?ngel Nieto, dos familias rotas tras su muerte
Los hijos del campe¨®n de motociclismo mantienen abierta la investigaci¨®n para esclarecer el accidente en el que perdi¨® la vida su padre, mientras las dos mujeres de su vida y sus v¨¢stagos se distancian
?ngel Nieto era un disfrut¨®n, lo dicen sus amigos, lo mantienen sus hijos y as¨ª lo recuerdan los admiradores que quedaron impactados por su muerte hace este lunes tres a?os, cuando ten¨ªa 70. El accidente ocurri¨® el 26 de julio, cuando el 13 veces campe¨®n del mundo de motociclismo ¡ª¨¦l prefer¨ªa decir 12+1 por aquello de las supersticiones¡ª sali¨® a hacer unas compras montado en su quad y recibi¨® por detr¨¢s el impacto de un coche que le hizo saltar por los aires, perder el casco que llevaba puesto y entrar malherido en la policl¨ªnica Nuestra Se?ora del Rosario de Ibiza, con un fuerte traumatismo craneal.
Probablemente fue uno de sus viajes menos peligrosos a bordo de una moto, pero el destino estaba esperando de camino hacia casa de su gran amigo, el empresario Ricardo Urgell. Muy cerca de ella, donde ahora le recuerda un enorme mural, empez¨® su agon¨ªa y con ella la de sus familias. Recientemente, un programa de televisi¨®n, que cont¨® con la presencia de los tres hijos del piloto, Gelete, Pablo y Hugo desvel¨® c¨®mo se enteraron ellos del incidente. Fue Pablo el que recibi¨® una llamada mientras estaba en Italia: ¡°Llama a tu padre, ha tenido un accidente¡±.
Quien respondi¨® a esa llamada no fue su padre sino una chica, testigo de lo que hab¨ªa ocurrido, que se encontraba junto al cuerpo maltrecho de ?ngel Nieto. ¡°Le pregunt¨¦ si estaba consciente, le dije que le mirara las pupilas¡±, explic¨® Pablo Nieto. ¡°Me contest¨® que no estaba consciente y que las ten¨ªa dilatadas. Pens¨¦ que era un mal s¨ªntoma. No hab¨ªa polic¨ªa, nada, solo ella que me iba narrando casi en directo el accidente de mi padre. Una experiencia muy extra?a¡±, record¨® Pablo.
Gelete recibi¨® la noticia de boca de su hermano Pablo que le urgi¨® a coger un avi¨®n y volar hasta Ibiza, el lugar donde el deportista ten¨ªa una casa y donde hab¨ªan pasado juntos tan buenos momentos.
Hugo su hijo peque?o, el ¨²nico de la saga que no mantiene relaci¨®n profesional con las motos, tiene muy presentes sus ¨²ltimos momentos junto a su padre: ¡°Esa noche hab¨ªamos celebrado el cumplea?os de mi madre. Le di dos besos al despedirme cuando nos fuimos a dormir, le dije ¡®te quiero, pap¨¢¡¯, y no lo volv¨ª a ver. Me cambi¨® la vida totalmente¡±.
Tambi¨¦n la de las dos familias que estaban bajo las alas de aquel triunfador que se com¨ªa la vida a bocados y que naci¨® en una casa humilde del madrile?o barrio de Vallecas, de padre camionero y madre limpiadora. ?ngel no era buen estudiante y como en su hogar hac¨ªa falta dinero prob¨® en todo para conseguirlo: de mancebo de farmacia a recadero en una tienda de comestibles. Hasta que un d¨ªa se top¨® con un trabajito en una tienda de motos y se enamor¨® de un mundo que a?os m¨¢s tarde saci¨® su hambre de dinero y de triunfo. Tanto como para marcharse a vivir a Barcelona, entonces el destino necesario para alguien que quisiera abrirse camino en el mundo de las motos. A las seis de la ma?ana empezaba su trabajo en una f¨¢brica, despu¨¦s le esperaban las motos, en total 600 pesetas a la semana y la ilusi¨®n de vivir entre motores.
Lanzado y descarado, su car¨¢cter igual le sirvi¨® para abrirse camino en los circuitos como para conquistar a las mujeres. La primera importante fue Pepa Aguilar, con quien se cas¨® en 1975. Es la madre de Gelete y Pablo, nacidos en 1976 y 1980, respectivamente. Quince a?os despu¨¦s y algunas relaciones de por medio, se separ¨® y conoci¨® a Belinda Alonso, modelo, miss Le¨®n y el segundo gran amor de su vida. En 1999, de esa uni¨®n, que perdur¨® hasta la muerte del piloto, naci¨® su tercer hijo, Hugo.
?ngel Nieto nunca se separ¨® legalmente de su primera esposa, nunca dej¨® de mantener contacto y ocuparse de ella. La infancia de Gelete y Pablo fue muy distinta de la de Hugo. En esos tiempos su padre estaba volcado en ganar t¨ªtulos y volar de un lado a otro del mundo hasta ser el corredor de motos m¨¢s laureado de su ¨¦poca. Gelete le recuerda con ternura, admiraci¨®n y sin olvidar que ten¨ªa ¡°mucho car¨¢cter¡±. Una caracter¨ªstica que hizo que ambos se distanciaran en un par de ocasiones.
A Pablo se le nota reposado, tranquilo, c¨®mplice con el recuerdo de su progenitor, que despu¨¦s de decir adi¨®s a las motos como piloto, cuando cumpli¨® 39 a?os, nunca volvi¨® a subirse a una de carreras, pero tampoco nunca se alej¨® mucho del mundo del motociclismo. Ejerci¨® como comentarista deportivo y estuvo al lado de sus dos hijos mayores cuando ellos tambi¨¦n quisieron probar suerte en los circuitos y despu¨¦s cuando los orient¨® en su actual profesi¨®n como directores de equipo de escuder¨ªas de motos.
Entre uno y otro hubo espacio para un sobrino conocido que lleg¨® a hacer volar de nuevo el apellido Nieto subido a una moto de carreras. Fonsi Nieto fue subcampe¨®n del mundo en 2002, y en el funeral de su t¨ªo lloraba por el maestro, por el amigo y por su segundo padre.
Hugo, el peque?o de la familia, cumpli¨® el 20 de julio 19 a?os. ?l disfrut¨® de un padre m¨¢s cercano y presente que sus dos hermanos mayores. La diferencia de edad no ha impedido que el tr¨ªo presuma de llevarse bien, pero tampoco facilita que su relaci¨®n sea estrecha. Lo dijo el propio Hugo en el mismo programa de televisi¨®n en el que los tres recordaron al mito sin perder la sonrisa. Su vida tambi¨¦n quiere estar ligada a los circuitos, pero en su caso prefiere los de tenis, un deporte para el que se ha estado preparando primero en la escuela de Rafa Nadal, en Manacor, y ahora en Estados Unidos.
El pasado jueves asistieron todos juntos en Ibiza a rendir tributo a su progenitor. En aparente armon¨ªa pero con una fractura como mar de fondo. Gelete y Pablo siguen peleando para esclarecer las causas del accidente de su padre. ?ngel era, seg¨²n ellos, un obseso de la seguridad y han conseguido que se reabran las diligencias de la investigaci¨®n y se realice un informe m¨¢s exhaustivo que incluya tomar declaraci¨®n a la polic¨ªa local de Santa Eulalia, a los guardias civiles que realizaron el atestado y a la testigo que recogi¨® el casco y que afirma que iba abrochado.
Sin embargo Belinda, la madre de Hugo, hace meses que acept¨® una generosa indemnizaci¨®n de la compa?¨ªa de seguros, m¨¢s r¨¢pida pero algo menor de lo que les hubiera correspondido a ella y a su hijo de no haber reconocido que ?ngel tuvo parte de culpa en el accidente como dec¨ªa el atestado que rechazan sus otros dos hijos.
Tambi¨¦n se dice que no falta alg¨²n desencuentro por la herencia que dej¨® el piloto. Para ¨¦l, que era b¨¢sicamente un hombre que quer¨ªa pasar feliz e intensamente por la vida, su mayor tesoro eran sus tres hijos y solo ellos pueden preservar ese legado unido.
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