Bomba carameliciosa de chocolate y nata Wonka
Para los que alguna vez quisieron ser Charlie, visitar la f¨¢brica de chocolate y comerse hasta sus alfombras.
Si leer los libros de Los Cinco daba hambre, pasar las p¨¢ginas de Charlie y la f¨¢brica de chocolate era una tortura china. O de cualquier libro de Roald Dahl, con sus melocotones gigantes, sus meriendas de zorros o la viciosa tarta de Matilda. Le¨ªas las aventuras de sus personajes con un rugido permanente en el est¨®mago, pensando en cascadas de chocolate y chicles a los que nunca se les iba el sabor.
Dahl sab¨ªa de lo que hablaba, porque era un amante confeso de las chucher¨ªas y ten¨ªa siempre a mano un bote repleto de ellas mientras escrib¨ªa. Por eso pod¨ªa escribir sobre caramelos eternos, hierba de az¨²car, ¨¢rboles de regaliz y toffes que hac¨ªan crecer la barba. Todo manufacturado por los oompa-loompas, unos seres que ninguna mente pol¨ªticamente correcta del siglo XXI se atrever¨ªa ya a parir: obreros negritos esclavos del ?frica tropical (como el de la canci¨®n), enanos y adictos al cacao. Por eso seguramente la pel¨ªcula de Tim Burton los cambi¨® por clones lis¨¦rgicos en mono de vinilo rojo en vez de taparrabos.
En 1990 Dahl y su esposa escribieron un libro de memorias culinarias, y a ra¨ªz de ello les ofrecieron publicar un recetario para ni?os. El escritor gal¨¦s muri¨® poco despu¨¦s, dejando para su mujer una lista de todos los platos que aparecen en sus obras y una dedicatoria: ¡°Es una gran idea, pero Dios sabe c¨®mo te apa?ar¨¢s¡±. Las Recetas Asquerosas (Roald Dahl?s Revolting Recipes) vieron la luz gracias a la imaginaci¨®n de su viuda, y es un magn¨ªfico libro de cocina para trastear con los peque?os de casa, ahora que en vez de futbolistas o bailarinas quieren ser todos chefs estrellados.
Entre sus f¨®rmulas vienen la tableta Sorpresa de Nuez Wonka o las hamburguesas de barro de James y el melocot¨®n gigante. Y por supuesto, el sabor que tra¨ªa el billete de oro con el que Charlie consigui¨® entrar en la f¨¢brica de Willy Wonka. En ingl¨¦s, Whipple Scrumptious Fudgemallow Delight, que en mi aburrida edici¨®n del libro viene traducido como 'delicia de caramelo y chocolate batido'. Un concepto bastante ¨¢rido que no hace babear ni pone cachondillas las papilas gustativas. Por eso he optado por algo que suene m¨¢s chiripitifl¨¢utico y guarrindongo, que haga querer chuparse los dedos.
La Bomba Carameliciosa de Chocolate y Nata Wonka (o 'mousse de chocolate blanco con caramelo y cochinadas') era originalmente una tableta s¨®lida, pero la se?ora Dahl opta en su libro por convertirla en una salsa con tropezones golosos, as¨ª que no voy yo a enmendarle la plana. Un pecado venial, ya sea con la mousse de chocolate blanco que explico, o si os da reparo la hiperglucemia, con helado o simple yogur. Hasta ah¨ª la opci¨®n light, el resto es vicio puro y suspiros de satisfacci¨®n.
Nivel de dificultad
Apta para oompa-loompas de corta edad.
Ingredientes
Para cuatro vasos o copas
- 500 ml de nata para montar, fr¨ªa
- 200 g de chocolate blanco
- 60 ml de leche (4 cucharadas)
- 100 g de az¨²car
- 40 g de mantequilla (2 cucharadas)
- 80 g chocolate negro 55% cacao
- 4 galletas
- Un pu?ado de nubes o malvaviscos
- Frutos secos
Instrucciones
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