La descomposici¨®n de la historia de amor y poder de Kim Kardashian y Kanye West
Durante m¨¢s de seis a?os han sido intersecci¨®n perfecta entre dos mundos: ¨¦l representaba la cultura y ella el espect¨¢culo. Siempre dentro de los par¨¢metros del siglo XXI
Una de las primeras fotos en las que aparecen Kim y Kanye juntos data de 2008. En la imagen, sacada durante la fiesta del d¨¦cimo aniversario de la revista de moda y cultura Flaunt, aparecen ambos flanqueando a Kourtney Kardashian. Kim, a la izquierda, luce bell¨ªsima y mira a la c¨¢mara con lubricidad. A la derecha, Kanye, de esmoquin, la observa, ignorando a Kourtney ¨Cpocas veces alguien en el centro de una imagen ha sido tan invisible¨C, arrebatado. El mundo llevaba entonces ya bastante tiempo observando a Kim, pero nadie la hab¨ªa a¨²n mirado as¨ª. Estaban posando, pero Kanye se olvid¨® de la c¨¢mara, del fot¨®grafo, de la fiesta, del mundo. Estamos hablando de Kanye West, la estrella musical m¨¢s consciente de s¨ª mismo desde Madonna. En 2014, tras dos a?os de relaci¨®n sentimental, se casaron en Florencia. La boda cost¨® seis millones de d¨®lares, hubo un banquete previo en Versalles para 600 invitados y la imagen de la pareja bes¨¢ndose tras darse el ¡°s¨ª, quiero¡± fue la que acumul¨® m¨¢s me gusta aquel a?o en Instagram. Se convirtieron inmediatamente en la pareja m¨¢s poderosa del planeta. La intersecci¨®n perfecta entre dos mundos: ¨¦l representaba la cultura y ella el espect¨¢culo. Siempre dentro de los par¨¢metros del siglo XXI, claro. ?l quer¨ªa a?adir a su haber lo que pose¨ªa ella y ella, lo mismo con lo que atesoraba ¨¦l. Ninguno de los dos lo termin¨® logrando. Si no existiera esa foto de 2008, podr¨ªamos incluso pensar que su aventura marital de seis a?os fue un emprendimiento comercial. Pero lo cierto es que se han querido mucho m¨¢s de lo que nos ha interesado creer, justo lo contrario de lo que pas¨® con Brad Pitt y Jennifer Aniston, a quienes el p¨²blico endos¨® una cantidad de amor que ambos, a pesar de tambi¨¦n quererse, jam¨¢s parece que fueran capaces de alcanzar. Por eso, en estos d¨ªas en que se empieza a hablar del m¨¢s que posible divorcio de los Kardashian-West, todo el discurso versa alrededor del final de la start up m¨¢s lucrativa de la d¨¦cada. Brad y Jennifer eran la pareja que quer¨ªamos ser y Kim y Kanye, la pareja con la que quer¨ªamos estar.
Lo publicado hasta la fecha alrededor del definitivo colapso de matrimonio apunta a que la relaci¨®n se encontraba en fase de descomposici¨®n desde 2016. Se supone que por entonces hubo un primer conato de separaci¨®n por parte de Kim. No cuaj¨®. Pero 2020 ha sido ya demasiado. La esperp¨¦ntica carrera presidencial de Kanye parece haber sido algo ya insoportable para una Kim m¨¢s centrada en su proyecto de reforma penal en EE UU y en su intenci¨®n de sacarse el t¨ªtulo de Derecho. Se supon¨ªa que ¨¦l iba a entrar de pleno en el mundo de la far¨¢ndula y ella iba a lograr credenciales art¨ªsticas para sus emprendimientos comerciales. A final, ambos acabaron por dirigir sus nuevas inquietudes hacia los dos terrenos m¨¢s alejados de lo que los hizo en un principio complementarios: la pol¨ªtica y el Derecho. Pero considerar esto como el principal motivo para el fin de la relaci¨®n se antoja algo reduccionista. Igual ellos quieren para sus carreras cosas distintas de lo que buscaban cuando se asociaron, pero el principal problema es que ya no se quieren el uno al otro. O ya no puede ella cargar con ¨¦l y tampoco ¨¦l cargar con el peso del clan Kardashian. Kris-Jong-un, as¨ª llam¨® Kanye en Twitter a su suegra, Kris Jenner. En estos tiempos que corren, eso es el equivalente a negarse a ir a cenar a la casa de tu familia pol¨ªtica en Nochebuena.
Todas las circunstancias que rodean un matrimonio como este tienden a ser especiales, porque matrimonios en activo as¨ª en el mundo no hay demasiados. Pero las motivaciones y las consecuencias son universales. Kanye es un tipo con problemas. Este a?o pasado, Kim estuvo a punto a ingresarlo cuando tuvo una fuerte reca¨ªda de su trastorno bipolar. Lleg¨® a encerrarlo en una habitaci¨®n de la casa que ambos comparten en Calabassas y a declarar que sufr¨ªa por la seguridad de sus cuatro hijos. Lo hizo p¨²blico porque estos lo hacen p¨²blico todo, no porque no le importara. Ella se ha cansado del comportamiento err¨¢tico de ¨¦l, pero nadie podr¨¢ acusarla jam¨¢s de haberle abandonado. ?l, con el tiempo, se ha visto y sentido cada vez m¨¢s alejado del entorno familiar, social y medi¨¢tico de ella, plagado de celebridades que sacan tajada de puntuales salidas de tono, pero no habitan en una, como ¨¦l. Atr¨¢s queda aquella noche en que Kanye West organiz¨® una escucha de su nuevo disco en el rancho de Wyoming para un grupo de periodistas, amigos y vecinos ¨Cla mezcla de granjeros de la zona e influencers de Los ?ngeles fue algo maravilloso¨C y al iniciarla lo primero que dijo, antes incluso de hablar de las canciones que presentaba, fue que Kim se hab¨ªa encargado de preparar algunos de los aperitivos.
Hoy, Kanye no solo ha perdido su pedigr¨ª medi¨¢tico, sino que tambi¨¦n est¨¢ a punto de perder su cach¨¦ musical. Lleva m¨¢s de un lustro sin editar un disco que se acerque m¨ªnimamente a la calidad de sus grandes obras y casi todos sus intentos por adaptar su corpus creativo a sus nuevas inquietudes ¨Csobre todo, religiosas¨C han resultado en meras curiosidades, en productos que hablaban m¨¢s de lo confundido que anda que de lo gran artista que fue. Los seguidores de Kanye le pueden dejar de amar porque ya no es lo que era. Y su esposa, tambi¨¦n. Pero por motivos distintos: en ¨¦l no queda apenas nada de aquel tipo que la miraba arrobado en una fiesta en 2008.
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