El anonimato buscado de Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨²
El t¨¦rmino ¡°niet¨ªsima¡± se acu?¨® con ella. Al cumplir 70 a?os, la favorita de Franco reclama una vida alejada de los focos que en el pasado rentabiliz¨®
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Cuando Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨² y Franco lleg¨® al mundo tal d¨ªa como hoy hace 70 a?os Espa?a viv¨ªa bajo la dictadura de su abuelo. Sus primeras fotos, que ocuparon las primeras p¨¢ginas de los medios de comunicaci¨®n, fueron en blanco y negro, los colores que presid¨ªan la vida de un pa¨ªs marcado por una Guerra Civil. Primero la boda de su madre, Carmen Franco, con el marqu¨¦s de Villaverde y luego su nacimiento fueron acontecimientos presentados como signos de un nuevo tiempo, como el inicio de una nueva dinast¨ªa que hab¨ªa llegado para quedarse y perpetuarse en el poder. No fue casual que pronto se acu?ara para ella el sobrenombre de la niet¨ªsima.
Carmen fue la favorita de su abuela Carmen Polo, que dise?¨® para ella la educaci¨®n de una princesa. Pero a ella siempre le gust¨® saltarse lo establecido. Tuvo amores prohibidos y otros mal vistos. El primero fue Jaime Rivera, con quien hizo planes de boda que se truncaron porque el jinete no gustaba en El Pardo. As¨ª que su familia se puso a la tarea de encontrarle un novio acorde con las esperanzas depositadas en ella. Juan Carlos de Borb¨®n aspiraba a trono de Espa?a en plena dictadura y para ello se plegaba a las directrices de Franco con las consiguientes cr¨ªticas de los mon¨¢rquicos partidarios de su padre, el conde de Barcelona. Pero hab¨ªa otro Borb¨®n disponible, Alfonso, primo de Juan Carlos. La telara?a que se teji¨® alrededor de la niet¨ªsima y Alfonso de Borb¨®n funcion¨®. La pareja se cas¨® en una boda propia de un miembro de la familia real aunque ninguna casa real asisti¨®. Por entonces las noticias de una segunda v¨ªa para restaurar la monarqu¨ªa en Espa?a eran incesantes y en ella se colocaba al frente a Alfonso de Borb¨®n.
Hasta Salvador Dal¨ª se sum¨® a los parabienes hacia el nuevo matrimonio pintando un cuadro que, dicen, espant¨® al dictador por lo expl¨ªcito que era con el f¨ªsico de su nieta. Dos ni?os y siete a?os despu¨¦s el sue?o de Carmen Polo se esfum¨®. Su princesa se march¨® a Par¨ªs para vivir con Jean Marie Rossi, un anticuario divorciado y 22 a?os mayor que ella. Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨² fue repudiada hasta por los suyos y perdi¨® derechos sobre sus hijos menores. La muerte del mayor, Francisco, en un accidente en un coche conducido por su padre supuso un punto de inflexi¨®n para la familia. Luego, la mala suerte se ceb¨® con el propio Alfonso de Borb¨®n que falleci¨® en un accidente de esqu¨ª. Hu¨¦rfano de padre, Luis Alfonso, el menor de los hijos de la pareja, decidi¨® vivir con su abuela y no con su madre.
Todos estos avatares Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨² los vivi¨® con aparente sosiego, aunque detr¨¢s de esa imagen de mujer que exprime la vida al m¨¢ximo cuentan quienes la conocen bien que hay una otra bien distinta tendente a la tristeza. A Rossi, con quien tuvo una hija, le sigui¨® el arquitecto italiano Roberto Federici, con quien estuvo diez a?os. Luego vino el c¨¢ntabro Jos¨¦ Campos, con el que se cas¨® en 2006 y de quien se separ¨® siete a?os despu¨¦s cuando a su vida lleg¨® Luis Miguel Rodr¨ªguez, conocido como El chatarrero. Ahora vive cerca de Cascais (Portugal) junto a Timothy McKeague, un joven australiano que trabaja como coach, alguien que desconoc¨ªa quien era la niet¨ªsima cuando se cruz¨® en su camino y que detesta la vida social y los focos.
Carmen Mart¨ªnez Bordi¨² no ha ocultado que durante muchos a?os ha vivido gracias a las exclusivas que daba a las revistas del coraz¨®n y a las cosas que contaba en los plat¨®s de ella y de su familia. Tras la muerte de su madre ocurrida hace tres a?os ha heredado una suculenta cantidad de dinero que le permite llevar una vida an¨®nima. La princesa de los Franco ha abandonado las portadas. Se lo ha dicho a ?Hola!, su revista de cabecera, con la que hac¨ªa caja. ¡°Pido que todo el mundo se olvide de m¨ª¡±.
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