Crema de calabaza, hinojo y yogur

Una de las pocas cosas reconfortantes de la llegada del fr¨ªo oto?al es que vuelven las calabazas. No entiendo por qu¨¦ esta hortaliza tiene tan mala prensa en el lenguaje -hablo de las expresiones "dar calabazas" o la muy viejuna de llamar as¨ª a los suspensos- cuando la pobre es tan agradecida, y lo mismo vale para una sopa que para un dulce.

Cuando la utilizo en un plato salado, me gusta combinarla con alg¨²n ingrediente que aligere su dulzor natural, porque si no puede llegar un momento en el que pienses que est¨¢s empezando a comer por el postre. En esta crema, la acidez del yogur y la frescura del hinojo logran evitar que empalague, mientras que los condimentos la sacan del sopor macrobi¨®tico: jengibre en minidosis para que no acabe sabiendo a colonia, y unas semillas de hinojo tostadas y machacadas que le dan el punto final anisado.

Estas semillas se suelen encontrar en tiendas de especias y herbolarios, aunque el otro d¨ªa me sorprendi¨® encontrarlas en un gran supermercado. Pero si no se da con ellas, una pizca de comino en polvo puede sustituirlas.