Tailandia despide consternada al rey Bhumibol y abre una nueva etapa pol¨ªtica
Cientos de miles de personas participan en el funeral. La era que comienza estar¨¢ marcada por inc¨®gnitas como el futuro papel de los militares y la convocatoria de elecciones

Sobrecogidos, los tailandeses ven c¨®mo el pa¨ªs que conocen se consume por las llamas que elevan al para¨ªso al rey Bhumibol Adulyadej. Un a?o despu¨¦s de su muerte a los 88 a?os, el monarca es despedido con un ritual budista en el suntuoso crematorio construido en los aleda?os del Gran Palacio de Bangkok para la ocasi¨®n. Setenta y siete millones de euros para conmemorar con honores de deidad al monarca que, tratado como tal, rigi¨® Tailandia durante 70 a?os. Al soberano que ejerci¨® de tim¨®n de una naci¨®n pol¨ªticamente muy dividida y donde los militares dieron un golpe en 2014.
Concluidos los funerales, el pa¨ªs encara una nueva etapa. ¡°Despu¨¦s de la cremaci¨®n, el Gobierno militar ser¨¢ insostenible y los tailandeses querr¨¢n un cambio pol¨ªtico a trav¨¦s de la representaci¨®n electoral¡±, pronostica Thitinan Pongsudhirak, director del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Bangkok.
Gai, de 42 a?os, vestida en riguroso negro junto a sus dos hijas adolescentes, dice entre l¨¢grimas: ¡°?l lo dio todo por nosotros. Venimos a darle las gracias¡±. Como miles de personas, han pasado noches a la intemperie bajo los frecuentes aguaceros, para seguir de cerca las exequias del rey Bhumibol (Rama IX). Unas 250.000 personas siguieron este jueves los fastos f¨²nebres que pondr¨¢n el punto final a un a?o de luto para los tailandeses, entregados en masa a homenajear al ¨²nico soberano que la mayor¨ªa conoce.
El hijo y heredero de Bhumibol, Maha Vajiralongkorn, (que pasa a reinar como Rama X), es el encargado de cumplir con el protocolo de prender la pira crematoria de su padre, quien seg¨²n la tradici¨®n ascender¨¢ al cielo sobre el ave Garuda. Decenas de representantes y jefes de Estado, entre ellos la reina Sof¨ªa, M¨¢xima de Holanda, Matilde de B¨¦lgica, el pr¨ªncipe Andr¨¦s de Inglaterra o su hom¨®logo nip¨®n, Akishino, acudieron tambi¨¦n para dar su adi¨®s a Bhumibol.
Nada sugiere que el cambio pol¨ªtico augurado sea sencillo, ni siquiera si se producir¨¢. Si bien el primer ministro, Prayut Chan-ocha, presidente de la Junta Militar tras el golpe de Estado de 2014, anunci¨® despu¨¦s de reunirse este mes con el presidente de EEUU, Donald Trump, que los comicios ser¨¢n en 2018, la fecha est¨¢ en entredicho. Y aun celebr¨¢ndose unos comicios, es probable que el poder quede igualmente en manos militares. Prayut, que durante el pasado a?o ha reforzado la maquinaria coercitiva poniendo entre rejas a centenares de disidentes, se ha pertrechado tras una nueva Constituci¨®n para asegurarse una transici¨®n sin sobresaltos.
La Ley Fundamental, aprobada en refer¨¦ndum en 2016 en los albores del deceso de Bhumibol, incluye un nuevo sistema electoral que en definitiva impide que la C¨¢mara baja sea controlada un partido mayoritario como el del ex primer ministro Taksin Shinawatra (Puea Thai), ganador de todas las legislativas de Tailandia desde 2001, y asegura a los militares el control del Senado. El magnate Shinawatra y su familia lograron capitalizar el descontento de la Tailandia rural y pobre frente a la ¨¦lite que tradicionalmente ha gobernado.
La reforma constitucional dificulta la vuelta al poder de la debilitada facci¨®n de Taksin. Tanto ¨¦l como su hermana y sucesora, la tambi¨¦n ex primera ministra Yingluck Shinawatra, viven exiliados en Dub¨¢i para evitar las condenas de dos y cinco a?os de c¨¢rcel, respectivamente. En el caso de ¨¦l, por corrupci¨®n y abuso de poder, y en el de ella, por negligencia debido a un controvertido plan de subsidios al arroz.
Pero la enorme influencia pol¨ªtica de Taksin en el pasado siempre ha acabado sorprendiendo. Algo que ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil de calibrar cuando acabe el periodo de luto, se celebre la coronaci¨®n de Rama X, presumiblemente a finales de a?o, y se revoque la prohibici¨®n sobre la actividad pol¨ªtica. ¡°Los tailandeses querr¨¢n entonces ver c¨®mo el nuevo monarca pretende reinar y qu¨¦ relaci¨®n va a tener con el Ej¨¦rcito¡±, se?ala Thitinan.
Esa es la gran incertidumbre. El pr¨®ximo rey ha dado unos inquietantes primeros pasos: no solo enmend¨® la nueva Constituci¨®n para poder gobernar desde el extranjero (vive buena parte del tiempo en Baviera, Alemania), tambi¨¦n ha asumido el control de la Oficina de Propiedades Reales, antes gestionada de forma independiente.

¡°Nada indica que el nuevo rey est¨¦ interesado en la democracia¡±, previene Pavin Chachavalpongpun, acad¨¦mico de la Universidad de Tokio, donde se ha refugiado tras haber sido acusado de lesa majestad en 2014 a trav¨¦s de la draconiana ley que blinda la monarqu¨ªa tailandesa. El especialista teme la deriva absolutista del nuevo monarca, un rey que muchos ven en las ant¨ªpodas de su padre; el ¨²ltimo vivi¨® dedicado a recorrer y conocer su pa¨ªs, del que solo sali¨® en una ocasi¨®n durante su reinado para ir a Laos.
Bhumibol era un rey cercano que se dirig¨ªa a la naci¨®n como un padre el d¨ªa de su cumplea?os. Un monarca cuya reputaci¨®n hagiogr¨¢fica se debe en parte a la legislaci¨®n imperante, pero que se gan¨® a pulso el respeto de la ciudadan¨ªa. Su talante mediador qued¨® claro en 1992, cuando intervino para impedir un mayor derramamiento de sangre y frenar la intentona golpista del general Suchinda Krapayoon, en la que docenas de manifestantes fueron tiroteados.
Tampoco los tiempos son los mismos. El fallecido Bhumibol desarroll¨® su papel como elemento unificador entre las divididas poblaciones rural y urbana en plena industrializaci¨®n del pa¨ªs. Pero su hijo se enfrenta a una sociedad urbana y compleja. ¡°Es muy dif¨ªcil entender qu¨¦ misi¨®n puede tener hoy la monarqu¨ªa tailandesa. El pa¨ªs necesita encontrar una forma de expulsar a los militares del poder y la monarqu¨ªa necesita encontrar un papel que sea significativo para Tailandia en el Siglo XXI¡±, apostilla Michael Montesano, del Instituto de Estudios del Sudeste Asi¨¢tico (ISEAS) de Singapur.
Un reto may¨²sculo para el nuevo rey y Tailandia, consciente de la etapa que se abre paso. ¡°Voy a borrar el 26 de octubre de mi calendario. Es un d¨ªa demasiado triste¡±, susurra Kathy, quien observa consternada con su marido el funeral del monarca en una de las numerosas megapantallas instaladas en Bangkok. Como sus compatriotas, viene a decir adi¨®s no solo a un rey, o al padre de la naci¨®n. Ha venido a despedirse de la Tailandia que conoce.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.