Claudia Schiffer, la modelo del millar de portadas cumple 50 a?os

En el olimpo de la moda, las diosas no envejecen. Podr¨¢n acumular polvo y telara?as en alg¨²n rinc¨®n de la memoria de los mortales, pero la fama garantiza la inmortalidad de sus nombres. Y de sus rostros/figuras. Las im¨¢genes, m¨¢s o menos legendarias, que atesoran contribuyen probablemente como en ning¨²n otro caso a prolongar su culto. Claudia Schiffer lo sabe. Por eso este martes que cumple 50 a?os ha decidido tirar de archivo ¨ªntimo para demostrar aquello de que la que tuvo, retuvo.

Convertida oficialmente en una mujer de mediana edad, la modelo teutona (Rheinberg, 1970) quiere conjurar ese momento proverbial en que la invisibilidad se cierne como nunca sobre las mujeres. Cierto que hoy los 50 podr¨¢n ser los nuevos 40, e incluso los nuevos 30, pero nunca est¨¢ de m¨¢s ense?ar el certificado de eterna juventud, si se posee. Fashion Photography from The 1990s es el suyo, una magna retrospectiva que hace de su subt¨ªtulo genuina virtud: comisariada por ella. ¡°Con esta muestra, la maniqu¨ª m¨¢s exitosa que ha dado Alemania reflejar¨¢ de forma personal la era que ha establecido los est¨¢ndares [est¨¦ticos] hasta nuestros d¨ªas¡±, explica Felix Kr?mer, director del Kunstpalast de D¨¹sseldorf, el museo que acoger¨¢ la exposici¨®n a partir del 4 de marzo de 2021.

Entre centenares de fotograf¨ªas, v¨ªdeos y m¨²sica, el espect¨¢culo audiovisual promete, sobre todo, fotograf¨ªas nunca vistas de Juergen Teller, Corinne Day, Herb Ritts, Karl Lagerfeld y Ellen von Unwerh, cuyos objetivo dieron carta de naturaleza no solo a Schiffer, sino tambi¨¦n al resto del contingente de bellezas que domin¨® el mundo entre finales de los ochenta y principios de los 2000. ¡°Fue un tiempo tan extraordinario como intenso, cuando las sesiones de fotos duraban d¨ªas enteros y la moda ocupaba las primeras planas de los medios¡±, refiere la maniqu¨ª convertida en comisaria art¨ªstica. Lo cierto es que la muestra llega en un momento m¨¢s que oportuno, cumplea?os aparte, porque tambi¨¦n se celebran tres d¨¦cadas del advenimiento del fen¨®meno sociocultural de las llamadas supermodelos.

Lo curioso del caso es que Claudia Schiffer no fue part¨ªcipe de su g¨¦nesis. No, la alemana no figuraba en la portada que estableci¨® el canon, fotografiada por Peter Lindbergh para el n¨²mero de enero de 1990 del Vogue brit¨¢nico. Por ese motivo, tampoco se la ve en el emblem¨¢tico videoclip de Freedom ¡¯90 de George Michael, donde s¨ª aparec¨ªan Linda, Cindy, Naomi, Christy y Tatiana (desde entonces no han vuelto a necesitar de apellidos, tal es su alcance). Sin embargo, la ¨²ltima vez que desfil¨®, en septiembre de 2017, lo hizo a su son, acompa?ada de algunas de sus colegas convocadas por Donatella Versace para homenajear a su hermano Gianni, en el 20 aniversario de su muerte. He ah¨ª la prueba de su transcendencia. Y relevancia.

Aunque en realidad Claudia llegara algo despu¨¦s de las cinco modelos originales que pusieron la sociedad patas arriba, haciendo de la moda el nuevo rock¡¯n¡¯roll, su presencia pronto se impuso merced a un f¨ªsico rotundo que, al principio de su carrera -tras ser descubierta en una discoteca de D¨¹sseldorf por el cazatalentos de turno, a los 17 a?os-, fue comparado con el de Brigitte Bardot. Una ingenua explosiva entre aquel pelot¨®n de mujeres supernaturales. La campa?a de los vaqueros Guess, fotografiada por Von Unwerth, la puso en el disparadero en 1989. Un par de a?os m¨¢s tarde, ya se encargaba de cerrar los desfiles de Chanel, en calidad de musa de Karl Lagerfeld. ¡°Puede poner diez mil expresiones distintas, y con todas enamora a la c¨¢mara¡±, dec¨ªa el dise?ador. ¡°Antes no hab¨ªa modelos rubias en los shows de Chanel. Supongo que conmigo quiso sorprender, y lo consigui¨®. La reacci¨®n de la prensa fue abrumadora, ?y yo era tan joven!¡±, recordaba el a?o pasado la maniqu¨ª.

Schiffer tiene muy claro cu¨¢l ha sido el secreto de su ¨¦xito. ¡°Creo que todo el mundo en la profesi¨®n se refer¨ªa a m¨ª como ¡®muy profesional¡±, dec¨ªa en la edici¨®n estadounidense de la revista Elle a prop¨®sito de su reputaci¨®n. ¡°Nunca ten¨ªa tiempo para las fiestas, y hab¨ªa muchas. Siempre pensaba: ¡®Tengo que ser la mejor¡¯. Supongo que tuve suerte. Pero si algo puedo decirles a las nuevas generaciones de modelos es que no mezclen el trabajo con nada m¨¢s, aunque a veces no se posible, claro¡±. Con semejante pol¨ªtica tambi¨¦n consigui¨® que comenzaran a cambiar las reglas del juego de la industria: ¡°Al final, ¨¦ramos camaradas. Si alguna ten¨ªa una mala experiencia, pod¨ªa llamar a las otras y decirles lo que hab¨ªa pasado. Juntas ten¨ªamos poder, y no dudamos en usarlo¡±, cuenta.

De Claudia nunca se han sabido esc¨¢ndalos. Ni siquiera cuando fue novia del mago David Copperfield, un romance que Paris Match calific¨® de montaje, con la consecuente demanda interpuesta por la pareja y que gan¨® en 1997. Quiz¨¢ haya sido la m¨¢s aburrida o sosa de las supermodelos (casada con el cineasta brit¨¢nico Matthew Vaughn desde 2002, su vida es la de una madre de familia, en la tranquilidad de su mansi¨®n Tudor en la campi?a inglesa solo perturbada por ese vecino que quiere quitarles las vistas construyendo un edificio de apartamentos), pero suyo es el r¨¦cord imbatible hasta la fecha: m¨¢s de un millar de portadas de las grandes cabeceras de la moda, con Vogue como principal valedora.

Si alguien puede dar fe de lo que una vez signific¨® ser la modelo no solo mejor pagada del mundo, sino tambi¨¦n la m¨¢s popular, es ella.