Ian Schrager: ¡°Studio 54 casi acaba conmigo pero con el tiempo te olvidas de lo malo¡±
El fundador de la discoteca m¨¢s legendaria de Nueva York y due?o de la cadena hotelera Edition habla sobre su pr¨®xima inauguraci¨®n en Madrid y su relaci¨®n con una ciudad que le fascina desde los a?os sesenta.
Ian Schrager (Nueva York, 75 a?os) es el hombre que mont¨® a Bianca Jagger sobre una caballo blanco en el medio de Manhattan para crear un momento que se acab¨® convirtiendo en la campa?a de publicidad m¨¢s impactante jam¨¢s creada para una discoteca, la legendaria Studio 54. Hace ya m¨¢s de tres d¨¦cadas que este emprendedor, hedonista, amante del arte, del dise?o, de la gastronom¨ªa y de todo lo bello dirige los Edition, hoteles de lujo que solo abre en las ciudades que ¨¦l considera suficientemente especiales como merecerlo. ¡°Jam¨¢s he puesto en marcha uno sin estar convencido al cien por cien de que quer¨ªa hacerlo y sin haber supervisado antes hasta el ¨²ltimo detalle¡±, dice por videoconferencia con gesto risue?o este hombre con voz de anciano pero energ¨ªa de adolescente desde su luminoso despacho de Nueva York, ahora que por fin ha decidido abrir uno de sus hoteles en Madrid.
Pregunta. ?Qu¨¦ es lo primero que hace cuando llega a una ciudad en la que est¨¢ planeando abrir un hotel?
Respuesta. Darme un garbeo a solas para intentar ver cu¨¢l es el esp¨ªritu y el estado de ¨¢nimo de la ciudad, su esencia. No me lleva mucho tiempo descubrirlo, como m¨¢ximo dos d¨ªas.
P. ?Recuerda la primera vez que estuvo en Espa?a?
R. Fue cuando me gradu¨¦, a finales de los a?os sesenta. Hice un viaje con dos amigos por capitales de toda Europa y est¨¢bamos deseando parar en Madrid para comprar unas chaquetas de cuero, que por supuesto compramos en un taller artesanal cuyo nombre no recuerdo¡ S¨ª recuerdo que me impresion¨® ya entonces la arquitectura, los bell¨ªsimos bulevares y la alegr¨ªa y la ligereza con la que se viv¨ªa la gente.
P. ?Y ha salido de fiesta por Madrid ¨²ltimamente, Se?or Schrager?
R. A¨²n no. Me han llamado varios amigos madrile?os de los tiempos de Studio 54 para preguntarte si voy a estar en la inauguraci¨®n en abril. Una de ellas es la hija de una colega que sol¨ªa venir a la discoteca y me compraba trajes de torero para nuestras fiestas.
P. ?Cu¨¢l dir¨ªa que es la mayor crisis por la que ha pasado como hombre de negocios?
R. Todas las recesiones han sido muy dif¨ªciles, por supuesto, pero creo que lo que pas¨® en Estados Unidos aquel 11 de septiembre tuvo un impacto muy, muy profundo. Y a¨²n as¨ª, no dir¨ªa que supuso un cambio total de paradigma pese a lo que los expertos dicen. Nunca lo he cre¨ªdo. Llev¨® un tiempo, pero todo volvi¨® a su sitio y estoy seguro de que ocurrir¨¢ exactamente lo mismo con esta terrible crisis por la guerra de Ucrania y Rusia.
P. ?Y cu¨¢l es el mayor error que ha cometido como emprendedor?
R. Creo que quiz¨¢ los mayores errores que he cometido tuvieron que ver con Studio 54. Algunos problemas desear¨ªa que no hubieran ocurrido y desde luego cambiaron mi vida para siempre. Aunque tambi¨¦n te dir¨¦ que no soy una persona a la que le guste arrepentirse de nada.
P. ?Hay algo que a pesar de ser un hotelero mundialmente famoso nunca haya dejado de echar de menos de la vida nocturna?
R. Studio 54 casi acaba conmigo y solo por eso deber¨ªa tener sobre todo malos recuerdos, pero ya sabes lo que ocurre cuando pasa el tiempo, empiezas a olvidar lo negativo para quedarte solo con lo bueno. La hosteler¨ªa nocturna es un negocio muy dif¨ªcil porque no trabajas con un producto diferenciado: los locales son hijos del mismo tiempo, pueden tener casi la misma m¨²sica, las mismas bebidas, las mismas luces¡ Y lo que tienes que hacer para distinguirte es crear esa diversi¨®n, esa evasi¨®n, esa magia especial que compruebas que se est¨¢ produciendo cuando ves a cientos de personas mover sus cuerpos sobre una pista de baile casi como un ¨²nico organismo. Es muy emocionante. Y aunque no suene muy inteligente decir que las discotecas fueron un fen¨®meno cultural important¨ªsimo, lo fueron, y generaron una forma de ver el mundo. Cuando me pas¨¦ al negocio de los hoteles no solamente quer¨ªa vender habitaciones: quer¨ªa vender esa magia.
P. ?Y es capaz de identificar un lugar y un d¨ªa concreto en el que usted mismo sinti¨® esa magia?
R. Es muy dif¨ªcil de decir. Si fuese f¨¢cil pues escribir¨ªa un libro y lo vender¨ªa [risas] Por ejemplo. El legendario Harry¡¯s Bar de Venecia. Las mesas son bajitas, est¨¢ siempre llen¨ªsimo de gente, tienes que dar empujones para llegar hasta el restaurante, la comida est¨¢ buena, pero, en fin, hay un mont¨®n de sitios m¨¢s donde la comida est¨¢ buena en esa ciudad. Y sin embargo, hay algo m¨¢gico que hace que te quieras quedar ah¨ª. No se puede definir. Mira. La otra noche me qued¨¦ despierto hasta tarde viendo la versi¨®n que ha hecho Steven Spielberg de West Side Story y no ten¨ªa la magia que ten¨ªa la original. No puedo decirte espec¨ªficamente por qu¨¦, solamente te puedo decir c¨®mo reaccion¨¦ a ella.
P. Sobre esa clase de momentos m¨¢gicos, le pregunto... si pudiese volver atr¨¢s en el tiempo, en qu¨¦ hotel le gustar¨ªa estar hospedado, ?en el Algonquin en los tiempos de las tertulias de Dorothy Parker o en el Habana Libre cuando el triunfo de Fidel Castro?
R. En el Habana Libre. Cualquier momento en el que se le permite a la gente experimentar libertad, verdadera libertad, eso es combustible. En ese momento la ciudad vibraba con una energ¨ªa muy especial y muy irrepetible porque sent¨ªa que por fin era libre.
P. No parece usted una persona con miedo a contestar a ninguna pregunta y desde luego ha llevado una vida muy salvaje¡
R. ?Muy salvaje s¨ª, pero soy muy t¨ªmido! [risas]
P. ?Le resulta un problema esa correcci¨®n pol¨ªtica y esa supuesta cultura de la cancelaci¨®n de la que tanto se habla estos d¨ªas?
R. Hay mucha m¨¢s correcci¨®n pol¨ªtica porque el mundo est¨¢ fracturado y hay muchos grupos que han estado en los m¨¢rgenes esperando a que llegase su momento para hablar. Para m¨ª no es un problema en absoluto. Pero a¨²n as¨ª, me sigue gustando ser un innovador, desafiar el status quo, hacer las cosas de manera subversiva.
P. ?Y dir¨ªa que su hotel en Madrid es subversivo?
R. Lo es, pero sin olvidar que tan importante como ser subversivo es no faltar. Por ejemplo, cuando est¨¢bamos planeando la decoraci¨®n, alguien sugiri¨® que pusi¨¦ramos fotos de corridas de toros pero el equipo local nos sugiri¨® que no. Es importante sorprender¡ ?pero sin ofender! [risas]
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