Por qu¨¦ Camilla Parker ser¨¢ reina y Felipe de Edimburgo solo lleg¨® a ser duque
Isabel II expres¨® su deseo de que la mujer del pr¨ªncipe Carlos fuera llamada reina cuando ¨¦l herede la corona. En Espa?a, las reinas consortes siempre lo son, aunque no rige la misma l¨®gica para los maridos de las reinas
El de Rey ha sido a lo largo de la historia un concepto tan masculino que las veces que ha subido al trono una mujer en cualquier monarqu¨ªa europea lo ha hecho porque no hab¨ªa un heredero var¨®n disponible. Fue el caso de Isabel II de Inglaterra, por ejemplo, que solo ten¨ªa una hermana menor, Margarita, por lo que termin¨® siendo la ¨²nica opci¨®n al trono tras la muerte de su padre, el rey Jorge VI. En ese momento, Isabel ten¨ªa 22 a?os y estaba casada con Felipe de Grecia, a quien nunca concedi¨® el t¨ªtulo de rey consorte. ¡°Con toda probabilidad tom¨® esta decisi¨®n para legitimarse como gobernadora. En 1953, cuando fue coronada, la sociedad era a¨²n m¨¢s machista de lo que lo es hoy y sab¨ªa que concederle el reconocimiento de rey consorte terminar¨ªa dej¨¢ndola en un segundo plano como monarca¡±, entiende el doctor en Historia Eduardo Ju¨¢rez. El t¨ªtulo que ostent¨® Felipe a lo largo de 74 a?os de matrimonio fue el de duque de Edimburgo.
Sin embargo, Isabel II desea que cuando su hijo Carlos sea coronado, su esposa, Camilla Parker Bowles, duquesa de Cornualles, s¨ª sea reconocida como reina consorte de Inglaterra. La decisi¨®n se hizo p¨²blica el pasado s¨¢bado. En noviembre pasado, una encuesta de la compa?¨ªa de sondeos YouGov concluy¨® que solo el 14% de los brit¨¢nicos estaba de acuerdo con esa posibilidad. ¡°Con este nombramiento, la reina busca la aceptaci¨®n de Camila¡±, opina Ju¨¢rez. Tras los esc¨¢ndalos que Camilla y Carlos protagonizaron durante a?os a causa del romance que mantuvieron mientras ¨¦l a¨²n estaba casado con Diana Spencer, la opini¨®n p¨²blica y los tabloides se posicionaron del lado de Diana y Camilla se convirti¨® en la culpable del fracaso matrimonial de los pr¨ªncipes. Ahora, la reina espera que con este nombramiento el reinado de su hijo est¨¦ lo m¨¢s alejado posible de toda pol¨¦mica.
¡°En Espa?a hubiera sido innecesaria tal declaraci¨®n, pues de conformidad con lo que ya establecieron las Partidas hace siete siglos y medio, la mujer del rey ser¨¢ llamada reina. Pero en Inglaterra rigen otros criterios y tal vez por eso haya sido necesaria esa declaraci¨®n¡±, se?ala Jos¨¦ Miguel de Mayoralgo y Lodo, conde de los Acevedos, desde la Diputaci¨®n de la Grandeza, organismo que agrupa a quienes ostentan los principales t¨ªtulos nobiliarios en Espa?a.
La obsesi¨®n de Felipe II por un hijo var¨®n
Seg¨²n el art¨ªculo 57.1 de la Constituci¨®n ¡°la sucesi¨®n en el trono seguir¨¢ el orden regular de primogenitura y representaci¨®n, siendo preferida siempre el grado m¨¢s pr¨®ximo al m¨¢s remoto; en el mismo grado, el var¨®n a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de m¨¢s edad a la de menos¡±. De este art¨ªculo podemos deducir que si la princesa Leonor hubiera tenido un hermano var¨®n, hubiera perdido sus opciones de reinar. El expresidente del Gobierno Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero intent¨® modificar este art¨ªculo de la Constituci¨®n, pero la propuesta no sali¨® adelante, y tampoco en 2006 con el segundo embarazo de Letizia.
El caso m¨¢s reciente de reina propietaria en Espa?a, como se designa a las reinas que lo son por derecho sucesorio y no por matrimonio, es el de Isabel II. La heredera de Fernando VII fue nombrada reina con tres a?os de edad y el mismo d¨ªa que cumpli¨® los 16 a?os contrajo matrimonio con Francisco de As¨ªs de Borb¨®n, que qued¨® apartado de las prerrogativas inherentes a la Jefatura del Estado. ¡°Cuando reine una hembra, su marido no tendr¨¢ parte ninguna en el Gobierno¡±, detallaba el art¨ªculo 55 de la Constituci¨®n de 1837. ¡°Lo que se esperaba de Francisco de As¨ªs es que no hiciera nada m¨¢s que fecundar a la reina. Se asociaba su figura a la de un z¨¢ngano, como se llama a la abeja macho cuya funci¨®n es fecundar a la abeja reina¡±, apostilla Ju¨¢rez.
En 1157 ¨C676 a?os antes que Isabel II¨C Petronila de Arag¨®n se convirti¨® en reina de Arag¨®n y se cas¨® con el conde de Barcelona Ram¨®n Berenguer IV, que tampoco ejerci¨® como rey, aunque s¨ª que obtuvo la titularidad de gobierno ya que las reinas en Arag¨®n no ten¨ªan la potestad para gobernar. En aquella ¨¦poca, la funci¨®n de las reinas de Arag¨®n era ¨²nicamente la de transferir el poder al hombre, ya fuera un marido o un hijo heredero.
Sobre las reinas consortes, Ju¨¢rez hace este apunte: ¡°Las mujeres casadas con reyes eran reconocidas como reinas consortes porque a fin de cuentas se encargaban de engendrar y llevar durante nueve meses al futuro rey, ya solo eso las legitimaba¡±. Jos¨¦ Miguel de Mayoralgo y Lodo explica a El PA?S que el hecho de que las mujeres tengan la misma condici¨®n jur¨ªdica de sus maridos fue establecido por la Leyes de Partidas del Rey Alfonso X el Sabio, quien dispuso que la mujer que se casara con un rey deb¨ªa ser llamada reina aunque fuera de vil linaje, y conservar¨ªa esa condici¨®n cuando quedase viuda, mientras no se casara con otro. ¡°En el caso de los reyes, la cuesti¨®n sale del derecho civil o privado y entra en la esfera del derecho p¨²blico. Estos aspectos est¨¢n regulados en el ¨¢mbito del Derecho Constitucional, y entiendo que tiene por objetos delimitar la competencia que corresponde exclusivamente a quien ostente la titularidad de la Jefatura del Estado¡±, argumenta Mayoralgo y Lodo.
Pero el principal motivo por el que apenas hay reyes consortes, m¨¢s all¨¢ de nombramientos oficiales y terminolog¨ªa legal, es que se intentaba por todos los medios tener un hijo var¨®n para que fuera ¨¦l y no una mujer quien heredara la corona. ¡°Felipe II, por ejemplo, se cas¨® cuatro veces con el ¨²nico objetivo de concebir un var¨®n. Si no hubiera sido por eso no habr¨ªa casado por cuarta vez con Ana de Austria tras la muerte de su tercera esposa, Isabel de Valois, con quien tuvo a sus dos hijas mayores¡±, reconoce Ju¨¢rez. Otro ejemplo de la arraigada costumbre que aparta a las mujeres del gobierno son las cr¨®nicas que dotaron de atributos masculinos a Isabel I de Castilla, m¨¢s conocida como Isabel la Cat¨®lica, para justificar su buen hacer como reina. Se refer¨ªan a ella como virago, palabra que se empleaba para decir que una mujer era tan masculina como un hombre. Masculinidad que era remarcada constantemente para aplacar las dudas que pudieran tener los castellanos ante el hecho de ser gobernados por una mujer. Durante su reinado se encadenaron los conflictos b¨¦licos (veintid¨®s a?os de guerra frente a ocho de paz), circunstancia que no hizo m¨¢s que engrandecer su buen hacer en las operaciones militares.
El ya mencionado Felipe II, a pesar de sus inagotables esfuerzos porque tener un sucesor var¨®n, tuvo un gesto muy feminista para la ¨¦poca al a?adir en la Sala de los Reyes del Alc¨¢zar de Segovia los retratos de las reinas propietarias que hab¨ªan sido ignoradas en el palacio segoviano hasta entonces: Ermesinda, Adosinda, Sancha de Le¨®n, Urraca I, Berenguela de Castilla, Isabel I y Juana de Castilla. En dicha estancia, adem¨¢s, mand¨® poner un retrato de los reyes Cat¨®licos, pero prefiri¨® dejar fuera cualquier imagen de su padre, Carlos I, y de su abuelo, Felipe el hermoso, probablemente con la intenci¨®n de subrayar el car¨¢cter castellano del lugar en el que se encontraban.
Desde que Isabel II contrajera matrimonio con su primo Francisco de As¨ªs de Borb¨®n, Espa?a no se ha visto en la tesitura de tener que elegir c¨®mo nombrar oficialmente al c¨®nyuge de la reina. Pero que el actual rey de Espa?a ¨²nicamente tenga dos hijas como descendencia indica que la cuesti¨®n puede volver a plantearse.
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