Tilda Swinton, la inesperada musa escocesa de Pedro Almod¨®var amante del gazpacho

El nombre de la actriz Tilda Swinton llega estos d¨ªas cargado de buenas nuevas. El lunes, el Festival de Cine de Venecia decid¨ªa concederle el Le¨®n de Oro por toda su trayectoria. La int¨¦rprete ha recibido la buena nueva no en su Londres natal, ni en su querida Escocia, ni en Hollywood, una industria que la tiene en alta consideraci¨®n, sino en Madrid.

En la capital rueda estos d¨ªas Swinton junto a Pedro Almod¨®var el cortometraje La voz humana, basado en la obra de Jean Cocteau. Un deseo largamente ansiado por el cineasta manchego: rodar en ingl¨¦s y con una de las grandes actrices internacionales. En los ¨²ltimos a?os se han barajado con fuerza nombres como los de Meryl Streep o Cate Blanchett. Finalmente ha sido Swinton quien se ha llevado el gato al agua, en una transacci¨®n que la beneficia en cuanto a imagen, pero que ayuda todav¨ªa m¨¢s a la fama que proyecta el manchego, al ponerle por completo en el disparadero internacional.

Tilda Swinton, de 59 a?os, lleg¨® a Madrid a principios de julio y ha decidido alojarse en un apartamento, en vez de un hotel junto a su pareja, Sandro Kopp, un artista visual de 42 a?os nacido en Alemania y criado en Nueva Zelanda con quien sale desde 2004. Desde ah¨ª se desplaza a alguna localizaci¨®n exterior, pero sobre todo al plat¨®, para la grabaci¨®n de un cortometraje que ten¨ªa que haberse producido en abril, pero que el coronavirus paraliz¨®. Sin embargo, y pese el fin del confinamiento, el virus no se ha marchado. Por eso en la fotograf¨ªa que Agust¨ªn Almod¨®var ha mostrado del rodaje la actriz lleva una pantalla, no tan segura como la mascarilla (que s¨ª lleva el director de la cinta) pero m¨¢s pr¨¢ctica para mantener en su lugar el maquillaje y la peluquer¨ªa de la caracterizaci¨®n que exige su papel.

Swinton est¨¢ viviendo estos d¨ªas un rodaje at¨ªpico en un verano diferente de una ciudad que no es lo que suele ser. Por eso no se la est¨¢ viendo en restaurantes, museos o haciendo planes culturales. Por ahora se dedica a lo que ha venido: trabajar. Es amable, educada y se muestra cercana con el equipo, lejos de la frialdad que puede llegar a aparentar. Adem¨¢s, los mentideros del cine de la capital andan sorprendidos por su afici¨®n a la gastronom¨ªa espa?ola y en concreto su pasi¨®n por el gazpacho. Algo que casa perfectamente con el eclecticismo de Swinton y con una vida personal y profesional de contrastes.

Porque en sus 35 a?os de carrera, Katherine Matilda Swinton ha tocado todos los palos profesionales. Hija de una aristocr¨¢tica familia, de un sir y una lady, naci¨® en Londres pero sus or¨ªgenes son escoceses y con profundas ra¨ªces en esta naci¨®n; de hecho, la suya es una de las ¨²nicas tres familias de todo Reino Unido cuya estirpe se puede rastrear hasta los normandos. De Escocia es de donde se identifica y donde vive junto a su pareja y sus hijos, en la peque?a villa de Nairn, cerca de Inverness. En su ni?ez y juventud fue educada en distintos colegios e internados para la alta clase brit¨¢nica (algo que detest¨®), y en uno de ellos fue compa?era de curso y buena amiga de una joven Diana Spencer, quien luego ser¨ªa la esposa de Carlos de Inglaterra y princesa de Gales.

Tras acabar sus estudios de Ciencias Pol¨ªticas y Sociales en Cambridge, empez¨® su carrera en la Royal Shakespeare Company en 1984, y desde entonces no ha parado. Igual ha participado en pel¨ªculas de corte comercial como Vengadores o Las cr¨®nicas de Narnia, en ¨¦xitos populares como La playa o El curioso caso de Benjamin Button, en cintas indies del corte de El gran hotel Budapest o Quemar despu¨¦s de leer y en producciones de realizadores de culto como Luca Guadagnino (Cegados por el sol, Suspiria), Jim Jarmusch (S¨®lo los amantes sobreviven) o Bong Joon Ho (Okja). En 2008 logr¨® el Oscar por su papel de dura abogada en Michael Clayton. Sus capacidades interpretativas son tales que incluso ha llegado a realizar sus propias performances en museos como la Serpentine Gallery de Londres, el Barracco de Roma o el Moma de Nueva York.

Adem¨¢s de la interpretaci¨®n, Escocia es su otra gran pasi¨®n; tanto que la int¨¦rprete ha llegado a expresar su apoyo a la independencia de la naci¨®n. En 2006 inaugur¨® en Edimburgo el llamado Screen Academy Scotland, un centro de aprendizaje y creaci¨®n cinematogr¨¢fica; y en 2009 y 2011 se llev¨® un cine port¨¢til en un cami¨®n por los Highlands escoceses para dar vida a un festival de cine independiente. El primer matrimonio de Swinton fue tambi¨¦n con un artista y dramaturgo escoc¨¦s, John Byrne. Estuvieron juntos desde 1989 a 2003 y tuvieron dos hijos, los gemelos Xavier y Honor, nacidos en 1997 y que han estudiado en centros escolares alternativos, sin ex¨¢menes y de aprendizaje art¨ªstico. Honor ya ejerce como actriz: ha participado en dos pel¨ªculas que le han supuesto alabanzas y rueda una tercera, dando as¨ª continuidad a la muy aristocr¨¢tica, escocesa e interpretativa saga Swinton.