Los Al Jalifa de Bahr¨¦in, una monarqu¨ªa absoluta bajo el manto constitucional
El rey, con cuatro esposas y 15 hijos, su poderoso t¨ªo y el heredero mantienen un f¨¦rreo control contestado por los islamistas chi¨ªes
La historia reciente de la familia gobernante de Bahr¨¦in es la de una oportunidad perdida. Al frente de un pa¨ªs min¨²sculo (el tercero m¨¢s peque?o de Asia), los Al Jalifa tuvieron la fortuna de no contar con demasiado petr¨®leo. Eso incentiv¨® que el emirato se transformara en el centro financiero y tur¨ªstico de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga antes de que Dub¨¢i le arrebatara el cetro. Tras suceder a su padre en 1999, el jeque Hamad Bin Isa al Jalifa pidi¨® y obtuvo de sus s¨²bditos en un refer¨¦ndum el respaldo para convertirse en un rey constitucional. Pero sus promesas democratizadoras se quedaron en agua de borrajas y las protestas arruinaron su imagen.
El rey. Hamad, que hoy tiene 70 a?os, reinstaur¨® el Parlamento, dio el derecho de voto a las mujeres y liber¨® a los presos pol¨ªticos. El flamante rey se proyect¨® m¨¢s all¨¢ de la regi¨®n con el Gran Premio de Bahr¨¦in, la primera carrera de F¨®rmula 1 disputada en Oriente Pr¨®ximo. Desde sus inicios, en 2004, fue mucho m¨¢s que una competici¨®n deportiva. Cada primavera, el aut¨®dromo de Sakhir, a las afueras de Manama, la capital bahrein¨ª, se convierte en un gran instrumento de relaciones p¨²blicas donde el monarca agasaja a l¨ªderes mundiales, entre ellos el espa?ol Juan Carlos de Borb¨®n, cuando era rey reinante, y los empresarios locales exhiben su proximidad al poder.
La suspensi¨®n de la prueba en 2011, a ra¨ªz de las protestas de la primavera ¨¢rabe, marc¨® un punto de inflexi¨®n. La reanudaci¨®n al a?o siguiente fue controvertida. La dureza con que la monarqu¨ªa respondi¨® a las peticiones de democratizaci¨®n manch¨® irremediablemente el perfil del peque?o reino. Acudir a la carrera se interpretaba como un apoyo. El ambiente ya no fue el mismo.
Desde entonces, los defensores de derechos humanos y disidentes han sido encarcelados, silenciados o forzados a exiliarse. Las manifestaciones est¨¢n oficialmente prohibidas. El da?o a la imagen del pa¨ªs tuvo un gran coste econ¨®mico. Arabia Saud¨ª y Emiratos ?rabes Unidos, que enviaron tropas y polic¨ªas para acallar las manifestaciones, tuvieron que rescatar a su vecino.
Hamad tiene cuatro esposas que le han dado 15 hijos, uno de los cuales muri¨® en un accidente de tr¨¢fico a los 13 a?os. Su primera mujer, siguiendo las costumbres tribales, fue una prima, la jequesa Sabika; la segunda, la jequesa Sheia, una kuwait¨ª; de la tercera y la cuarta, ambas bahrein¨ªes, ni siquiera se conocen los nombres pues solo se ha publicado de qui¨¦n son hijas.
El t¨ªo. Uno de los principales obst¨¢culos para la reforma que los bahrein¨ªes reclamaban en 2011 era el t¨ªo de rey, Jalifa Bin Salm¨¢n al Jalifa. Al frente del Gobierno desde 1970 (un a?o antes de la independencia), los manifestantes le responsabilizaban de apropiarse de los terrenos m¨¢s valiosos de la isla y de frenar los cambios hacia la igualdad de derechos de todos los ciudadanos. Hist¨®ricamente, los chi¨ªes (dos tercios de los 750.000 bahrein¨ªes) se han quejado de discriminaci¨®n. Hoy, a sus 84 a?os, sigue como primer ministro, el m¨¢s longevo del mundo. Casado con una prima, tuvieron tres hijos y una hija, uno de ellos es viceprimer ministro.
A pesar de que Bahr¨¦in elige la C¨¢mara baja del Parlamento, el poder sigue en manos del rey y su familia (la mitad de los ministros son pr¨ªncipes), que siguen la rama sun¨ª del islam. El principal partido de oposici¨®n, Wefaq (islamista chi¨ª), fue disuelto en 2016; al a?o siguiente se oblig¨® a cerrar el ¨²nico peri¨®dico independiente, Al Wasat.
El heredero. A diferencia del resto de las monarqu¨ªas de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga, la sucesi¨®n en Bahr¨¦in la marca la progenitura. As¨ª que el heredero es Salm¨¢n, el primer hijo de Hamad. Ten¨ªa apenas 30 a?os cuando su padre asumi¨® el poder y se presentaba como un modernizador. Sin embargo, su capacidad de influencia fue bloqueada por su t¨ªo abuelo, el poderoso primer ministro, con mayores conexiones sociales, sobre todo entre los empresarios. El choque fue evidente durante las protestas de 2011, de las que sali¨® debilitado al no lograr un compromiso con los manifestantes. Desde entonces, ha recuperado terreno pol¨ªtico y en la cartera econ¨®mica, ayudado sin duda por su amistad con el heredero de Emiratos ?rabes Unidos, Mohamed Bin Zayed, que ha facilitado ayuda al desarrollo e inversiones en infraestructuras.
Tiene cuatro hijos de su matrimonio con la jequesa Hala, fallecida en 2018. No consta que se haya vuelto a casar.
Otros pr¨ªncipes. Uno de los m¨¢s conocidos es sin duda Naser, el primer hijo del rey con su segunda esposa. Se dio a conocer en medio de la crisis de 2011 como presidente del Consejo Supremo para la Juventud y el Deporte. Varias v¨ªctimas de la represi¨®n le acusaron de haberles torturado personalmente. Hoy, a punto de cumplir 33 a?os, tiene 1,5 millones de seguidores en Instagram, donde cuelga fotos con su padre, pero sobre todo de su participaci¨®n en la guerra de Yemen como jefe de la Guardia Real y en carreras de resistencia. Esta es una afici¨®n que comparte con su suegro, el emir de Dub¨¢i. Se cas¨® con la jequesa Seija Bint Mohamed en 2009.
Su hermano Jaled, dos a?os m¨¢s joven, sigue sus pasos y es comandante en la fuerza especial de la Guardia Real y vicepresidente del Consejo Supremo para la Juventud y el Deporte. Hace un a?o remplaz¨® a Naser en la presidencia del Comit¨¦ Ol¨ªmpico de Bahr¨¦in. En calidad de tal, y para sorpresa de muchos, destituy¨® a un nieto del primer ministro como responsable de la asociaci¨®n de baloncesto el pasado octubre.
Sede de la V Flota de EEUU
El archipi¨¦lago era una dependencia de Persia hasta finales del siglo XVIII cuando un ancestro del actual monarca se hizo con el control de la zona. Aunque gobernaba desde un asentamiento en lo que hoy es Qatar, sol¨ªa pasar sus veranos en la isla de Bahr¨¦in. De sus descendientes, derivan las dos ramas de la familia Al Jalifa que en la actualidad gobiernan en ambos pa¨ªses. Como el resto de los peque?os estados que salpican la costa ¨¢rabe del golfo P¨¦rsico, Bahr¨¦in fue un protectorado brit¨¢nico hasta que se independiz¨® en 1971. Desde entonces, la Marina de Estados Unidos se hizo cargo de su base naval y en 1995 la convirti¨® en sede de su V Flota.
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