Argimiro Carrasco: ¡°Las peluquer¨ªas son el alma de los barrios¡±
El peluquero cacere?o lanza un libro sobre sus experiencias a los mandos de las cabezas, las tijeras y los peines
Cuando no hay mucha faena, le gusta asomarse a la puerta y observar la calle. ¡°Sitios como el nuestro son el alma del barrio¡±, dice con orgullo. Argimiro Carrasco (Madrigal de la Vera, C¨¢ceres, 1963) es peluquero y lleva trabajando en la peluquer¨ªa de caballeros Vicente, en el madrile?o barrio de Guindalera, 14 de sus 35 a?os de profesi¨®n. Un oficio que ya practicaba su familia y al que ahora une otro: el de escritor que gasta un bol¨ªgrafo por semana. De aquellos sonetos de amor adolescente, de aquellos folios garabateados, de aquellos cursos de escritura, ahora ha llegado su primer libro, Historias de un peluquero (Editorial Almuzara). Luego se toma una ca?a en el bar de al lado: luce perilla cuidada, un peque?o pendiente, un tatuaje que asoma a la mu?eca y, oh, menos pelo del que le gustar¨ªa.
Pregunta. Dicen que los camareros son psic¨®logos. ?Los peluqueros tambi¨¦n?
Respuesta. S¨ª, eso es una verdad como un castillo. Todos los que estamos de cara al p¨²blico aprendemos algo de psicolog¨ªa. Unos aprendemos poco y otros aprenden m¨¢s. Siempre en contacto con mucha diversidad de gente.
P. ?Las peluquer¨ªas son algo as¨ª como centros sociales?
R. Antes lo eran m¨¢s, y tengo un poco de nostalgia. La gente ven¨ªa a pasar el rato, a leer el peri¨®dico y a charlar. Ahora tenemos todos mucha prisa. Se sigue charlando, pero antes eran como verdaderas tertulias. Eso s¨ª, mejor evitar dos temas: la religi¨®n y la pol¨ªtica.
P. Las barber¨ªas hipster est¨¢n de moda.
R. Con este bum de la barba muchos hombres empiezan a cuidar m¨¢s su imagen, sin complejos. Antes los hab¨ªa muy dejados. Te dec¨ªan: ¡°C¨®rtamelo como sea, me da igual¡±. Mentira: si le das tres trasquilones ya ver¨ªas como no les daba igual. Pero ahora hay tantas barber¨ªas que no se sabe de d¨®nde va a salir tanto cliente.
Vienen los ni?os y te piden el mismo corte de pelo que llevan los futbolistas
P. Los estilos han cambiado mucho.
R. Los nuevos estilos te los marcan los clientes. Se ve mucho corte de los que llevan los caribe?os, con partes muy rapadas, con dibujos, como los futbolistas. Vienen ni?os y piden el corte de Benzema o de Cristiano. Hay mucha libertad en las cabezas, llevar el pelo de una manera ya no quiere decir que seas un punki o de una determinada orientaci¨®n sexual.
P. ?Usted es m¨¢s tradicional?
R. Bueno, yo lo llev¨¦ de colores, cuando ten¨ªa algo m¨¢s de pelo, muy moderno, era por cambiar y por incitar a la gente a hacer cosas nuevas.
P. Hay peluqueros muy modernos.
R. Si en vez de peluquero hubiese sido empleado de banca, no hubiera experimentado as¨ª, pero la profesi¨®n lo permit¨ªa.
P. ?Y si uno comete una pifia?
R. Suelen tener soluci¨®n: si metes un trasquil¨®n, se disimula. Pero tambi¨¦n puedes meter un pellizco en una oreja, es normal que alguno se enfade. Solo queda pedir perd¨®n. Hay quien lo acepta y hay quien pone mala cara.
P. La alopecia: el terror de los se?ores.
R. Muchos dicen que no les importa, pero no es cierto. Lo suelen decir los que tienen mejor pelazo. Qu¨¦ envidia me dan, que me den un poco. A m¨ª me dio much¨ªsima rabia quedarme calvo, fue como una patada en el culo, porque me pas¨® muy joven, en la veintena, y yo era muy chulillo.
P. ?Qu¨¦ tal los implantes?
R. No he visto tantos como me gustar¨ªa, pero me parecen un gran invento, ojal¨¢ hubiera llegado a tiempo. A ver c¨®mo son los resultados a largo plazo. ?Adem¨¢s, nos vienen genial a los peluqueros, porque los clientes siguen viniendo!
P. ?C¨®mo les trat¨® la pandemia? Los peluqueros han estado en pie de guerra...
R. No demasiado bien. Mucha gente se acostumbr¨® a pasarse la m¨¢quina. Luego, por un lado, se dijo que ¨¦ramos esenciales. Pero, por otro, no se nos concede el IVA reducido. Al menos nosotros podemos decir que hemos resistido.
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