Un producto artesano al d¨ªa
En el 2012 D.C., toda la Galia de la alimentaci¨®n ha sido tomada por el Imperio Romano de las multinacionales y las marcas blancas. ?Toda? No. Una peque?a aldea de irreductibles productores artesanos resiste incansable al invasor. Tiene sus problemillas para llegar a los consumidores a trav¨¦s de los supermercados. Pero cuentan con la poci¨®n m¨¢gica de proyectos innovadores en internet que les ayudan a combatir, como Pantori.
La web, que ha visto la luz este mes, vende un lote de maravillas artesanas distintas cada d¨ªa, desde habas de Getaria hasta galletas de la Noguera, pasando por garbanzos de Fuentesa¨²co, melones de Torre-Pacheco o aceite de Calaceite. Eso s¨ª, hay que estar despiertos: las ofertas de Pantori -"despensa" en japon¨¦s- s¨®lo est¨¢n disponibles durante 24 horas o hasta que se acaben las existencias.
"As¨ª se logra un car¨¢cter de exclusividad: si te descuidas ese d¨ªa, vas a tener dif¨ªcil hacerte una promoci¨®n como la ofrecida", explica el donostiarra de 24 a?os Jaime Gorospe, jefe de proyecto de Pantori. "Adem¨¢s, el productor tiene as¨ª un espacio para ¨¦l solo, que no comparte con nadie m¨¢s. De esta forma, la atenci¨®n se centra sobre un ¨²nico productor y producto".
Este experimento ¨²nico en Espa?a surge de la relaci¨®n entre dos j¨®venes empresas de culo inquieto, La Salsera, art¨ªfices de la panader¨ªa pop-up The Loaf, y La Bici Roja, autores de la web de ofertas Deskontu. Ambas trabajan en el mismo edificio de incubaci¨®n de empresas situado en el campus de San Sebasti¨¢n de la Universidad de Deusto, y buscaban desde hac¨ªa un tiempo, sacar algo adelante de forma conjunta. "La Bici Roja dispon¨ªa de la tecnolog¨ªa para hacer una plataforma de comercio electr¨®nico potente, y La Salsera est¨¢ detr¨¢s de proyectos gastron¨®micos como The Glutton Club, 365cities.com, Pintxos&Blogs o San Sebasti¨¢n Gipuzkoa Restaurant Week", explica Gorospe
Para que un producto aparezca en esta "despensa del glot¨®n", es necesario que les guste a sus responsables, gente con est¨®magos muy curtidos en el arte del zampar. "Nuestro primer mandamiento es 'lo catar¨¢s todo'. No podemos recomendar un producto sin probarlo ni comentarlo en nuestro cuartel general. Y como somos buena gente nos gusta saber la opini¨®n del resto de emprendedores de nuestro edificio". Ahora bien, la calidad no es el ¨²nico criterio: "Tambi¨¦n valoramos los esfuerzos que hacen los productores en otros aspectos, como puedan ser el marketing y la comunicaci¨®n... o que simplemente se apunten a un bombardeo".
?Qu¨¦ producto sue?an con vender en Pantori? "Nos gustar¨ªa contar con unos dulces jud¨ªos que elaboran en Galicia, pero no hay forma de contactar. Esto hace que nos pique m¨¢s el gusanillo, puesto que tanta dificultad enaltece el objetivo de la web de descubrir joyas de dif¨ªcil acceso". ?Qu¨¦ producto no aparecer¨ªa jam¨¢s? "Cualquiera que, por mucho que sea local y de producci¨®n artesana, entendamos que no aporta un valor diferencial". ?Y cu¨¢l es el que m¨¢s se ha vendido hasta ahora? "Las galletas de nuez de Lleida, que volaron literalmente, y las cervezas: a la gente lo que le va es el bebercio".
Me gustan los proyectos como Pantori porque promueven un cambio de actitud: en vez de el habitual lloriqueo sobre lo malos que son los distribuidores, las grandes marcas o las instituciones, hay que apostar por nuevas formas de difusi¨®n y comercializaci¨®n. "Se conoce a las grandes cadenas, pero no al peque?o productor, cuando lo que hace resulta mil veces mejor", asegura Gorospe. "El producto artesano tiene que ser m¨¢s f¨¢cil de adquirir. Vender requiere tiempo y recursos, y muchos no parecen darse cuenta. Se centran en la producci¨®n y pasan ol¨ªmpicamente de la comercializaci¨®n. Se viene de una forma de pensar obsoleta. Hoy el productor es quien se tiene que dirigir al cliente, buscarlo, y para ello, tendr¨¢ que mover Roma con Santiago si es necesario".
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