Nacho Palau y Miguel Bos¨¦, el duelo entre David y Goliat
El juicio que decidir¨¢ la filiaci¨®n de sus cuatro hijos se celebrar¨¢ en octubre, pero la batalla por limpiar la imagen del cantante ya ha comenzado en los plat¨®s de televisi¨®n
Hace ya casi 30 a?os que Nacho Palau conoce a Miguel Bos¨¦. Durante 26 estuvieron juntos como pareja. Todo su entorno familiar, sus amigos, el equipo profesional m¨¢s pr¨®ximo al cantante lo sab¨ªa, pero de cara al p¨²blico Palau no exist¨ªa y Bos¨¦ era un hombre que proclamaba las bondades de la solter¨ªa, cantaba al amor heterosexual e incluso aparec¨ªa ligado a parejas femeninas. Durante a?os se especul¨® tanto con su bisexualidad como con su salud, hasta el punto que en alguna ocasi¨®n se anunci¨® su muerte. ?l, nada contento con el trato de la prensa m¨¢s all¨¢ de lo que ten¨ªa que ver estrictamente con su carrera como artista, daba la callada por respuesta o reaparec¨ªa en programas de televisi¨®n para demostrar que segu¨ªa vivo y coleando. A veces brome¨® sobre unos y otros rumores, otras mostr¨® su monumental enfado con periodistas inoportunos que le lanzaban preguntas que consider¨® inconvenientes.
Por una raz¨®n u otra, su privacidad estaba blindada y su realidad vital sigui¨® as¨ª, vivida de puertas adentro y oculta hacia el exterior. Un d¨ªa manifest¨® en una entrevista que no ten¨ªa hijos porque eso significaba tener una pareja y hab¨ªa visto muchos de los problemas que los afectaban cuando se produc¨ªa una separaci¨®n. No quer¨ªa sufrir teniendo que compartir a sus hijos con nadie. Pero en 2011 Bos¨¦ anunci¨® a trav¨¦s de las redes sociales que hab¨ªa sido padre de Diego y Tadeo. Dos a?os despu¨¦s cont¨® que ten¨ªa dos ni?os m¨¢s ¡ªIvo y Telmo¡ª. Bos¨¦ siempre se refiri¨® a todos ellos como sus hijos. Todo el mundo dio por sentado que, como otros artistas famosos, hab¨ªa recurrido a un vientre de alquiler y hab¨ªa sido padre en solitario.
La realidad era otra. Las dos parejas de mellizos se llevan solo siete meses. Diego y Tadeo son hijos biol¨®gicos de Miguel Bos¨¦ e Ivo y Telmo son hijos biol¨®gicos de Nacho Palau, quien afirma, y as¨ª quiere demostrarlo ante la Justicia, que los cuatro hermanos son fruto de la decisi¨®n conjunta de la pareja de ser padres. Que los cuatro han vivido como hermanos durante casi ocho a?os y que tienen dos padres a los que llaman pap¨¢ Nacho y pap¨¢ Miguel. Que ambos tienen los mismos derechos y obligaciones como progenitores de cuatro hijos pero, sobre todo, que son los ni?os los que tienen derecho a seguirse criando como hermanos y como descendientes de sus dos padres.
Mientras estuvieron juntos, Bos¨¦ adopt¨® el papel del artista que ganaba suficiente dinero para mantener a la familia y Palau era su amante, su asistente, su acompa?ante, el que se encargaba de la intendencia del hogar y de consolar al guerrero. Nada extra?o entre tantas y tantas parejas de cualquier tendencia sexual. Bos¨¦ ten¨ªa tras de s¨ª un bagaje cultural, por familia, por educaci¨®n y por viajero, y Palau absorbi¨® saber, maneras y comparti¨® amistades del artista. Tambi¨¦n era el cuidador de la familia. Nacho Palau es un hombre c¨¢lido, respetuoso con la historia de amor que ha vivido con Miguel Bos¨¦ y sorprendido por el desarrollo de los acontecimientos cuando lleg¨® la separaci¨®n entre ellos. Si el despacho de abogados que le representa, Ortol¨¢ Dinnbier, public¨® en octubre de 2018 un comunicado en el que desvelaba su larga relaci¨®n y anunciaba que emprender¨ªa las acciones judiciales necesarias para la defensa y protecci¨®n de sus intereses y, fundamentalmente, los de sus hijos menores, no fue porque Palau quisiera guerra. Si no porque Bos¨¦ no quiso acuerdos.
A principios de esta semana, un programa de televisi¨®n dedicado al cantante repasaba su trayectoria y no obviaba el conflicto judicial que tiene fecha fijada para octubre, despu¨¦s de haber sido retrasado en marzo a causa de la pandemia. S¨ª sorprendi¨® que algunos de los colaboradores que participaron en el programa trataran de cargar las tintas sobre Nacho Palau y su negativa a que los ni?os vivan juntos como le gustar¨ªa a Bos¨¦. Se habl¨® incluso de que era una pena que Ivo y Telmo, los hijos biol¨®gicos de Nacho, que ahora residen en Chelva, un pueblo pr¨®ximo a Valencia, en casa de su abuela, perdieran los idiomas que sab¨ªan ¨Cespa?ol, ingl¨¦s e italiano, seg¨²n las declaraciones que all¨ª se realizaron¨C frente al valenciano que ahora les toca aprender por ir a un colegio p¨²blico en esta comunidad aut¨®noma.
Si escuchar estas afirmaciones ha enfurecido a Palau, ¨¦l se lo reserva porque sigue guardando educado silencio. Su situaci¨®n econ¨®mica, que es la de un mileurista ¨Cprimero estuvo en paro, despu¨¦s recogiendo cosechas de almendra y aceitunas y ahora trabaja con un contrato de sustituci¨®n como cocinero en una residencia de ancianos¨C podr¨ªa haberse paliado recorriendo plat¨®s de televisi¨®n y cobrando sustanciosas exclusivas. ?l contin¨²a callando y paseando por Chelva con sus ¡°nanos¡±, con los cuatro cuando los acuerdos de visitas a los que lleg¨® la expareja le permiten tenerlos en casa, como ocurre tambi¨¦n en el caso de Miguel Bos¨¦.
Jos¨¦ Gabriel Ortol¨¢, su abogado, es contundente: ¡°Nacho no quiere ventilar cuestiones ¨ªntimas por dinero. Lo que buscamos es que desde el ¨¢mbito del Derecho se reconozca una situaci¨®n de hecho, la de una pareja que decidi¨® tener hijos y despu¨¦s se separ¨®. Con toda la complejidad que conlleva el caso y con todas las consecuencias¡±, afirma.
Una situaci¨®n a la que se ha llegado, seg¨²n afirma Palau, porque la posici¨®n de Miguel Bos¨¦ es negar que estos cuatro hijos obedezcan a un proyecto com¨²n y afirmar que su relaci¨®n era la de dos amigos que se llevaban bien y que decidieron compartir vida y ¡°se encari?aron mutuamente de los hijos de uno y otro¡±. ¡°Quienes pedimos que los ni?os vivan en situaci¨®n normal de hermanos somos nosotros¡±, explica Ortol¨¢. ¡°Miguel lo ¨²nico que asume y acepta es un r¨¦gimen de visitas entre allegados¡±, concreta Nacho Palau. Una situaci¨®n claramente insuficiente para la expareja de Bos¨¦, que observa c¨®mo los cuatro ni?os viven en realidades muy distintas y c¨®mo el paso de los a?os se encargar¨¢ de agrandar el abismo que se va abriendo entre ellos, por mucho que ahora disfruten enormemente de sus encuentros cuando Diego y Tadeo regresan a Espa?a desde M¨¦xico, donde viven.
A Bos¨¦ le gustar¨ªa que se retirara esta demanda y estar¨ªa dispuesto a ayudar a cambio. Pero ni las declaraciones de intenciones ni ofrecerse a pagar un profesor de ingl¨¦s valen en este caso, porque Nacho Palau tambi¨¦n defiende sus derechos respecto a Diego y Tadeo; y una de las partes, el cantante, parece preferir quedarse solo con dos hijos ¨ªntegramente que compartir la paternidad de los cuatro.
¡°La acci¨®n judicial es muy compleja¡±, explica su asesor legal. ¡°La maternidad subrogada no est¨¢ regulada en Espa?a, nuestro ordenamiento solamente dice que tales contratos son nulos y ello procura graves problemas pr¨¢cticos cuando esta t¨¦cnica se utiliza en pa¨ªses que s¨ª la tienen regulada. Sin embargo los hijos biol¨®gicos, los adoptados o los nacidos mediante t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida no presentan especiales problemas en cuanto a la determinaci¨®n de su filiaci¨®n¡±, contin¨²a. Lo que Nacho Palau espera es que la justicia ¡°haga verdadera justicia con los cuatro hijos menores¡±, pese a las dificultades t¨¦cnicas que eso presenta.
El significado popular que se le da a la frase ¡°David contra Goliat¡± viene al caso para retratar el desequilibrio entre un oponente m¨¢s d¨¦bil enfrentado a una vida radicalmente distinta a la que conoc¨ªa, y otro m¨¢s fuerte, parapetado en su propia verdad y en leyes que siempre van por detr¨¢s de la realidad social. En juego, el futuro de cuatro ni?os que nacieron para ser hermanos y ahora solo se ven como allegados.
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