La lucha diaria de los profesores contra la desinformaci¨®n: ¡°Si les contradices, se reafirman en el bulo¡±
La dana ha multiplicado los mensajes falsos que llegan a las aulas. La UE anim¨® a los Estados a impulsar la alfabetizaci¨®n medi¨¢tica y aunque en Espa?a no falta normativa, cada centro va por libre
Hace una d¨¦cada en Finlandia comenzaron a poner en marcha decenas de iniciativas para frenar las campa?as de desinformaci¨®n orquestadas por Mosc¨², con talleres para que los escolares desarrollen un pensamiento cr¨ªtico y aprendan a verificar datos. La ley Cela¨¢ y normativas posteriores aluden en Espa?a a la necesidad de incluir en los temarios estas herramientas, pero cada autonom¨ªa va por libre y, aunque se supone que en los centros se hace una evaluaci¨®n inicial y otra final del razonamiento de cada alumno, queda mucho que hacer en alfabetizaci¨®n en medios; y eso que la Uni¨®n Europea propuso a los Estados en 2008 la inclusi¨®n de la asignatura Educaci¨®n medi¨¢tica en la planificaci¨®n escolar. La dana de Valencia ha destapado la peor oleada de bulos entre adolescentes que se recuerda, ni siquiera fue mayor en pandemia; aunque tambi¨¦n riadas de chicos se han acercado a ayudar como voluntarios.
El 60% de los adolescentes utiliza en Espa?a las redes sociales para informarse, figuran al mismo nivel que la televisi¨®n y por delante de la prensa online (32%), el papel (5%) o la radio (9%), seg¨²n un estudio de Save the Children. Estos d¨ªas en X muchos profesores se llevan las manos a la cabeza por la reacci¨®n ante este drama de sus alumnos, enviciados con las redes sociales (en especial Tik-tok e Instagram). El 51% asegura que no sabr¨ªa identificar ¡°siempre¡± cu¨¢ndo una noticia es falsa y un 56% recurrir¨ªa a familiares y amigos para comprobar su veracidad, seg¨²n la ONG. ¡°Con 10-11 a?os empiezan con los rumores: ¡®Este dice que tal...¡¯. Y cuando entran a secundaria, prestan atenci¨®n a lo que se dice en casa, tienen m¨®vil y comienzan los bulos¡±, razona Isabel Luque, profesora de un instituto p¨²blico en Ja¨¦n. ¡°El problema es que perpet¨²an el discurso que les imponemos los adultos cuando ellos no tienen capacidad [cr¨ªtica]. Por ejemplo, se ha politizado tanto el idioma que, cuando al estudiar las variedades del idioma hablas del catal¨¢n, se genera un rechazo completamente injusto¡±.
Juanjo, profesor de secundaria en la Costa del Sol, encarna un caso extremo. Ha recibido amenazas de muerte tras compartirse en Forocoches un hilo suyo de X: ¡°Vamos a buscarte a la puerta de tu colegio y darte un tiro por rojo y maric¨®n como a Lorca¡±. El caso est¨¢ ya en manos de una fiscal de delitos de odio y ha recibido todo el apoyo del instituto al que exigieron su despido. ¡°Decirle a los chicos que no se puede matar al presidente del Gobierno, no me parece nada grave¡±, se justifica con sorna. Durante su ¡°peor semana como docente¡± (cuando ocurri¨® la cat¨¢strofe ambiental) se cans¨® de explicar a sus pupilos que no se puede pegar a los pol¨ªticos, que la dana no la provoc¨® un barco marroqu¨ª con unas antenas muy grandes para llenar los supermercados de sus frutas y verduras o que es falso que no se ha podido mandar dinero a Valencia porque se ha destinado a una ¡°paguita¡± para los inmigrantes ilegales (la mitad de sus escolares son de origen extranjero).
¡°Y luego est¨¢ la percepci¨®n de la gente de que en los institutos formamos a peque?os Stalin, que adoctrinamos, cuando yo no hablo de pol¨ªtica¡±, se desespera Juanjo. Entre los objetivos a cumplir en sus asignaturas, imparte Geograf¨ªa e Historia, est¨¢ que estos aprendan a discernir la informaci¨®n fiable, ¡°pero no puedo detenerme a decirles todo lo que es mentira de sus comentarios, porque no dar¨ªa el temario¡±. Ellos ¡°quieren ser youtubers, vivir en Andorra y no pagar impuestos, ser mujeriegos¡±, mientras ellas son algo menos cr¨¦dulas de los bulos, seg¨²n distintos estudios.
En el Estudio Internacional sobre Competencia Digital (ICILS), publicado el pasado martes, los alumnos espa?oles se posicionan a mitad de la tabla, pero no llegan al nivel superior (el 4), reservado para una minor¨ªa de Corea del Sur (6,4%) y Taiw¨¢n (el 2,8%). Estos alumnos aventajados ¡°valoran la utilidad de la informaci¨®n y eval¨²an su credibilidad y fiabilidad bas¨¢ndose en su contenido y probable origen¡±, seg¨²n la Asociaci¨®n Internacional para la Evaluaci¨®n del Logro Educativo (IEA) que elabora el estudio. Las patra?as parecen pues un problema de orden mundial.
En 2022, el movimiento Teacher for Future Spain edit¨® un libro y dosieres did¨¢cticos para los profesores. ¡°Queremos que los alumnos entiendan que, muchas veces, estas fake news aparecen para potenciar el discurso del odio y que se usan b¨¢sicamente estrategias bastante simples que acaban permeando. Buscan la parte emocional de las personas¡±, sostiene su coordinadora, Miriam Campos Leir¨®s. ¡°Les proponemos a los chicos actividades para que creen sus fake news, que se den cuenta de qu¨¦ tienen que hacer, y luego estas se mezclan con noticias verdaderas y tienen que aprender a diferenciarlas¡±, contin¨²a esta maestra en Galicia. ¡°Para lograrlo se les da unas pautas: f¨ªjate en el titular, en la fecha, contrasta la informaci¨®n y la fuente...¡±.
A Isabel Luque una compa?era de su instituto en Ja¨¦n le pidi¨® que, como profesora de Ciencias Sociales, tratase el tema de la pol¨ªtica en la gesti¨®n de la dana, porque los alumnos se hac¨ªan preguntas poco encaminadas. La docente plante¨® entonces a los escolares el tradicional juego del tel¨¦fono escacharrado, en el que se van contando la ¡°misma¡± historia unos a otros hasta llegar al final y comprobar que se ha desvirtuado. Emple¨® la f¨¢bula del triple filtros atribuida a S¨®crates, en la que este pregunta a un disc¨ªpulo tras un rumor sobre ¨¦l mismo: ?Qui¨¦n te lo ha contado? ?Es bueno? ?Era necesario? ¡°Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario¡ sepult¨¦moslo en el olvido¡¡±, concluye el fil¨®sofo.
Ellas m¨¢s maduras y empoderadas
Juanjo es pesimista: ¡°Si t¨² les contradices en un bulo, se reafirman en su planteamiento. Se rebelan porque quien dice la verdad es Vito Quiles o un influencer¡±. El italiano Luca Tancredi Barone, profesor de Matem¨¢ticas en una escuela de m¨¢xima complejidad de Barcelona de familias multiculturales de muy pocos recursos, comparte esta sensaci¨®n. ¡°Parece que, en lugar de desmontar el sesgo, lo que haces es reforzarlo¡±. Recuerda una vez que en otro centro acudi¨® a una obra de teatro sobre el machismo y el consentimiento con sus alumnos y despu¨¦s se estableci¨® un debate con los adolescentes. Ellas les reprend¨ªan, ¡°son m¨¢s maduras y est¨¢n empoderadas¡±, y ellos ¡°estaban encerrados en el machirulismo¡±.
El instituto escuela de Barone, que ha trabajado tambi¨¦n como periodista, entr¨® en una red, Centres Desfake ¡°que organizan con Verificat ¨Duna asociaci¨®n catalana que se dedica a la verificaci¨®n¨D cursos para formar l¨ªderes en la comunidad educativa en la lucha contra la desinformaci¨®n. Lo hicimos, compartimos con nuestros compa?eros y compa?eras la informaci¨®n, y tenemos recursos... Los chicos tienen que aprender a hacerse preguntas, porque reciben informaci¨®n pasivamente¡±. A este astrof¨ªsico no solo le inquieta que no tengan las ¡°herramientas para discernir, es que tampoco son conscientes de la basura que les llega¡±. Tancredi Barone pide m¨¢s recursos y ¡°alianzas sociales, porque es un problema que deb¨ªamos afrontar como sociedad. Parecemos los profesores bomberos y cada uno con un vasito de agua¡±.
El relato de Juanjo y Barone describe un ambiente especialmente complejo, pero el debate se da en cualquier escenario. Inma, profesora particular de ingl¨¦s, vivi¨® la experiencia con un alumno de 13 a?os que repite como un mantra los razonamientos de Daniel Esteve, el due?o de Desokupa, quien aliment¨® el rumor de que el Gobierno estaba sacando a escondidas cuerpos del aparcamiento de Bonaire. ¡°Creo que como docentes tenemos que saber educar en la verdad y m¨¢s a¨²n en estos tiempos donde por redes sociales est¨¢ la mentira m¨¢s accesible. Por desgracia, la mayor¨ªa de padres no sabe qu¨¦ contenido consumen sus hijos y no lo controlan; por eso hay que intervenir, en este caso desde el aula¡±.
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