Impuesto antiobesidad: ?son los refrescos el tabaco del siglo XXI?
![Ahora pesa 120 kilos y vive en una caravana lleva las u?as a¨²n m¨¢s largas.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JS7PSE4GPRMWNFWIRGZCHNSKYE.jpg?auth=8387be597fd6e15b2766763d950b443c9ec39e9d9adbcbfb801fd2851a919499&width=414)
Primero fue el alcohol. Despu¨¦s, el tabaco. Y ahora le toca el turno a los refrescos azucarados. S¨ª, a la Coca-Cola, la Pepsi, la Fanta e incluso la Cola Konga, si es que existe.
La gran batalla est¨¢ a punto de comenzar. De un lado, hombres del mundo de la nutrici¨®n, elfos de las asociaciones m¨¦dicas y hobbits de la vida sana, que exigen para estas bebidas el mismo tratamiento que reciben el licor y los cigarrillos. Es decir, un impuesto especial que ayude a frenar los graves problemas de salud que generan en la poblaci¨®n, en su caso, el de la obesidad. De otro, orcos, trolls y nazg?ls de las multinacionales del refresco, dispuestos a mover todos los hilos a su alcance para que no se implante ninguna tasa, como demuestran las recientes presiones que recibi¨® el presidente de Catalu?a por parte de EEUU. Un pa¨ªs, por cierto, donde ¨Cconcretamente en la ciudad de Nueva York¨C la prohibici¨®n de vender refrescos de tama?o XL que se iba a implantar pr¨®ximamente ha sido bloqueada por un juez del tribunal supremo por considerarla "arbitraria y caprichosa".
Es un planteamiento bonito. Pero quiz¨¢ demasiado simplista. ?No ser¨¢n los orcos los que pretenden castigar injustamente a unas bebidas que s¨ª, engordan y tienen az¨²car, pero como tantos otros alimentos? ?Esconder¨¢ esa pretendida lucha contra la obesidad un simple af¨¢n recaudatorio, ahora que todas administraciones de la Tierra Media est¨¢n tiesas? A ver si al final los elfos van a ser los que defienden que la responsabilidad de lo que comes y bebes es tuya, e insisten en que Sauron, digo el Estado, no deber¨ªa inmiscuirse en tu libertad personal para elegir...
El debate es uno de los m¨¢s apasionantes del momento. Por un lado, los refrescos son el ejemplo m¨¢ximo de "no alimento". Es decir, bebidas que no aportan nada a nuestro organismo m¨¢s all¨¢ del agua, y que lo inflan de az¨²car y otros productos qu¨ªmicos que no necesitamos en absoluto. S¨ª, est¨¢n ricos. Y s¨ª, enganchan. El problema es que engordan sin dar nada a cambio, y que su relaci¨®n con la obesidad est¨¢ respaldada por tantos estudios que algunos pa¨ªses del mundo ya los consideran "el tabaco del siglo XXI" y los gravan con impuestos especiales.
![Cocacola](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TXUN674BJRPK3MDIOQXSBTQG5I.jpg?auth=cb353ec5036a7bf201dadf3641ef29de6cc813a0b62a9fef1f315a61edb89c54&width=414)
Esta entrada fue escrita bajo los efectos de 35 gramos de az¨²car en forma de Coca-Cola.
?Por qu¨¦? Pues porque el coste social de su consumo es alto, y porque el tratamiento de las enfermedades derivadas del sobrepeso en la sanidad p¨²blica lo pagamos todos. Un informe de la ONG brit¨¢nica Sustain, apoyado por m¨¢s de 60 asociaciones m¨¦dicas y sociales, afirmaba que los males relacionados con la dieta costaban al sistema p¨²blico de salud del Reino Unido unos 7.000 millones de euros al a?o. La organizaci¨®n propon¨ªa una tasa de unos 20 c¨¦ntimos por litro de refresco azucarado, cuya recaudaci¨®n se podr¨ªa destinar a la educaci¨®n de los ni?os en una alimentaci¨®n sana. Otros, como el periodista del New York Times Mark Bittman, sugieren que estos impuestos se dediquen a subvencionar las frutas y las verduras.
En el otro lado de la barricada est¨¢n los argumentos de los productores. Seg¨²n la Asociaci¨®n de Bebidas Refrescantes, el impuesto ser¨ªa discriminatorio porque culpa a un solo ingrediente (el az¨²car) de la obesidad y no a las grasas o al sedentarismo, entre otras m¨²ltiples causas. Y adem¨¢s s¨®lo tasar¨ªa ese ingrediente natural en los refrescos, y no en el resto de los innumerables productos que lo incluyen.
Para comprender mejor la postura de los fabricantes, me puse en contacto con su empresa l¨ªder, Coca-Cola. La multinacional, imagino que preocupada por la creciente presi¨®n medi¨¢tica sobre sus productos, lanz¨® en enero una pol¨¦mica campa?a en Estados Unidos en la que por primera vez encaraba el asunto de la obesidad en un anuncio televisivo. El mensaje: todas las comidas contienen calor¨ªas, nosotros te ofrecemos muchas opci¨®nes sin ellas, y lo que tienes que hacer si no quieres engordar es mover el culo. Una versi¨®n adaptada para el p¨²blico espa?ol se presentar¨¢ en Madrid este jueves.
"El consumo de refrescos se toma como chivo expiatorio", me dijo Carlos Chaguaceda, director de comunicaci¨®n de Coca-Cola. "Se ignora que los refrescos no tienen ni grasa ni sal, y que el estilo de vida sedentario, el ocio pasivo y el cambio de costumbres laborales y sociales ha conducido a un menor gasto energ¨¦tico por los ciudadanos. Se ignora tambi¨¦n que desde hace ya 10 a?os crece de manera sostenida el consumo de refrescos sin calor¨ªas. A d¨ªa de hoy el 25% de las ventas de una compa?¨ªa como Coca-Cola es de productos sin calor¨ªas, cuando hace 10 a?os era el 12%. Luego, si se doblan las ventas de refrescos sin calor¨ªas y aumenta la obesidad, no parece que puede establecerse una relaci¨®n directa".
El peque?o problema es que los refrescos sin calor¨ªas tambi¨¦n han sido ligados al aumento de la obesidad. Pero centr¨¢ndome en la campa?a, le plante¨¦ a Chaguaceda si un compromiso real por parte de Coca-Cola en la lucha contra la obesidad no deber¨ªa implicar el fin de la publicidad de sus bebidas con az¨²car o la rebaja de los precios en las opciones sin calor¨ªas. Quiz¨¢ ser¨ªa m¨¢s efectivo que animar al p¨²blico a hacer ejercicio, a bailar o a "re¨ªr alto", como se ve en el anuncio americano. "Quien fija los precios finales son los establecimientos que venden el producto, no nosotros. La pregunta habr¨ªa que trasladarla a los clientes. Lo que hace la compa?¨ªa es ofrecer alternativas sin calor¨ªas para que los consumidores tengan opciones seg¨²n sus gustos y estilo de vida".
Para comparar con un punto de vista en principio opuesto, quise saber la opini¨®n de una nutricionista, Laura Kohan. La autora del libro Alimentos saludables para el siglo XXI asegura que el az¨²car de estas bebidas no s¨®lo no nos aporta ning¨²n nutriente, si no que disminuye la asimilaci¨®n de vitaminas como la C, la provitamina A o algunas del grupo B. Seg¨²n ella, adem¨¢s de deteriorar nuestra salud dental, puede dar paso a enfermedades tan graves como la diabetes y algunos trastornos metab¨®licos que abran la puerta a la gordura.
"En pa¨ªses con un consumo masivo de este tipo de refrescos como EEUU, se ha demostrado que su relaci¨®n con la obesidad es directa, especialmente entre ni?os y adolescentes", explica Kohan -algo que impl¨ªcitamente Coca-Cola en Espa?a parece asumir, ya que no se anuncia en horario infantil ni hace marketing para cr¨ªos de menos de 14 a?os. "Una dieta en la que se sustituya la presencia de agua por estas bebidas no s¨®lo aumenta las calor¨ªas diarias si no que interfiere en los procesos digestivos. Por otro lado, aunque en nuestro pa¨ªs en la ¨²ltima d¨¦cada el consumo de refrescos se ha disparado, a¨²n no estamos en unas cifras alarmantes".
![Pepsilogoblowatlife](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DYISMDOXZNJBNKKZ2CTX2H6XMQ.jpg?auth=95a50675ad8d60f5a7a510c1291fb0dd05d8aa59f0b4ff0155f3e881f8a3e0cc&width=414)
Humor grueso con el logo de Pepsi. / LAURENCE YANG
A pesar de su contundencia respecto a la nula salubridad de las bebidas azucaradas, la nutricionista no da saltos de alegr¨ªa con la idea del impuesto especial. Se pregunta si ¨¦ste no tendr¨¢ m¨¢s que ver con el voraz apetito recaudador desatado en los ¨²ltimos a?os que con una preocupaci¨®n genuina por la salud de la poblaci¨®n. "La ¨²nica manera efectiva de disuadir de su consumo es a trav¨¦s de campa?as informativas que cuenten los estragos que pueden causar en nuestro organismo a medio y largo plazo. M¨¢s efectivo que una subida de impuestos ser¨ªa legislar para establecer unas nuevas formas de etiquetado donde se advierta de los contenidos. Y sobre todo, empezar educando en los colegios a los ni?os desde muy temprana edad sobre los efectos y perjuicios de ciertos alimentos y bebidas".
Yo tambi¨¦n pienso que la educaci¨®n y la informaci¨®n son las v¨ªas ideales para que las personas tomen decisiones alimentarias responsables: debes saber qu¨¦ pasa si te tomas una Coca-Cola o una Pepsi, y sobre todo qu¨¦ pasa si te tomas 15 a la semana. Y entiendo las quejas por discriminaci¨®n de la industria del refresco, porque si se imponen grav¨¢menes, deber¨ªan afectar a todos los productos cuyo valor nutricional est¨¦ muy por debajo de su poder engordante -mi primer candidato, las bombas de az¨²car en tetrabrik conocidas como "zumitos" que muchos padres dan a sus hijos pensando que son "fruta".
Pero la cuesti¨®n es que el aumento de la obesidad es demasiado grave, y las campa?as de informaci¨®n, poco efectivas. En 30 a?os, el porcentaje de gordos en el mundo se ha duplicado. Espa?a ya supera a EEUU en tasas de obesidad infantil: casi uno de cada cinco ni?os. Tres veces m¨¢s que en 1980. As¨ª que quiz¨¢ haya llegado el momento de tomar medidas m¨¢s dr¨¢sticas, que hablen un lenguaje que todos entendemos: el del dinero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Mikel L¨®pez Iturriaga](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F3470c759-08b5-4fb1-9a28-776ee8a6f36b.png?auth=3884ae04209c0ffa28cb7cb42989b5a01238266b3f1f47edbc6c5360d4a69db9&width=100&height=100&smart=true)