Cerveza de jengibre de los cinco

¡°Se sentaron a tomar el t¨¦, ?ojal¨¢ no hubieran almorzado tanto! Sobre la mesa hab¨ªa un gran jam¨®n, crujientes rebanadas de pan, lechugas frescas, r¨¢banos y en el aparador un enorme pastel y una fuente llena de ricas tortitas. Tambi¨¦n hab¨ªa bloques de mantequilla y jarras de leche, adem¨¢s de miel y mermelada casera.¡±

Los libros de Los Cinco fueron un claro tormento y fuente de muchos traumas infantiles. No por sus aventuras inveros¨ªmiles ni por su entra?able traducci¨®n latina, sino porque los chavales protagonistas se pasaban el argumento entero zampando sin parar. Los muy pu?eteros te hac¨ªan mirar con tristeza y desesperaci¨®n el bocadillo de chorizo de Pamplona (o de mortadela con Tulip¨¢n) que te daban para merendar.

Daba igual que fuera con Los Cinco, los Siete Secretos o Torres de Malory; la p¨¦rfida Enid Blyton nos hac¨ªa so?ar con monta?as de emparedados y botellas fr¨ªas de cerveza de jengibre. En casa, con suerte, los d¨ªas que tu madre se levantaba rumbera te pon¨ªa bocata de pral¨ªn de Zahor. Y el t¨¦, en vez de estar asociado a pasteles de fruta y bollos era signo de gastroenteritis. Lo de la cerveza de jengibre sonaba ex¨®tico y misterioso, s¨ª, pero no era alarmante. Al fin y al cabo est¨¢bamos acostumbrados a los tragos de Quina Santa Catalina y otros espirituosos familiares.

Seguramente ahora las ediciones revisadas de Los Cinco hayan aligerado las cuchipandas y usen la palabra ¡°s¨¢ndwiches¡± en vez de la sacrosanta ¡°emparedados¡±. Pero el poso se nos ha quedado dentro y por fin, varias d¨¦cadas despu¨¦s pod¨¦is daros el capricho friki de beber este mejunje y descubrir a qu¨¦ porras sabe. Es una bebida carbonatada con sabor a jengibre y lim¨®n, b¨¢sicamente. Est¨¢ sorprendentemente buena una vez se han bebido un vaso o dos, aunque depende de si sois amantes confesos del jengibre. Si no lo sois, optad por un emparedado de jam¨®n, huevo y tomate y un chute de Tang.

El efecto burbujeante se puede conseguir mediante fermentaci¨®n con levadura de cerveza, relativamente f¨¢cil de encontrar ahora que vivimos el boom de las cervezas caseras. Tampoco pens¨¦is que nos va a salir un g¨¦iser de la botella, es un gas ligerillo. Si no dais con la levadura (ojo que no es la de diet¨¦tica que da lustre al cabello), no os quer¨¦is complicar o no dese¨¢is exponer a los ni?os al efecto del ¨ªnfimo alcohol producido por la fermentaci¨®n, se puede hacer un apa?o. La versi¨®n light requiere de polvos de gaseosa (unos sobres con bicarbonato y acidulante) para gasificar la bebida antes de tomarla a raz¨®n de dos sobres de cada color por litro de agua. Otra opci¨®n es recortar el agua a la mitad para elaborar un concentrado y a?adir a cada vaso un chorro generoso de sif¨®n o soda.

En caso de que os haya entrado un perrenque nost¨¢lgico, pod¨¦is incluso organizar una comida tem¨¢tica con las recetas blytonianas que circulan por internet e incluso comprobar qu¨¦ y cu¨¢nto com¨ªan Ana, Jorge, Juli¨¢n, Dick y Tim.

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