Charlene de M¨®naco, o cuando raparse el pelo es s¨ªmbolo, reafirmaci¨®n y viraje
La princesa de M¨®naco lanza un grupo de independencia y autodecisi¨®n con ese corte. Mujeres como Britney Spears, Roc¨ªo Carrasco o Sinead O¡¯Connor han visto en ¨¦l una forma de proyectar su imagen personal
M¨®naco, ese peque?o pa¨ªs de dos kil¨®metros cuadrados y apenas 40.000 habitantes, no se caracteriza especialmente por una imagen rompedora. El principado gobernado por Alberto II es el culmen de lo cl¨¢sico, con sus yates, su casino, su circuito de F¨®rmula Uno, su familia real (principesca, en este cl¨¢sico) y esa imagen de glamur. Por eso el pasado diciembre gener¨® sorpresa Charlene, de 43 a?os y esposa de Alberto, con una imagen rompedora: la princesa se hab¨ªa rapado el pelo. Unas semanas atr¨¢s su cu?ada, Carolina de M¨®naco, hab¨ªa aparecido en un acto del pa¨ªs con el pelo cano. Pero eso no era noticia. La sorpresa estaba en Charlene.
Han pasado casi seis meses y lo que m¨¢s llama la atenci¨®n es que aquel cambio no era algo pasajero: Charlene sigue rapada. Lo ha demostrado ella misma con una imagen donde vuelve a llamar la atenci¨®n por su estilo. La princesa celebr¨® hace unos d¨ªas el cumplea?os de una de sus sobrinas en Sud¨¢frica (donde vivi¨® desde que ten¨ªa 11 a?os y donde su familia est¨¢ asentada) y, en una foto que colg¨® en sus propias redes, aparec¨ªa con el pelo rapado y con la melena algo crecida, por encima de las orejas. Adem¨¢s, llevaba un jersey gris y un gran pendiente, muy largo, con forma de atrapasue?os.
El corte del pelo de Charlene, visto est¨¢, no es un capricho de un momento. De hecho, no es solo un corte de pelo. Raparse es un gesto no tan habitual entre las mujeres, menos cumplidos los 40 y, menos todav¨ªa, siendo princesas. Hace d¨¦cadas, sus cu?adas Estefan¨ªa ¡ªsiempre m¨¢s arriesgada en sus estilismos¡ª y Carolina llevaron cortes muy, muy minimalistas, tipo pixie (Charlene tambi¨¦n lo hizo), pero no hay ning¨²n miembro de la realeza europea que se haya atrevido con algo as¨ª.
Consultada al respecto, la periodista y experta en comunicaci¨®n no verbal Patrycia Centeno tiene muy claro que todo lo referido a la cabeza, tanto en peinados como en adornos ¡°se asocia con el pensamiento y supone un poderoso elemento de activismo est¨¦tico¡±. ¡°Por ello, los peinados siempre traen tanta cola¡¡±, argumenta. Para ella, un peinado de este tipo ¡ª siempre que sea voluntario, obviamente¡ª implica una radicalizaci¨®n ideol¨®gica. ¡°Desde un monje budista con su radicalizaci¨®n espiritual hasta un skinhead con su radicalizaci¨®n ideol¨®gica dan muestra de ello¡±, afirma a EL PA?S.
Es decir, que la princesa de M¨®naco est¨¢ lanzando un mensaje claro de independencia y libertad con este estilismo. Porque si en un hombre una cabeza rapada puede suponer un impacto, en el caso de las mujeres llega a serlo casi m¨¢s. ¡°Puede antojarse m¨¢s amenazante que en un hombre porque los estereotipos de g¨¦nero nos han presentado siempre a la mujer como poseedora de un car¨¢cter dulcificado y sumiso¡±, afirma Centeno. Por tanto, queda claro que la monegasca quiere romper con ese gesto con una vida anterior. Se acab¨® la media melenita, los trajes de chaqueta, los tocados. Ahora Charlene va con la cabeza descubierta, lleva pendientes inmensos y estampados llamativos. Se pone lo que quiere. De hecho, es la miembro de una familia real europea que m¨¢s dinero invierte en ropa.
Los expertos en cabello tambi¨¦n creen que ese peinado esconde un mensaje claro. Cuenta el estilista, peluquero y maquillador Kley Kafe, que ha trabajado con centenares de famosas espa?olas e internacionales, que a ¨¦l un corte as¨ª se le asemeja a un grito de libertad. ¡°A los a?os ochenta, a vestirse mucho, muy extravagante¡±, afirma. ¡°Las modas siempre vuelven y estamos viviendo este proceso de libertad de expresi¨®n. Creo que se siente libre para hacer de su imagen su bandera, marcar un look muy personalizado y saltarse un poco las normas¡±, opina.
Un corte as¨ª es cada vez m¨¢s frecuente entre mujeres de toda lugar y clase social. Si en los noventa y los 2000 se pod¨ªa asociar a momentos dif¨ªciles o conflictivos, hoy no. Atr¨¢s quedaron los casos de Britney Spears en 2007 o de la tambi¨¦n cantante Sinead O¡¯Connor, que recientemente se planteaba en una entrevista por qu¨¦ se hab¨ªa criticado tanto a Spears por raparse el pelo, como hab¨ªa hecho ella a?os antes: ¡°?Por qu¨¦ dec¨ªan que est¨¢ loca por afeitarse la cabeza? Yo no lo estoy¡±. En todas las conversaciones salen a relucir nombres como los de Cara Delevingne o, c¨®mo no, Roc¨ªo Carrasco, que apareci¨® en su docuserie con parte del pelo rapado. Todas con personalidades marcadas y con necesidad de dejarse ver, de expresarse.
¡°Ha dejado de ser algo como mal visto¡±, reflexiona Kafe, que lo asocia con modelos o famosas, aunque no tanto con la realeza. ¡°En la clase alta... no es algo muy habitual, es m¨¢s de personas no asociadas con el lujo. Pero cuando eso llega a este p¨²blico ayuda a darle otro nivel de normalidad, de aceptaci¨®n¡±. Algo que refrenda el tambi¨¦n peluquero Eduardo S¨¢nchez, para el que un corte as¨ª es ¡°de un estilo de tribu urbana, underground, alternativo...¡±. ¡°Es para quienes buscan desmarcarse un poco del clasicismo de las otras mujeres: ser transgresora, ser moderna, gritar un ¡®yo me lo puedo permitir¡±, asegura. De hecho, seg¨²n este experto en imagen personal, para lograr una armon¨ªa el cambio tiene que ser ¡°un conjunto¡±. ¡°Y en Charlene su estilo de vestir ha cambiado, ya no es la modosita de anta?o, es mucho m¨¢s roquera¡±.
El rapado, aunque significativo, es hoy una moda, ¡°una m¨¢s, que viene y va¡±, explica Patrycia Centeno. ¡°Las pioneras en raparse la cabeza, como en cualquier otra cosa, debieron sentirse v¨ªctimas del estigma¡±. Sin embargo, para ella no es lo ¨²nico que puede definir a una persona, aunque sea muy llamativo: ¡°Un solo elemento est¨¦tico o gestual no define por s¨ª solo, sino que debe estudiarse en conjunto, estudiar el estilo (la personalidad), en su totalidad y teniendo en cuenta si se trata de una apuesta permanente (por creencia o convicci¨®n) o puntual, una moda pasajera¡±.
Como tendencia, afirman tanto Kafe como S¨¢nchez, no est¨¢ especialmente de moda. ¡°Hace cuatro o cinco a?os lo sac¨® alguna modelo y triunf¨® mucho, y tambi¨¦n gracias a Cara Delevingne¡±, explica Kafe. Cuentan que quien se lo hace es alguien que suele tener mucha cantidad de pelo y lo que busca es rebajarlo. Adem¨¢s, explican que requiere un mantenimiento muy intenso, con cortes frecuentes cada 15 d¨ªas. Eso s¨ª, quien empieza, sigue. El caso de Charlene no es ¨²nico, sino que es lo m¨¢s habitual. ¡°Luego van alternando con cosas cada vez m¨¢s atrevidas: un color fuerte, una decoloraci¨®n...¡±, cuenta Eduardo S¨¢nchez. ¡°Pero la que coge ese camino suele perdurar en ¨¦l¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.