El ladr¨®n que rob¨® a Kim Kardashian publica un libro contando los detalles del atraco
Yunice Abbas particip¨® en el asalto de Par¨ªs y se enfrenta a una condena de entre 5 y 12 a?os pero antes ha dado su versi¨®n: ¡°Quer¨ªa que el jurado pudiera leer mi historia antes del juicio¡±
Kim Kardashian nunca olvidar¨¢ la noche del 3 de octubre de 2016. Entonces, la estrella de la telerrealidad, sus hermanas, asistentes y guardias de seguridad estaban en Par¨ªs para asistir a los desfiles de la Semana de la Moda de la capital francesa. Acabado el d¨ªa, todo el mundo quiso salir a cenar y tomar una copa, pero la empresaria se encontraba algo cansada y prefiri¨® quedarse en el apartamento que hab¨ªan alquilado en la rue Tronchet, cerca de la iglesia de la Madeleine. Entonces lleg¨® la pesadilla: sobre las tres de la madrugada, un grupo de hombres disfrazados de polic¨ªas entr¨® en la residencia, at¨® y amordaz¨® a Kardashian (que lleg¨® a temer por su vida) y se llev¨® joyas por valor de 10 millones de euros.
Aunque hayan pasado cuatro a?os y medio, Kardashian sigue recordando aquel episodio como algo que le cambi¨® la vida. Meses despu¨¦s hubo 17 detenidos (14 hombres y tres mujeres de entre 23 y 73 a?os) y una investigaci¨®n destap¨® que el cabecilla de la banda de cinco hombres era Aomar Ait Khedache. Pero en ella tambi¨¦n estaba Yunice Abbas, otro de los detenidos y condenados por el robo. Ahora, Abbas ha aprovechado el tir¨®n medi¨¢tico de su v¨ªctima y ha escrito un libro contando su experiencia. Titulado J¡¯ai s¨¦questr¨¦ Kim Kardashian (Yo secuestr¨¦ a Kim Kardashian, Ediciones L¡¯Archipel), sali¨® a la venta el 4 de febrero.
Abbas, de 60 a?os, ha dado una entrevista al semanario franc¨¦s Paris Match donde habla del libro y de aquel robo que dio la vuelta al mundo. Explica que ¨¦l ni siquiera sab¨ªa qui¨¦n era Kardashian (¡±Mi amigo Aomar A?t Khedache, quien me meti¨® en el apuro, simplemente me dijo que nuestra v¨ªctima era la esposa de un famoso rapero. Entonces no quise saber m¨¢s¡±) y c¨®mo se enter¨® al d¨ªa siguiente. ¡°Escuch¨¦ su nombre en televisi¨®n y agach¨¦ la cabeza. Mi esposa me acus¨® inmediatamente: ¡®Fuiste t¨² quien lo hizo¡¯. Yo no hab¨ªa vuelto a casa en toda la noche, sospechaba algo. Yo lo negu¨¦¡±.
Seg¨²n relata, lograron informaci¨®n sobre la esposa de Kanye West gracias a ¡°alguien del equipo de las Kardashian¡±. Tambi¨¦n explica que ¨¦l en concreto no lleg¨® a subir a la habitaci¨®n de la empresaria sino que se qued¨® abajo porque su trabajo era, adem¨¢s de cubrir las c¨¢maras de seguridad, ¡°controlar a la recepcionista¡±. El robo fue r¨¢pido y ¨¢gil, ¡°no se resistieron¡±, recuerda. Ellos se hicieron pasar por polic¨ªas para entrar porque, cuenta, ese apartamento era un lugar donde era frecuente el tr¨¢fico de drogas y en concreto de coca¨ªna, y un grupo de agentes en una redada no llamar¨ªa la atenci¨®n. Sin embargo, ¨¦l no llevaba armas y pensaba que los dem¨¢s tampoco.
Del asalto a Kardashian sufrir¨¢ una condena que calcula de entre 5 y 12 a?os. Pero antes ha querido contar su versi¨®n. ¡°Quer¨ªa escribir un libro para que los posibles futuros miembros del jurado pudieran leer mi historia, mi versi¨®n de los hechos, antes del juicio. Quiero disculparme con la se?ora Kardashian. ?Lamento lo que hicimos, y no porque me arrestaran! Para las v¨ªctimas siempre es violento, incluso cuando sientes que has sido amable¡±.
Cuenta que Khedache ¡ªal que conoce de hace a?os¡ª le llam¨® para el golpe porque ¡°sab¨ªa que estaba teniendo dificultades econ¨®micas¡± y que ¨¦l se prest¨® de inmediato. ¡°Era un desaf¨ªo demostrar que todav¨ªa era capaz de hacer algo como esto¡±, relata. ¡°Los hombres de nuestra generaci¨®n, equilibrados, con sangre fr¨ªa y experiencia, son poco comunes. No vamos con los m¨¢s j¨®venes; de todos modos, no nos escuchan¡±. La cantidad de dinero que podr¨ªan obtener le tent¨® y empez¨® a hacer planes con ello, y tambi¨¦n saber que el plan se ejecutar¨ªa por la noche. De hecho, para ser m¨¢s discretos se movieron en bicicleta.
Cuando acabaron en el palacete, ¨¦l cogi¨® su bici y la bolsa con las joyas, de la que se le cayeron algunas al suelo que recogi¨®. Despu¨¦s tom¨® un taxi, camin¨® y lleg¨® hasta su coche, y cuando estaba conduciendo oy¨® sonar algo dentro de la bolsa con el bot¨ªn: el m¨®vil de Kardashian. ¡°Mis c¨®mplices se lo hab¨ªan llevado por error. Los maldije. Conduje hasta el Canal de l¡¯Ourcq y tir¨¦ el tel¨¦fono all¨ª¡±.
Para ¨¦l, el error por el que les atrap¨® la polic¨ªa fue que no tomaron decisiones, sobre todo Khedache, el cabecilla. Prefiri¨® no vender las joyas r¨¢pido sino esperar una oferta mejor en B¨¦lgica ¡°y eso permiti¨® a la polic¨ªa seguir el rastro hasta nosotros¡±. De hecho, ¨¦l esperaba que eso llegara a ocurrir. ¡°En el caso de las Kardashian, por ejemplo, me hab¨ªa asegurado de no saber nada sobre mis c¨®mplices y que ellos no supieran nada sobre m¨ª. Me sent¨ª protegido. Pero al d¨ªa siguiente no me hice ilusiones. Supe que nos atrapar¨ªan. Hab¨ªa demasiada presi¨®n, no est¨¢bamos lo suficientemente preparados, no pensamos que ser¨ªa tan grande. De hecho, me sent¨ª aliviado cuando me arrestaron¡±. No era la primera vez, porque Abbas lleva robando desde los 17 a?os y arrastra condenas desde los 18: ¡°Es como en el casino, cuando ganas una vez, vuelves a jugar... Sabes c¨®mo encontrar el dinero r¨¢pidamente y no tienes ning¨²n problema moral¡±. A¨²n as¨ª, reconoce que ¡°esta no era la vida que quer¨ªa llevar¡±.
Sin embargo, en el robo a Kardashian salieron ganando: ¡°La polic¨ªa encontr¨® dinero en efectivo y algunas joyas, pero en mi opini¨®n todav¨ªa hay siete millones de euros por ah¨ª¡±. Un dinero que no tiene ¨¦l que, como cuenta, nunca ha logrado hacerse rico mediante este tipo de robos. ¡°Solo el narcotr¨¢fico te hace rico. El robo es un arreglo inmediato, pagamos las facturas, cambiamos de coche, nos vamos de vacaciones, pero cuando volvemos hay que empezar otra vez¡±.
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