Juan Urdangarin, el sobrino misionero del rey Felipe
El hijo de Cristina de Borb¨®n e I?aki Urdangarin cumple 21 a?os volcado en sus actividades de voluntariado y en sus estudios de Relaciones Internacionales
Juan, el hijo mayor de Cristina de Borb¨®n e I?aki Urdangarin, cumple este martes 21 a?os, una vida marcada por los problemas judiciales de su padre que acabaron con ¨¦l en la c¨¢rcel de Brieva (?vila), donde permanece desde el 18 de junio de 2018. Al ser el mayor de los cuatro hermanos ha sufrido m¨¢s que ninguno los tiempos convulsos de sus padres y cuentan quienes m¨¢s le conocen que todo ello ha marcado su car¨¢cter. Es un joven t¨ªmido que huye de la atenci¨®n medi¨¢tica. Cuando la familia regres¨® de Estados Unidos tras un primer exilio y se instal¨® de nuevo en Barcelona comprob¨® que era imposible retomar su vida all¨ª ya que los peque?os, en especial Juan, eran conscientes de los problemas de sus padres. Fue entonces cuando los Urdangarin se instalaron en Ginebra donde ya solo permanecen Cristina de Borb¨®n y su hija Irene. Los tres hijos varones hacen ya su vida.
En el a?o en que Juan lleg¨® al mundo en Barcelona, Cristina de Borb¨®n e I?aki Urdangarin encarnaban la figura de un matrimonio mod¨¦lico. Profesionales de ¨¦xito, deportistas, guapos, modernos para lo que se considera en una familia real, y dispuestos a tener muchos hijos por sus creencias religiosas. Su primog¨¦nito cumpli¨® con una de las reglas: fue bautizado como Juan, a modo de homenaje a sus abuelos: Juan Carlos de Borb¨®n y Juan Urdangarin. Era el tiempo en que la infanta se paseaba sin problemas por el palacio de La Zarzuela y all¨ª se celebr¨® el bautizo, con todo el protocolo de estas ocasiones. Ahora, 21 a?os despu¨¦s, Juan visita en La Zarzuela a su abuela do?a Sof¨ªa, en quien encuentra protecci¨®n como todos los nietos Urdangarin desde que su padre entr¨® en la c¨¢rcel pero casi no tiene relaci¨®n con su t¨ªo, el Rey, y la familia directa de este. No as¨ª con sus primos Marichalar, con los que en ocasiones comparte tiempo de ocio cuando est¨¢ en Madrid. Se lleva especialmente bien con Felipe (Froil¨¢n) aunque sus personalidades son opuestas. Al primero le gusta mucho salir y se le conocen varias novias, mientras que ¨¦l prefiere la vida m¨¢s discreta y se desconoce si ha tenido alguna relaci¨®n.
De fuertes convicciones religiosas, Juan ha dedicado una gran parte de su adolescencia a trabajar como voluntario en proyectos impulsados por los jesuitas. Tras terminar sus estudios en Ginebra decidi¨® tomarse un a?o sab¨¢tico para marcharse a Camboya y pasar una temporada en Battambang, la poblaci¨®n en la que monse?or Enrique Figaredo, Kike, desarrolla su labor humanitaria desde 1985. Este jesuita nacido en Gij¨®n promueve varios proyectos a trav¨¦s de la ONG Sauce. La presencia de Juan Urdangarin se descubri¨® porque se sum¨® a las 4.000 personas que participaron en la segunda marat¨®n de Battambang, un evento deportivo y solidario. Las fotos de esta cita se publicaron en las redes sociales de la ONG y en ellas se ve¨ªa al joven. A este trabajo solidario le han seguido otros, el ¨²ltimo de cuatro meses en la fundaci¨®n Entreculturas, una ONG jesu¨ªta especializada en educaci¨®n y cooperaci¨®n al desarrollo. Pero all¨ª ha terminado su colaboraci¨®n, pues el joven planea proseguir con sus estudios de Relaciones Internacionales que inici¨® hace dos a?os en la Universidad de Essex (Reino Unido).
Juan est¨¢ especialmente unido a su padre, de quien ha heredado su afici¨®n por el balonmano, deporte que durante su estancia en Ginebra practic¨® en el Centre de Sportif des Trois Chene. Pero finalmente ha sido su hermano Pablo quien se ha tomado m¨¢s en serio este camino deportivo. Juan visita regularmente a su padre en la c¨¢rcel. Cuando se instal¨® en Madrid, se habl¨® de que el joven lo hac¨ªa tambi¨¦n con la intenci¨®n de que este tuviera un arraigo para cuando pudiera comenzar a disfrutar de permisos. De momento esos planes para Urdangarin est¨¢n parados.
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