La familia imperial de Brasil, en el centro de la pol¨¦mica tras las mortales inundaciones de Petr¨®polis
La tragedia en la capital de verano de Pedro II, el ¨²ltimo emperador de Brasil, y un pol¨¦mico canon ponen el foco en los Orleans y Bragan?a, un clan que incluye empresarios y un diputado bolsonarista
Laudemio, un t¨¦rmino legal de aroma a tiempos pasados, se ha colado en la actualidad brasile?a mezclado con las tr¨¢gicas im¨¢genes de vecinos que intentaban resistir la furia de unas lluvias torrenciales en Petr¨®polis (R¨ªo de Janeiro), y con los balances diarios de muertos y desaparecidos. Es el nombre t¨¦cnico de lo que popularmente conocen como la tasa del pr¨ªncipe en esta ciudad de monta?a donde un diluvio dej¨® el pasado d¨ªa 15 m¨¢s de 250 v¨ªctimas fatales. Un canon que todav¨ªa cobran algunos miembros de la familia imperial brasile?a pasados 132 a?os desde que la monarqu¨ªa fuera abolida. La controversia ha colocado el foco en los descendientes del emperador Pedro II, que, atra¨ªdo por las cataratas y un clima m¨¢s agradable que el de R¨ªo, fund¨® en 1843 la ciudad para instalarse en verano con toda su corte.
El palacio convertido en Museo Imperial y otros edificios son parte de ese pasado regio. Tambi¨¦n el laudemio: un pago del 2,5% por cada compraventa de inmuebles en los coquetos barrios del centro de la ciudad, los construidos sobre terrenos que pertenecieron al emperador. Poco tard¨® la controversia en incendiar las redes sociales y encontrar su hueco en la prensa junto a las declaraciones y aclaraciones de varios Orleans y Bragan?a. Algunos primos y consortes respondieron con referencias hist¨®ricas y un ataque.
Patr¨ªcia Alvim, que se presenta como princesa desde que en 2018 se cas¨® con el jefe de la familia imperial, replic¨® desde la cuenta de los Orleans y Bragan?a en Instagram. Apunt¨® con el dedo a los pol¨ªticos. ¡°Tras cada desastre, los mismos pol¨ªticos con sus promesas de ayudas p¨²blicas¡±, escribi¨®. A?adi¨® que, si los fondos recaudados tras cada tragedia se hubieran dedicado a sistemas de drenaje adecuado, los desastres no se suceder¨ªan.
Hace poco m¨¢s de una d¨¦cada, m¨¢s de 900 personas murieron en unas inundaciones en la regi¨®n de Petr¨®polis. Otro descendiente del emperador, Jo?o Henrique, asegur¨® que en los a?os setenta pol¨ªticos varios que codiciaban electores incentivaron el traslado a Petr¨®polis de vecinos desde los municipios metropolitanos de R¨ªo, unos reci¨¦n llegados que levantaron sus precarias viviendas donde pudieron. Reclam¨® la abolici¨®n del laudemio porque ¡°es una tasa cuyo tiempo ya pas¨®¡±.
Mientras en Petr¨®polis segu¨ªan encontrando cad¨¢veres, la pol¨¦mica se ampli¨® a la cuesti¨®n mon¨¢rquica. ¡°Si un peri¨®dico de un pa¨ªs republicano da espacio a una princesa, tiene la obligaci¨®n de dar espacio a duendes, dragones y unicornios para que cuenten qu¨¦ los aflige¡±, bram¨® un periodista tuitero.
El m¨¢s famoso de la familia imperial era en los ¨²ltimos a?os el primero de sus miembros que ocupa un cargo pol¨ªtico desde que Brasil se convirti¨® en rep¨²blica en 1889. El empresario y banquero de inversi¨®n Luiz Philippe de Orleans y Bragan?a fue elegido diputado a lomos de la ola que llev¨® al poder al ultraderechista Jair Bolsonaro.
El Brasil republicano cambi¨® la bandera, pero mantuvo el verde de los Bragan?a (que pas¨® a representar la vegetaci¨®n) y el amarillo de los Habsburgo (que ahora remite al oro). El legado de la monarqu¨ªa, sin embargo, va mucho m¨¢s all¨¢. Los historiadores sostienen que la instituci¨®n mon¨¢rquica fue fundamental para mantener unido este vast¨ªsimo territorio mientras las colonias espa?olas se disgregaban en m¨¢s de una docena de rep¨²blicas. Brasil pr¨¢cticamente mantiene los contornos fronterizos de la ¨¦poca colonial, cuando se convirti¨® en refugio de los reyes de Portugal ante el avance de Napole¨®n. Los abuelos de Pedro II cruzaron el Atl¨¢ntico para instalarse en R¨ªo en 1808. El imperio fue capaz de apaciguar los alzamientos secesionistas.
Los Orleans y Bragan?a brasile?os promocionan desde sus fundaciones la monarqu¨ªa y el conservadurismo, presumen de sus parientes que reinan en Europa y se dedican a los negocios. Est¨¢n liderados por varios hermanos septuagenarios, tataranietos del emperador que rein¨® durante medio siglo, fue depuesto en 1889 y expulsado a Europa. Sus restos fueron devueltos d¨¦cadas despu¨¦s a Petr¨®polis, donde est¨¢ enterrado.
Nacidos en Par¨ªs, los actuales jefes de la Casa Imperial regresaron a Brasil despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial. A hilo del ahora famoso laudemio, don Bertrand de Orleans y Bragan?a, que se presenta como pr¨ªncipe imperial, respondi¨® en un tuit con una amplia nota de aclaraciones. Lamentaba el debate por inoportuno en medio de la tragedia, respond¨ªa que su rama familiar no est¨¢ entre de los beneficiados y daba una prolija explicaci¨®n sobre el origen de este pago que no es un impuesto, un tributo, ni una tasa, y menos, dec¨ªa, un privilegio, sino un derecho heredado y consagrado en el C¨®digo Civil. El laudemio se aplica en otras ciudades y lo cobran particulares e instituciones como la Marina.
Mientras contin¨²a la pol¨¦mica, la ciudad s¨ªmbolo del imperio que fue Brasil sigue enterrando v¨ªctimas y buscando cad¨¢veres.
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