?Es la dieta 'keto' saludable y eficaz para perder peso?
La dieta 'cetog¨¦nica' se invent¨® hace m¨¢s de 40 a?os, pero est¨¢ m¨¢s de moda que nunca. Sus restricciones alimentarias son tan severas que la hacen dif¨ªcil de seguir durante mucho tiempo, y tiene sus riesgos
Como cualquier otra veleta, la que en cada momento se?ala la direcci¨®n de la moda adelgazante consta de cuatro puntos cardinales: el Norte, que podr¨ªa ser la dieta baja en grasas ¡ªlo que para muchos representa en este terreno la encarnaci¨®n de la ortodoxia diet¨¦tica¡ª; el Sur, que ser¨ªa la dieta cetog¨¦nica ¡ªque para los mismos de antes ser¨ªa algo as¨ª como el no va m¨¢s de las herej¨ªas¡ª; el Oeste, que estar¨ªa representado por la "dieta hipocal¨®rica equilibrada", que ni Dios sabe qu¨¦ es, pero que muchos otros personifican en la dieta mediterr¨¢nea (que tampoco se sabe qu¨¦ es); y el Este, que vendr¨ªa marcado por el famoso ¡ªpero hoy ya un poquito menos¡ª ayuno intermitente.
Con este ejemplo en la mano, ahora se ha levantado una ventolera sur de mil demonios: es decir, dieta cetog¨¦nica (plan de alimentaci¨®n muy bajo en hidratos de carbono, con una ingesta moderada de prote¨ªnas y alto en grasas) como para que te lloren los ojos. Si eres instagramer de pro, en vez de cetog¨¦nica puedes leer y decir keto, que para el caso es lo mismo. Antes de meternos en harina, hagamos un par de reflexiones sobre el origen de esta dieta y sus posibles efectos adelgazantes.
Cuando se trata de ¡°ponerse a dieta¡±, las modas son c¨ªclicas
El nacimiento de la dieta cetog¨¦nica
Las dietas cetog¨¦nicas se popularizaron en los a?os 20 y 30 del pasado siglo como una terapia v¨¢lida para tratar la epilepsia. Sin embargo, con el avance de las investigaciones y la aparici¨®n de nuevos f¨¢rmacos y terapias anticonvulsivas, fueron perdiendo fuelle hasta casi desaparecer en este ¨¢mbito, aunque se han reintroducido en la poblaci¨®n -del 20 al 30% y en su mayor parte ni?os- en las que no se lograba controlar esta enfermedad.
Una reciente revisi¨®n sistem¨¢tica Cochrane concluye que la dieta cetog¨¦nica sigue siendo una opci¨®n v¨¢lida para todas aquellas personas que tienen una epilepsia refractaria a otros tratamientos, o para aquellos casos en los que la intervenci¨®n quir¨²rgica, por la causa que sea, no es una opci¨®n. Al mismo tiempo este trabajo de revisi¨®n tambi¨¦n advierte que todos los estudios que se consideraron reportaron efectos adversos en el seguimiento de la dieta cetog¨¦nica y que las tasas de abandono fueron altas debido, entre otras causas, a la escasa adherencia de este perfil diet¨¦tico.
La dieta cetog¨¦nica, keto o como quieras llamarla, no es precisamente nueva. Para nada. Y aunque su uso tuvo otros or¨ªgenes terap¨¦uticos distintos del adelgazamiento, en los ¨²ltimos a?os se ha planteado en varias ocasiones como una estrategia adelgazante. Pero en realidad esta posibilidad surgi¨® en la d¨¦cada de los setenta, hace ya bastante tiempo, cuando tom¨® el nombre de dieta Atkins.
Aqu¨ª seguimos, casi 50 a?os m¨¢s tarde, deshojando la margarita y pregunt¨¢ndonos as¨ª a lo bruto, si la dieta cetog¨¦nica funciona o no para adelgazar. Puedes imaginarte la respuesta gen¨¦rica: es posible que para un determinado perfil de personas con un metabolismo X y una mentalidad Y, esta dieta se adapte bien a sus circunstancias y ¡°le funcione¡±.
Pero en l¨ªneas generales, esta no es la soluci¨®n al problema de obesidad que tenemos en el mundo. Si lo fuera, hace medio siglo que no tendr¨ªamos problema alguno, y por tanto no estar¨ªas ahora leyendo estas l¨ªneas. Algunos ketopuristas suelen argumentar que la dieta propuesta por Atkins para adelgazar m¨¢s que cetog¨¦nica era hiperproteica, lo que no deja de ser una prueba m¨¢s de la escasa, por no decir nula, unanimidad que hay en las cuestiones diet¨¦ticas ni tan siquiera dentro de una misma corriente (si la dieta Atkins era cetog¨¦nica o no deber¨ªa estar fuera de toda duda, ya que ¨¦l mismo defini¨® en su obra su propuesta adelgazante como cetog¨¦nica, y as¨ª lo han suscrito adem¨¢s diferentes publicaciones cient¨ªficas).
?Qu¨¦ es, en pocas palabras, una dieta 'cetog¨¦nica'?
Si atendemos al origen de la expresi¨®n ¡ªdieta ceto-g¨¦nica¡ª es aquel modo de alimentarse que favorece que nuestro metabolismo genere cuerpos cet¨®nicos. As¨ª, cuando en la sangre hay una cierta cantidad de esta clase de compuestos en circulaci¨®n, se dice que el organismo ha entrado en cetosis.
?Qu¨¦ son los cuerpos cet¨®nicos?
Son una serie de sustancias que, a modo de combustible, se generan en nuestras c¨¦lulas ¡ªprincipalmente las del h¨ªgado y tambi¨¦n las de los ri?ones¡ª ante situaciones muy concretas. En ingl¨¦s se denominan ketone bodies y de ah¨ª la ketodieta y la ketofiebre actual.
Se les menciona en plural, pero ?tienen un nombre concreto esos cuerpos cet¨®nicos?
S¨ª, los cuerpos cet¨®nicos a los que nos referimos en este contexto son principalmente tres: el ¨¢cido acetoac¨¦tico, el ¨¢cido betahidroxibut¨ªrico y, en menor proporci¨®n, la acetona.
?Cu¨¢ndo se entra en cetosis?
Respuesta corta: cuando no hay gl¨²cidos disponibles en sangre como combustible y entonces se usan los ¨¢cidos grasos para generar cuerpos cet¨®nicos que se emplear¨¢n como fuente de energ¨ªa.
Respuesta larga: el sostenimiento de la vida precisa del consumo constante de energ¨ªa (subrayo lo de "constante"). De forma caracter¨ªstica en nuestro entorno, esa energ¨ªa es aportada directamente ¡ªo casi¡ª por los alimentos tras su digesti¨®n, en especial por aquellos alimentos ricos en gl¨²cidos. Sin embargo, cuando los gl¨²cidos circulantes se agotan, as¨ª como las escasas reservas que de ellos hay en el h¨ªgado y el m¨²sculo, y adem¨¢s no se aporta m¨¢s energ¨ªa r¨¢pida con los alimentos ¡ªm¨¢s gl¨²cidos¡ª, el metabolismo tiene la obligaci¨®n de obtener la energ¨ªa a partir de una v¨ªa alternativa. En esa v¨ªa se movilizan los ¨¢cidos grasos para formar, en las mitocondrias, los famosos cuerpos cet¨®nicos que ser¨¢n empleados por las distintas c¨¦lulas para obtener energ¨ªa, lo que incluye al sistema nervioso, tejido muscular, etc¨¦tera.
?Cu¨¢l es la proporci¨®n de macronutrientes en una dieta 'cetog¨¦nica'?
En las dietas cetog¨¦nicas las grasas son protagonistas destacadas. Por eso, en este esquema, han de aportar entre el 60% al 70% del valor cal¨®rico total de la dieta; las prote¨ªnas aportar¨ªan del 15% al 25% y los gl¨²cidos nunca m¨¢s del 10%. Esta es la parte m¨¢s importante: los gl¨²cidos nunca deber¨¢n aportar m¨¢s del 10% del valor energ¨¦tico total de la dieta. Si se incluyen, nunca se pondr¨¢ en marcha el proceso cetog¨¦nico. Unos est¨¢ndares que favorecen que a buena parte de la poblaci¨®n les resulte complicado seguirla.
?Cu¨¢l ser¨ªa un ejemplo de men¨² diario?
- Desayuno: Huevo revuelto con champi?ones y cebolla, infusi¨®n sin leche ni az¨²car.
- Comida: Filetes de pechugas de pollo a la plancha con salsa de soja y br¨®coli salteado.
- Cena: Rollitos de salm¨®n ahumado con aguacate.
Puedes olvidarte de la totalidad de alimentos elaborados con cereales (integrales o no), de las frutas, las legumbres y buena parte de las verduras y tub¨¦rculos, salvo que est¨¦n presentes en cantidades anecd¨®ticas.
?Cu¨¢l es la raz¨®n ¨²ltima por la que la dieta 'cetog¨¦nica' se propone como m¨¦todo adelgazante?
No hay una explicaci¨®n ¨²nica. En realidad son tres y adem¨¢s no son excluyentes. Tal y como explica sabiamente en este art¨ªculo el bi¨®logo Santiago Campillo, cualquiera de las siguientes tres explicaciones, o su sinergia, son las que esgrimen los defensores de la dieta cetog¨¦nica para respaldar sus beneficios adelgazantes. Primero, al casi eliminar o reducir de forma dr¨¢stica la presencia de gl¨²cidos en la dieta, se elimina la posibilidad de acumular grasa e incluso gluc¨®geno. Segundo, se usan ¨¢cidos grasos de nuestro tejido adiposo para la obtenci¨®n de energ¨ªa en un proceso muy poco eficiente ¡ªde hecho es el menos eficiente de todos los biol¨®gicamente posibles para la obtenci¨®n de energ¨ªa¡ª, por lo que la cantidad de ¨¢cidos grasos que se precisan es mayor. Tercero, la presencia de grasa en la dieta est¨¢ bastante bien relacionada con la saciedad: aunque los l¨ªpidos son el principio inmediato que m¨¢s calor¨ªas aporta por unidad de peso, tambi¨¦n son uno de los elementos que m¨¢s contribuye a la saciedad. A este aspecto hay que sumar que el propio estado de cetosis se ha relacionado con una disminuci¨®n del apetito.
?Es peligroso seguir una dieta 'cetog¨¦nica'?
No y s¨ª. Por definici¨®n, no, ya que el hecho de ¡°entrar en cetosis¡± es un proceso completamente natural ¡ªen las circunstancias ya mencionadas¡ª que se pone en marcha para salvaguardar un mal mayor e irreparable como lo ser¨ªa el morir al no poder seguir alentando la vida. No obstante, entrar en cetosis no est¨¢ exento de riesgos en tanto en cuanto esa cetosis sea la puerta de entrada a la cetoacidosis.
?Qu¨¦ es la cetoacidosis, es grave?
Es la disminuci¨®n del pH sangu¨ªneo debido a la alta concentraci¨®n de cuerpos cet¨®nicos en ella (que, obviamente, tienen un car¨¢cter ¨¢cido). El pH sangu¨ªneo normal est¨¢ circunscrito a unos muy estrechos m¨¢rgenes, fuera de los cuales ¡ªtanto por arriba como por abajo¡ª se alteran importantes funciones biol¨®gicas, la m¨¢s visible y llamativa, el transporte de ox¨ªgeno. M¨¢s all¨¢ de esos l¨ªmites de pH, y en funci¨®n tambi¨¦n del tiempo que se permanezca, la vida se ve seriamente comprometida.
Esta situaci¨®n es grave para todo el mundo y es especialmente peligrosa en algunas personas, como por ejemplo en pacientes con diabetes tipo 1 y en enfermos renales entre otros. Es preciso reconocer que, aunque no son frecuentes, tambi¨¦n se han reportado situaciones de cetoacidosis en el caso de personas que han seguido una dieta estricta baja en gl¨²cidos, como son este caso o este otro.
?Es f¨¢cil seguir una dieta 'cetog¨¦nica'?
Ahora toca responder a la gallega, con otra pregunta: ?es f¨¢cil encestar un tiro desde la l¨ªnea de tres en una cancha de baloncesto? La respuesta para ambas preguntas es que ¡°depende¡±. Y depender¨¢ del entrenamiento y motivaci¨®n de cada cual. Es preciso coincidir que, para la poblaci¨®n general, la respuesta a ambas preguntas suele ser la misma: no.
No es f¨¢cil seguir esta clase de dietas porque no es sencillo seguirlas durante suficiente tiempo: en este estudio se contrast¨® la baja adherencia de esta clase de dietas entre una poblaci¨®n de pacientes con c¨¢ncer. Y las dietas que no son adherentes son las que menos ¨¦xito tienen en la consecuci¨®n de sus objetivos. Tenemos bastante claro que con independencia del nombre que tenga y sean cuales sean sus caracter¨ªsticas, la dieta que mejor funciona para adelgazar es aquella que mantiene durante m¨¢s tiempo a sus usuarios practic¨¢ndola. Es habitual que los ketoexaltados argumenten que no solo es f¨¢cil seguirla, sino que tambi¨¦n es especialmente placentera. Si tuvieran raz¨®n, poblacionalmente hablando, es algo que nos deber¨ªa hacer volver al argumento anterior: entonces hace tiempo que la obesidad habr¨ªa dejado de ser un problema.
?Funciona para adelgazar?
Parece que hay pocas dudas de que en muy corto plazo las dietas cetog¨¦nicas son efectivas para perder peso. Pero en el medio y largo plazo no han demostrado ser mejores que otros patrones alimentarios con un perfil diet¨¦tico totalmente diferente. Es decir, les sucede igual que al resto de dietas para perder peso: que siempre parecen funcionar inicialmente¡ pero luego no. Es lo que tiene ¡°hacer una dieta¡± ¡ªde quita y pon¡ª mientras adem¨¢s se toma al peso como la variable a controlar, frente a asumir cambios continuados sobre nuestros estilos de vida (y con independencia del peso).
Recordemos que por encima de todas las cuestiones de est¨¦tica y de tallaje, el tema del sobrepeso y la obesidad es, al menos desde la perspectiva de un servidor, una cuesti¨®n de salud p¨²blica. Y tal y como preguntar¨ªa de forma ret¨®rica Julio Basulto, ?hay alguien interesado en aprender a conducir en el corto plazo para luego volver a no saber conducir? Eso es lo que sucede con esta clase de dietas de moda: que no han demostrado funcionar mejor que ninguna otra en el largo plazo.
Ciencia contra moda
Gracias a las hemerotecas podemos contrastar que plantear la dieta cet¨®genica puede ser lo que uno quiera, pero hay dos cosas que, hoy por hoy, ya nunca ser¨¢: ni novedosa ni moderna; a pesar de lo que digan sus defensores. Merece la pena repasar algunos de los art¨ªculos cient¨ªficos que en los ¨²ltimos a?os han revisado la efectividad de la dieta cetog¨¦nica a la hora de abordar el adelgazamiento:
¡°Dieta cetog¨¦nica: el regreso¡±: en 2017 este entusiasta art¨ªculo -en el t¨ªtulo pone ¡°el regreso¡±- habl¨® de esta alternativa en estos t¨¦rminos: ¡°una excitante expectativa para el tratamiento de distintas cuestiones de salud¡±. ¡®Expectativas¡¯ s¨ª, pero en el regreso. Y hablamos de una dieta, no del regreso de un jugador de f¨²tbol que vuelve al campo tras 10 a?os de retiro. Significativo.
¡°Dieta cetog¨¦nica para la obesidad: ?amigo o contrincante?¡±: una revisi¨®n de 2014 que habla de fortalezas, debilidades y limitaciones, sin terminar por dar una lectura concluyente al asunto, aunque s¨ª esperanzadora (?otra vez?). En contra de la keto moda actual, que invita a que cualquiera la realice por su cuenta, este estudio concluye en su ¨²ltima frase que: ¡°cuando se asume de forma adecuada, la dieta cetog¨¦nica puede ser una herramienta ¨²til para tratar la obesidad siempre que est¨¦ en las manos de un m¨¦dico¡±.
Es imprescindible volver a mencionar esta opini¨®n cient¨ªfica de 2019, ¡°Dieta cetog¨¦nica para la obesidad y la diabetes: cuando el entusiasmo supera la evidencia¡±, en la que adem¨¢s del t¨ªtulo -suficientemente elocuente- se concluye que: ¡°Aunque la dieta cetog¨¦nica ha suscitado mucha atenci¨®n en el tratamiento de enfermedades cr¨®nicas como la obesidad y la diabetes tipo 2, la actual evidencia que respalda su uso es limitada, adem¨¢s de haberse reportado riesgos reales con su uso. Tanto m¨¦dicos como pacientes deber¨ªan seguir evaluando de forma cr¨ªtica aquellos riesgos y beneficios asociados a su uso en base a la evidencia, no a la exageraci¨®n¡±.
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