El aislamiento transforma a Anna Wintour y se deja ver en ch¨¢ndal
La editora de ¡®Vogue¡¯ ha posado en su casa de Nueva York con un atuendo in¨¦dito en ella y adaptado al confinamiento
En estos d¨ªas, la casa y la oficina de Anna Wintour deb¨ªan estar llenas de plumas, brocados y lentejuelas. En un momento de normalidad, la editora de Vogue, directora de su edici¨®n estadounidense desde 1988, estar¨ªa en plenos preparativos para la gala del Museo Metropolitano de Nueva York, que se celebra el primer lunes de cada mes de mayo para recaudar fondos para el centro de arte. Sin embargo, este 2020 no es un a?o normal, y la pandemia del coronavirus que todo lo toca ha hecho que la gran cita de la moda anual haya sido cancelada y que, por tanto, Wintour est¨¦ muy lejos de reuniones para decidir el orden de los asientos o el vestido ideal.
Estos d¨ªas, la todopoderosa editora de moda, considerada una de las mujeres m¨¢s elegantes del mundo, ha tenido que adaptarse a los tiempos que corren y cambiar la oficina por el sal¨®n de su casa. Y, lo que m¨¢s ha llamado la atenci¨®n, ha tenido que cambiar cuidados sus atuendos por un pantal¨®n deportivo: Anna Wintour en ch¨¢ndal.
Como todo mortal, Wintour se deja ver en su sal¨®n con un port¨¢til, folios, bol¨ªgrafos y su tel¨¦fono m¨®vil. La estampa de cualquiera que teletrabaje en cualquier parte del mundo. Adem¨¢s, lleva un pantal¨®n rojo de estilo deportivo, con una raya blanca a lo largo de la pierna y cremalleras. Para completar el look casero pero no sin un toque de elegancia, lo acomapa?a con un jersey grueso en rojo y negro con detalles blancos. Eso s¨ª: Wintour no pierde su ic¨®nica imagen, y sigue manteniendo su corte bob con perfecto flequillo y sus gafas de sol negras, incluso dentro de casa. No se aprecia si la periodista brit¨¢nica lleva zapatos, va descalza... o si se ha decantado por unas pantuflas.
Aunque Wintour posa en lo que parece un sal¨®n, tambi¨¦n cuenta con un despacho en su hogar, como se puede apreciar en la imagen, que deja bastantes detalles curiosos. Por ejemplo, en ese despacho se ve a la brit¨¢nica en una fotograf¨ªa enmarcada en la boda de su hija, Bee Shaffer, con su esposo, Francesco Carrozzini, hijo de la fallecida editora de Vogue Italia Franca Sozzani. Adem¨¢s, el espacio refleja el gusto de la familia por la lectura, puesto que detr¨¢s de ella hay una inmensa librer¨ªa con decenas de vol¨²menes que no parecen de decoraci¨®n, sino usados y le¨ªdos, y con t¨ªtulos de autores como Nabokov, Jo Nesbo o Martin Amis.
La imagen la ha publicado la revista Vogue en su perfil de Instagram, con casi 27 millones de seguidores, y ha llamado poderosamente la atenci¨®n de los miles que se han sorprendido al ver a Wintour en ch¨¢ndal. La publicaci¨®n anunciaba las llamadas Vogue Global Conversations, ¡°un evento de cuatro d¨ªas a trav¨¦s de Zoom que empieza ma?ana [por este martes 14 de abril]". ¡°Tenemos que hablar franca y abiertamente sobre todo por lo que est¨¢ pasando la industria de la moda pero, de forma igualmente importante, tenemos que empezar a pensar en qu¨¦ va a ser lo siguiente. Por favor, ¨²nete a nosotros¡±, dice Wintour acerca de estas conversaciones globales en las que participan tambi¨¦n dise?adores como Stella McCartney o Marc Jacobs y directores de otras ediciones de la revista como Edward Enninful, del Reino Unido; Angelica Cheung, de China; o Eugenia de la Torriente, de Espa?a.
Esas charlas se realizan desde los distintos hogares de los participantes y tendr¨¢n lugar a las tres de la tarde, hora peninsular espa?ola, del martes 14 al viernes 19 de abril. Sin embargo, Wintour no participar¨¢ en ninguna de ellas y no habr¨¢ posibilidad de comprobar si sigue optando por prendas informales o no. Ni de preguntarle si est¨¢ de acuerdo con esa pol¨¦mica frase de su fallecido amigo Karl Lagerfeld: ¡°El ch¨¢ndal es un signo de derrota. Cuando pierdes el rumbo de tu vida, te compras uno¡±.
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