pero la competencia digital incluye multitud de aspectos que hay que saber c¨®mo trabajar con el alumnado de la ESO, por lo que considera esencial apoyar al profesorado y a los centros para que puedan hacerlo.
¡°Por las caracter¨ªsticas del alumnado de la ESO, en plena adolescencia, tendr¨ªamos que pensar en estrategias vivenciales cercanas a su realidad, a los intereses de su edad¡±, se?ala Amaia Arroyo, docente e investigadora del grupo KoLaborategia, de la Universidad Mondrag¨®n. Cree que son ¨²tiles los juegos o videojuegos que les inviten a contrastar informaci¨®n o intentar discernir informaci¨®n veraz y creada (bulos). Tambi¨¦n explica que puede funcionar proponerles, como reto, que formen a alumnado de niveles inferiores. ¡°Cuando empoderamos a la juventud y les damos los conocimientos y las herramientas adecuadas, generalmente, podemos impactar en su conciencia y convertirla en agente de cambio e impacto social, tambi¨¦n en la lucha contra la desinformaci¨®n¡±, cuenta Arroyo.
Coincide Ruth Pinero, profesora de la Universidad de Valladolid y miembro del grupo de innovaci¨®n docente Pensatic, quien considera esencial que queden muy claras las habilidades cr¨ªticas necesarias para no caer en la trampa de la desinformaci¨®n. ¡°Deben tener claro que cuando leemos una noticia hay que entender cu¨¢l es la informaci¨®n importante; hay que hacerse preguntas sobre el contenido de la noticia; sobre las intenciones de quien escribe la noticia; comparar distintos medios; buscar la opini¨®n de expertos, saber qui¨¦nes son expertos¡¡±, enumera.
En el Instituto Nacional de Ciberseguridad de Espa?a (INCIBE) se pueden encontrar recursos educativos (v¨ªdeos, infograf¨ªas, unidades did¨¢cticas) para ense?ar a detectar fake news, fomentar el pensamiento cr¨ªtico y promover la alfabetizaci¨®n medi¨¢tica, adem¨¢s de una l¨ªnea de ayuda especializada en ciberseguridad. Tambi¨¦n desde el Centro Nacional de Desarrollo Curricular en Sistemas no Propietarios (CEDEC), a trav¨¦s del proyecto Luz y ciencia a escena, ofrecen una hoja de control (descargable) para evaluar la fiabilidad de las fuentes cuando se visita una web o una plataforma de contenido, cuestionando si aparecen elementos clave como el autor, su profesi¨®n, si es una p¨¢gina oficial o educativa, la estructura de la informaci¨®n, el p¨²blico al que se dirige, la cantidad de publicidad o si est¨¢ actualizada. Si no se cumplen los primeros cuatro criterios, la informaci¨®n podr¨ªa no ser confiable.
Un buen acompa?amiento
Desde el punto de vista de Amaia Arroyo, no solo se debe poner el foco en las carencias en capacidad cr¨ªtica de los adolescentes; tambi¨¦n en sus potencialidades y deseos de cambio. Eso s¨ª, ve imprescindible que ¡°las familias y los docentes debemos acompa?arlos para que desarrollen estrategias para la b¨²squeda de informaci¨®n. Nos quejamos de que no saben buscar informaci¨®n o que lo hacen en TikTok, pero como adultas no nos paramos a pensar en qu¨¦ espacios compartimos con ellos para ayudarles a cuestionar la informaci¨®n o a conocer otras fuentes m¨¢s fiables. La revoluci¨®n vendr¨¢ del acompa?amiento y de la educaci¨®n digital¡±, indica.
Seg¨²n Mar¨ªa del Mar S¨¢nchez, existe un problema social de bulos y desinformaci¨®n en temas sociales, pol¨ªticos o cient¨ªficos, e insiste que no es exclusivo de los j¨®venes. ¡°Quiz¨¢s ellos y ellas pueden ser m¨¢s vulnerables si no disponen de habilidades para poder contrastar la informaci¨®n que les llega con otras fuentes, pero para las personas adultas tambi¨¦n es un problema. Esto puede provocar falta de confianza en las instituciones p¨²blicas o polarizaci¨®n con algunos temas¡±, apuntilla.
Apoyo a la divulgaci¨®n digital
María del Mar Sánchez, doctora en Pedagogía, cree que las iniciativas que tratan de difundir a través de las redes sociales son muy interesantes porque permiten un acercamiento a los espacios de los más jóvenes, de forma que reciben discursos diferentes a los que les llegan habitualmente. “La divulgación es especialmente interesante en el campo de la ciencia, ya que es una manera de acercar este ámbito a la ciudadanía. Pero esto implica que tenemos que replantear desde la investigación muchas cosas”, apunta. Un estudio de la FECYT junto con el Science Media Centre encontró que el 51% de los científicos y científicas admite haber sufrido algún ataque tras hablar sobre ciencia en redes sociales; sobre todo las mujeres. “Las redes son un terreno hostil. Se nos anima a acercar la ciencia a la ciudadanía y a los jóvenes en estos canales, pero hay que generar una red de apoyo y reconocimiento para que esto pueda hacerse en condiciones”, lamenta.