Tailandia, contra su rey en tiempos del coronavirus
La avalancha de casos dispara la indignaci¨®n popular en las redes sociales contra el exc¨¦ntrico monarca al que se le atribuye una naturaleza semidivina
Muchas son las materias que el coronavirus, la mayor pandemia que la humanidad ha padecido en d¨¦cadas, ha puesto en tela de juicio. Entre ellas se cuenta la capacidad de liderazgo de los mandatarios mundiales. El rey de Tailandia, cuyas dificultades para mantener el orden empiezan por su vida personal, ha resultado ser un blanco f¨¢cil en esta tesitura. Los dedos acusatorios se han alzado contra Vajiralongkorn en forma de una campa?a en redes sociales, un fen¨®meno viral en un pa¨ªs donde criticar a la monarqu¨ªa es un delito penado con hasta 35 a?os de c¨¢rcel.
Todo empez¨® con una almohadilla seguida de una pregunta: ¡°Mi ksatriy wi thami?¡±. Es decir, traducido y adaptado a los c¨¢nones tuiteros: #paraqu¨¦necesitamosunrey. Esta conversaci¨®n digital, de la que los internautas tailandeses participaban compartiendo sus quejas respecto al negligente comportamiento de su Jefe de Estado, pronto se convirti¨® en uno de los temas del momento en el pa¨ªs. M¨¢s de 1,2 millones de personas lo compartieron en 24 horas, seg¨²n m¨¦tricas ofrecidas por la propia plataforma para las etiquetas m¨¢s populares, conocidas como trending topic. Uno de los impulsores de la campa?a ha sido Somsak Jeamteerasakul, exprofesor de Historia en la Universidad de Thammasat y conocido activista por la reforma del sistema mon¨¢rquico tailand¨¦s. Este acad¨¦mico reside en Francia con estatus de refugiado pol¨ªtico desde 2014, cuando abandon¨® su pa¨ªs tras el golpe de estado militar.
El rey Vajiralongkorn, cuyo apelativo din¨¢stico es Rama X, concluy¨® su coronaci¨®n en diciembre del a?o pasado con una comitiva naval sobre el r¨ªo Chao Praya; una ceremonia que pon¨ªa punto final a la sucesi¨®n tras el fallecimiento de su padre, el rey Bhumibol, en 2016. El descontento que despierta su figura, no obstante, se remonta mucho m¨¢s atr¨¢s. Las dudas sobre la idoneidad del actual monarca, motivadas por su exc¨¦ntrico estilo de vida, han sido vox populi desde que en 1971 fuera proclamado heredero. Su subida al trono ha confirmado las peores expectativas. En unos pocos meses ha roto con todo tipo de convenciones, empezando por nombrar a la primera concubina real en un siglo para repudiarla apenas dos meses m¨¢s tarde. Con este tipo de decisiones, Vajiralongkorn ha comenzado a erosionar la credibilidad acumulada durante las seis d¨¦cadas de reinado de su progenitor, quien siempre cont¨® con la veneraci¨®n de la mayor¨ªa de sus s¨²bditos. ¡°No eres un rey, solamente tuviste la fortuna de ser hijo de un rey¡±, sentenciaba un usuario de la red social.
Una de las cr¨ªticas m¨¢s reiteradas en los ¨²ltimos d¨ªas hace referencia a las largas estancias del rey en el extranjero. A diferencia de Bhumibol ¨Cuna vez m¨¢s¨C, quien no abandon¨® su reino en sus ¨²ltimos 24 a?os de vida, Vajiralongkorn pasa la mayor parte de su tiempo en una mansi¨®n que posee en Baviera, al borde del Lago de Starnberg. El monarca m¨¢s acaudalado del mundo tambi¨¦n gusta de transitar las sendas verdes de Suiza en bicicleta. Muchos internautas denuncian que la primera autoridad tailandesa no ha alterado sus planes tur¨ªsticos pese a la crisis sanitaria que atraviesa el pa¨ªs, aunque este extremo no ha podido ser confirmado.
Estas protestas digitales adquieren a¨²n m¨¢s relevancia al tener en cuenta el marco legal del pa¨ªs. La monarqu¨ªa, pilar de la arquitectura pol¨ªtica de Tailandia, est¨¢ protegida por una ley de lesa majestad que castiga con cuantiosas multas y hasta 35 a?os de c¨¢rcel cualquier comentario negativo vertido en p¨²blico sobre la familia real ¨Cmascotas incluidas¨C. A esto se a?ade, adem¨¢s, que a la figura institucional del rey se le atribuye una naturaleza semidivina.
El gobierno no ha tardado en reaccionar. Lo ha hecho a trav¨¦s de su ministro de Econom¨ªa Digital y Sociedad, Puttipong Punnakanta, quien colg¨® en la misma red social una imagen en la que se pod¨ªan ver unas manos esposadas junto a un teclado, con la que pretend¨ªa advertir a los ciudadanos las consecuencias de romper las leyes que regulan los contenidos digitales. ¡°Prefiero no comentar¡±, respondi¨® al ser consultado al respecto por la agencia de noticias Reuters. ¡°No especifiqu¨¦ de qu¨¦ se trataba, es un recordatorio general. (...). Monitorizamos de manera regular tanto como podemos. Respetamos la expresi¨®n individual, pero si causa da?os recurriremos a la ley¡±. La acci¨®n gubernamental al respecto depender¨¢ de las consultas realizadas por las agencias de seguridad, aclar¨® el ministro.
Las cr¨ªticas p¨²blicas a la monarqu¨ªa no son habituales, pero hay otros precedentes similares. El a?o pasado estall¨® una burbuja de descontento, tambi¨¦n en Twitter, en este caso a causa de los cortes de tr¨¢fico provocados por los desplazamientos de la familia real. Vajiralongkorn reaccion¨® entonces ordenando a la polic¨ªa que limitara la duraci¨®n de las retenciones.
Una emergencia nacional
El gobierno tailand¨¦s ha decretado este martes el estado de emergencia para el pr¨®ximo mes a causa de la r¨¢pida escalada de las infecciones de Covid-19. En los ¨²ltimos d¨ªas, los casos totales han pasado de 106 a 934 ¨Ccon 4 v¨ªctimas mortales, 70 pacientes recuperados y 860 casos activos¨C, lo que hace de Tailandia el segundo pa¨ªs m¨¢s afectado del Sudeste Asi¨¢tico. Ello ha provocado un bloqueo parcial de su territorio, incluyendo la capital Bangkok. All¨ª, los centros comerciales, escuelas y bares estar¨¢n cerrados durante los pr¨®ximos 22 d¨ªas. La decisi¨®n de hoy dotar¨¢ a la figura del primer ministro, el general Prayuth Chan-ocha, de poderes especiales para endurecer las condiciones de entrada, lo que deteriorar¨¢ a¨²n m¨¢s la econom¨ªa de un pa¨ªs que depende en gran medida del turismo, sector que representa m¨¢s de 10% de su PIB. Su rey, de momento, tiene otras preocupaciones.
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