Juego de tronos en Tailandia con un rey ausente y su har¨¦n
Dipangkorn, quinto hijo var¨®n del pol¨¦mico rey Vajiralongkorn y de una camarera, es el supuesto heredero. Al cumplir 15 a?os no hay ninguna certeza sobre su futuro
Antes que ¡°constitucional¡±, el calificativo que acostumbra a escoltar a la monarqu¨ªa tailandesa es el de ¡°at¨ªpica¡±. Para empezar, el pa¨ªs ni siquiera tiene un rey dentro de sus fronteras. El pol¨¦mico Vajiralongkorn, considerado como todos sus predecesores un semidi¨®s, permanece confinado en un hotel alem¨¢n en compa?¨ªa de la veintena de f¨¦minas que componen su har¨¦n. Ante tal coyuntura, resulta menos chocante que la corona careza de otro de sus elementos esenciales: un heredero. El presunto n¨²mero uno en la l¨ªnea de sucesi¨®n es el pr¨ªncipe Dipangkorn Rasmijoti Sirivibulyarajakumar, que esta semana ha cumplido 15 a?os.
Dipangkorn es hijo de Srirasmi Suwadee, una joven camarera cuyo mete¨®rico ascenso por la pir¨¢mide social le llev¨® a ser primero cortesana y luego, desde 2001, princesa de Tailandia como la tercera esposa de Vajiralongkorn. Su matrimonio, sin embargo, no se hizo p¨²blico hasta cuatro a?os m¨¢s tarde, cuando el reci¨¦n nacido fue presentado en sociedad. Dipangkorn fue concebido por fertilizaci¨®n in vitro para evitar que heredara los problemas de salud de su padre, cuya naturaleza exacta es un misterio. Un documento del antiguo embajador estadounidense en Tailandia filtrado por Wikileaks revelaba que Vajiralongkorn sufre una enfermedad sangu¨ªnea. ¡°Varias fuentes aseguran que: es VIH positivo, padece hepatitis C, una extra?a especie de ¡°c¨¢ncer de sangre¡± o una combinaci¨®n de las anteriores que requiere de transfusiones habituales¡±, expon¨ªa el cable. El nacimiento de Dipangkorn sacudi¨® las perspectivas de sucesi¨®n, un juego de tronos que se hab¨ªa puesto en marcha mucho antes de que el beb¨¦ llegara a este mundo.
La reina madre Sirikit, viuda ¨Cy prima¨C del difunto rey Bhumibol, ten¨ªa la aspiraci¨®n de lograr que la estirpe Kitiyakara, a la que ella pertenece, se convirtiera en el linaje imperante en la familia real tailandesa. Por eso en 1977, cuando su hijo Vajiralongkorn ten¨ªa apenas 25 a?os, arregl¨® su matrimonio con su descendiente ¨Cy tambi¨¦n prima¨C Soamsawali Kitiyakara. Fruto de esta uni¨®n nacer¨ªa la princesa Bajrakitiyabha, el ojito derecho su abuela, que depositar¨ªa en ella las esperanzas de salirse con la suya.
Vajiralongkorn pronto demostr¨® que no era un hombre de familia ni de compromiso, al abandonar a su mujer por la aspirante a actriz Yuvadhida Polpraserth. A modo de protesta, la reina madre Sirikit se neg¨® a acudir a la boda de ambos, celebrada en 1994. Yuvadhida le dio cinco descendientes, cuatro de ellos varones. Su primog¨¦nito, Juthavachara Mahidol, se convirti¨® en el sucesor oficial, pero no ostentar¨ªa este honor por mucho tiempo. Dos a?os despu¨¦s de su casamiento, Yuvadhida se fug¨® al Reino Unido con sus hijos, por lo que a todos ellos se les retiraron sus t¨ªtulos reales y sus pasaportes.
Este suceso dejaba el problema de la sucesi¨®n abierto, y Sirikit volvi¨® a medrar con el objetivo de asegurar las perspectivas de su nieta, la princesa Bajrakitiyabha. Todo parec¨ªa amarrado: la Constituci¨®n del pa¨ªs hab¨ªa sido modificada en 1974 para que la corona pudiera recaer en una mujer en ausencia de heredero var¨®n. Pero la reina madre no contaba con que Vajiralongkorn a?adiera una tercera muesca a su cintur¨®n marital. El nacimiento de Dipangkorn dio al traste con sus planes.
Para entonces, la relaci¨®n entre madre e hijo ya se hab¨ªa agriado. Sirikit siempre hab¨ªa sido su gran valedora frente a aquellas voces que contemplaban con preocupaci¨®n la posibilidad de un hombre famoso por su vida disoluta llegara a sentarse en el trono ¨Ccomo ha acabado haciendo¨C. La opini¨®n p¨²blica, en cambio, se mostraba favorable a la hermana mayor de Vajiralongkorn, Sirindhorn, tambi¨¦n conocida como ¡°la princesa angelical¡±: una mujer con un brillante expediente acad¨¦mico, una sobria vida personal y comprometida con su actividad filantr¨®pica. Pero la reina madre se encarg¨® personalmente de lavar la imagen de su hijo ¨Cpara mantener as¨ª las pretensiones de su nieta y las de su estirpe con ella¨C organizando, por ejemplo, su viaje oficial a Washington en 2003, con el que ansiaba presentarse como un heredero cre¨ªble.
El cisma definitivo lleg¨® en 2007. A las tensiones por la sucesi¨®n se sum¨® la aparici¨®n de un v¨ªdeo dom¨¦stico en el que se ve¨ªa a Vajiralongkorn celebrando el cumplea?os de su caniche, de nombre Mariscal Jefe del Aire Fuf¨², en compa?¨ªa de la princesa Srirasmi ¨Cmadre de Dipangkorn¨C, ataviada nada m¨¢s que con un tanga. Aunque la cinta circul¨® primero por Bangkok y luego por el resto del mundo, ning¨²n medio nacional se atrevi¨® a hacer el m¨¢s m¨ªnimo comentario al respecto. La monarqu¨ªa, un pilar de la arquitectura pol¨ªtica tailandesa, est¨¢ protegida por una ley de lesa majestad que castiga con cuantiosas multas y hasta 35 a?os de c¨¢rcel todo comentario negativo vertido sobre la familia real, mascotas incluidas.
Tras el nacimiento de Dipangkorn, las jugarretas dentro de palacio continuaron. En 2014, Vajiralongkorn repudi¨® a su tercera esposa y madre del ni?o, la princesa Srirasmi, acus¨¢ndola de participar en las pr¨¢cticas corruptas de su entorno. A ra¨ªz de esta purga algunos de sus familiares, sus padres incluidos, fueron encarcelados. A ella se le retiraron todos los t¨ªtulos y desde entonces permanece en arresto domiciliario en la provincia de Ratchaburri, sin la posibilidad de recibir visitas de su hijo, a quien no ha visto desde hace a?os.
Este episodio ha provocado que el pr¨ªncipe haya tenido una infancia muy complicada. Se sospecha asimismo que el joven, que nunca ha dicho m¨¢s que unas pocas palabras en p¨²blico, padece autismo o alg¨²n otro trastorno cognitivo. Dipangkorn vive en una villa a las afueras de Munich y cursa sus estudios en un colegio privado alem¨¢n. Su padre, que tambi¨¦n pasa la mayor parte de su tiempo en el pa¨ªs europeo, apenas le ve.
¡°En este momento, el escenario m¨¢s probable apunta a que Dipangkorn se convertir¨¢ en el pr¨®ximo rey. Despu¨¦s de un infarto en 2012, la cada vez m¨¢s senil Sirikit ya no tiene el poder de bloquearlo. Pero, dados sus problemas de desarrollo, la princesa Bajrakitiyabha pod¨ªa actuar como regente¡±, escrib¨ªa en Twitter el periodista brit¨¢nico Andrew MacGregor Marshall, autor del libro A Kingdom in Crisis: Thailand¡¯s Struggle for Democracy in the Twenty-First Century (Un reino en crisis: La lucha por la democracia en Tailandia en el siglo XXI).
Happy birthday to Prince Dipangkorn Rasmijoti Sirivibulyarajakumar, heir presumptive to the throne of Thailand, who is 15 years old today. 1/12 pic.twitter.com/11h3Hcsk1d
— Andrew MacGregor Marshall (@zenjournalist) April 29, 2020
Esta perspectiva encuentra apoyo en el marco legal vigente, la Ley de Sucesi¨®n de Palacio de 1924. Hay un gran pero: ninguna normativa est¨¢ por encima de la palabra del monarca. La biograf¨ªa de Vajiralongkorn demuestra que es un hombre de apetitos cambiantes ¨Csin ir m¨¢s lejos, el a?o pasado nombr¨® una concubina real apenas tres meses despu¨¦s de su cuarta boda¨C que no entiende de convenciones. Hasta que el rey designe a Dipangkorn como Pr¨ªncipe Heredero, la l¨ªnea de sucesi¨®n de esta at¨ªpica monarqu¨ªa seguir¨¢ siendo una inc¨®gnita.
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