Moje murciano

Los murcianos que lean esta entrada pensar¨¢n, con raz¨®n, que no tengo perd¨®n de Dior ni de la Virgen de la Fuensanta, pero este verano descubr¨ª el moje... en Menorca. Lo siento, ya s¨¦ que es como probar el marmitako en Ja¨¦n, y que no hay excusas para no haber conocido esta maravilla, a mitad de camino entre la ensalada y la sopa fr¨ªa, hasta ahora. Sin embargo, debo decir en mi descargo que se trataba de una versi¨®n muy aut¨¦ntica, hecha por una cocinera murciana (o de ascendencia murciana, no lo recuerdo bien), que me fascin¨® por su sencillez, humildad y efectividad.

El lugar donde lo tom¨¦ tampoco era, que digamos, de lo m¨¢s t¨ªpico: el restaurante del Club de Tenis Coves Noves. La historia de qu¨¦ pintaba yo all¨ª, no siendo ni Rafa Nadal ni nada que se le parezca, es larga y no viene a cuento. Lo importante es que me sorprendi¨® el nivel de la cocina y, sobre todo, el amor por los detalles que demuestra Javier, el encargado del local, y su familia. Pan de masa madre hecho por ellos. Maravillosos embutidos locales. Pescado fresco de la isla (y tambi¨¦n congelado, pero avis¨¢ndote de ello antes). Y un men¨² del d¨ªa por 10 euros dign¨ªsimo, con una relaci¨®n calidad-precio dif¨ªcil de encontrar en una zona tan tur¨ªstica.

Dentro de dicho men¨² estaba el moje, tambi¨¦n llamado mojete, elaborado por la mujer de Javier. Con el calor¨®n que hizo esos d¨ªas al mediod¨ªa, toparme con esa refrescante mezcla de tomate, at¨²n, huevo duro, aceitunas negras fue como encontrar un tanque de gazpacho fr¨ªo tras cruzar el desierto. Lo que m¨¢s me sorprendi¨® del plato es el partido que le saca a un ingrediente como el tomate en conserva sin aplicarle calor, lo que supone una doble ventaja: se prepara en un santiam¨¦n y en cualquier ¨¦poca del a?o, aunque el tomate no est¨¦ en temporada.

Tras tomarme dos o tres cancarros de moje, le ped¨ª la receta a Javier. Muy amablemente, me pas¨®una escuet¨ªsima nota de preparaci¨®n y una lista de ingredientes sin cantidades. "Mi mujer lo hace todo a ojo", confes¨®. As¨ª son las madres cocineras, y as¨ª debemos aceptarlas. Las medidas que veis a continuaci¨®n las he establecido seg¨²n mi criterio tras un par de pruebas en casa; tambi¨¦n he a?adido pasos de mi cosecha para rebajar los posibles efectos en el est¨®mago de ajo y cebolla. Recomiendo, por ¨²ltimo, tomarse el curro de deshuesar las aceitunas: son mucho m¨¢s sabrosas que las que se venden ya sin hueso.