Manuel Carrasco: ¡°Soy de la clase de los buscavidas¡±
El cantante y compositor, que cumple 20 a?os de carrera desde que qued¨® segundo en la segunda edici¨®n de ¡®Operaci¨®n Triunfo¡¯, cierra su gira con un concierto ante 75.000 personas en Sevilla. Ni ¨¦l mismo acaba de cre¨¦rselo: ¡°Soy un extranjero en la fama¡±, confiesa
Estamos en La Cacharrer¨ªa, la sala de tertulias del imponente y reci¨¦n remozado Ateneo de Madrid, donde hace un siglo debat¨ªan de sus cosas luminarias del brillo Unamuno y Pardo Baz¨¢n, entre otros. En una esquina, un vetusto piano de cola enfundado nos contempla. Al descubrirlo para las fotos, Manuel Carrasco no puede evitar arrancarle unas notas al vuelo. ?Sabe tocar?, le pregunto. ¡°De o¨ªdo¡±, contesta, ¡°como la guitarra de un vecino del pueblo con la que empec¨¦ a componer de peque?o¡±. El pueblo es Isla Cristina, Huelva, donde naci¨® y creci¨®, de padre pescador y madre trabajadora dentro y fuera de casa. Su estirpe, su gente.
Gracias por venir. Creo que no le gustan nada las entrevistas.
Bueno, es la parte del oficio que menos disfruto. Al principio me costaba much¨ªsimo, me pon¨ªa nervioso, con los a?os lo he logrado templar bastante. No soy muy hablador, realmente. En el escenario, con la m¨²sica, hay una transformaci¨®n que no controlo.
?Siempre ha sido as¨ª?
S¨ª, desde ni?o. Recuerdo, con siete u ocho a?os, ponerme a cantar en cualquier parte, que alguien me escuchara, y que ah¨ª pasara algo. Era lo que me diferenciaba de los dem¨¢s. Pero todo eso era un entorno, mi barrio, el cole, que controlaba. Luego sales al mundo y te pesa la responsabilidad. Siempre he cantado para alguien. Sent¨ªa que hab¨ªa algo en m¨ª, que esa llama encendida que me quemaba pod¨ªa quemar a otros.
?De d¨®nde le salen esas met¨¢foras? ?Ha le¨ªdo mucho?
No creas. Soy el ¨²nico de cinco hermanos que termin¨® la EGB. No siento que haya sido una persona formada, ni ten¨ªa libros al alcance en casa. Le¨ªa en la biblioteca del pueblo. Pero siempre he tenido querencia por las palabras. Me gustan las cosas bonitas, las frases bellas. Soy sensible a eso y busco la belleza de las cosas.
?Corrige mucho al escribir sus canciones?
Much¨ªsimo. Busco la palabra exacta y no acabo una canci¨®n hasta que la encuentro. Otros compa?eros escriben muy bien y tienen mucha inventiva. Yo no. Se me da bien escribir las cosas que siento muy de cerca y muy de dentro. Empiezo a buscar y a abrir puertas y en el camino voy encontrando y encontr¨¢ndome.
Ha vendido casi 75.000 entradas para su concierto de final de gira en Sevilla. ?Pagar¨ªa usted por verse?
No, y prefiero no pensarlo. Tengo una responsabilidad gigante desde hace a?os. Responsabilidad con los otros, pero sobre todo conmigo. Creo que son las canciones, que emocionan y tocan el coraz¨®n de la gente. Por mucho que me hayan pasado cosas, no se me pasa esa responsabilidad. No me quedo en el halago, no me siento c¨®modo, intento cambiar de conversaci¨®n. Soy un extranjero en la fama, donde hay muchas luces y muchas sombras. Pero yo soy de otra parte, de cuando se apaga el foco. S¨¦ que vivo una cosa excepcional, pero soy muy consciente de ser un adoptado en este mundo. Mi fuerte es la normalidad, donde me siento c¨®modo y due?o de m¨ª.
?Tiene conciencia de clase?
Mucha. S¨¦ lo que cuestan las cosas. La ley del esfuerzo la tengo a flor de piel. Tengo claro de d¨®nde vengo. Formo parte de la clase de los buscavidas. A nosotros, a los m¨ªos, esto no nos pasa. No te digo mi familia, que es maravillosa y flipar¨ªas con c¨®mo se ha tomado esto, te digo yo, que lo he vivido directamente. No se me olvida, entonces, quiero sentirme orgulloso y que ellos se sientan orgullosos de m¨ª, pero no por nada, sino porque soy as¨ª. Sigo siendo aquel, es m¨¢s, soy m¨¢s aquel que nunca despu¨¦s de 20 a?os, la mitad de mi vida, en Madrid y en la profesi¨®n.
¡®Sigo siendo aquel¡¯. Sin querer, le ha salido ¡®un Raphael¡¯.
Es que es as¨ª. Aquel Manuel de Isla Cristina me ha llevado a conseguir lo que he logrado. Lo tengo muy despierto. F¨ªjate que yo creo que, quiz¨¢, algo de eso haya en mi v¨ªnculo con el p¨²blico. Que sientan que no he perdido mi esencia.
?Temi¨® perderla despu¨¦s de ¡®Operaci¨®n Triunfo¡¯?
S¨ª. Y me plant¨¦. Creo que soy muy sensible, pero a la vez he sido muy valiente. Yo no he tenido plan B en mi vida y estaba preparado para perder. Antes pensaba todo el rato que me iban a pillar, que alguien iba a decir: ¡®Qui¨¦n es el t¨ªo ese del p¨®ster, qui¨¦n se cree que es¡¯. Hasta que alguien me dijo: ¡®No eres tan inteligente como para enga?ar a tanta gente¡¯. Y eso me hizo pensar. Se me da bien esto. Para otros ser¨¦ un mal cantante, un mal compositor, un mal letrista, pero a mucha gente lo que hago le vale. Y, honestamente, creo que ten¨ªa un talento innato al que me aferraba totalmente
Tiene dos ni?os peque?os. ?Le preocupa darles las oportunidades que usted no tuvo?
Intento no tener esa sensaci¨®n de competitividad. Creo m¨¢s en el ejemplo que se les d¨¦ en casa. No voy a tener con ellos esa exigencia. Evidentemente, con todo lo que pueda poner a su alcance. Pero no voy a ser el t¨ªpico padre de ¡°mi ni?o va a aprender cinco idiomas o 10 porque yo no s¨¦ ninguno¡±. Quiero que valoren las cosas y que tengan una buena educaci¨®n.
?Ha notado clasismo en el mundo de la fama y alrededores?
S¨ª, pero no es algo que me haya afectado. Lo entiendo como que cada uno es como es y ha sido educado de una manera. En eso tengo una ventaja: he vivido en muchos lados. En un barrio muy humilde, en Malasa?a, en Barcelona, y estoy muy despierto para eso. Hay gente a la que no le interesan ciertas cosas porque piensan que no molan, o no son cool, o guay. A m¨ª s¨ª me interesa c¨®mo puede pensar alguien que viene de otro lado. Intento no juzgar a nadie.
Me da que no se deja gobernar por nadie.
Totalmente. En eso s¨ª que soy un campe¨®n. Empec¨¦ muy joven y ten¨ªa la puerta abierta para que me aconsejaran, sab¨ªa que no lo sab¨ªa todo. Pero sab¨ªa cu¨¢ndo me saltaba el bot¨®n de por aqu¨ª, no. Yo ten¨ªa cosas dentro y decir no cuesta tela. En esos momentos, el foco te deslumbra, pero necesit¨¦ una pausa. Y cada vez que le he hecho caso a esa voz interior, me han ido mejor las cosas. Imag¨ªnate ahora, con 41 a?os.
?En su hambre manda usted?
Exacto, aunque no haya hambre. Y eso que es dif¨ªcil, porque uno tambi¨¦n tiene sus propios fantasmas danzando.
?Qu¨¦ fantasmas?
Todos tenemos nuestro ladrillazo. Tengo mis miedos todo el rato. Es un fiel amigo, quiz¨¢ el que m¨¢s me ha ense?ado en la vida.
?Miedo a qu¨¦, o a qui¨¦n?
A defraudar, sobre todo a m¨ª mismo. Y, como me dedico a esto, al resto. A no estar a la altura. Estoy en v¨ªsperas del concierto y ya estoy nervioso. Pero volver¨¦ a ser valiente
?De las 75.000 almas del concierto, cu¨¢ntas calcula que ser¨¢n mujeres?
Ja, ja, ja. Pues no creas. Te sorprender¨ªas. Hace unos d¨ªas actu¨¦ en Valencia y hab¨ªa muchos hombres. Creo que los chicos tienen menos reparos que antes y se dejan ver m¨¢s en este aspecto.
Lo digo porque habla de amor, desamor, miedos, y esas cosas, seg¨²n a qui¨¦n, no le parece muy masculino, usted me entiende.
Perfectamente. Vi¨¦ndolo ahora, desde fuera, me encanta esa sensibilidad. Porque lo m¨ªo es una sensibilidad que seguramente sienta una mayor¨ªa de hombres, pero que no la afloren, o no la cuenten. Yo la he contado desde siempre, y eso es bonito. Al principio, igual ve¨ªan a un chico de 20 a?os, medio guapito, y no me cog¨ªan el punto. Pero igual esa gente joven que ahora me sigue no tenga tanto reparo en ese aspecto. Y eso me encanta.
DE 'OT' HACE 20 A?OS
Hace 20 años, en 2002, Manuel Carrasco, un veinteañero de Isla Cristina, Huelva, quedaba segundo en la segunda edición del popularísimo concurso de talentos musicales Operación Triunfo. Carrasco, pintor de brocha gorda, cantaba y componía sus propias canciones, pero fue con las de otros con las que enamoró al respetable. El resto está en los papeles. Carrasco triunfó con la ruta trazada desde arriba, hasta que decidió plantarse, pisar tierra y seguir su propio camino. Desde entonces, ha labrado una carrera lo suficientemente atractiva para un público que, después de responder con llenos absolutos en anteriores estaciones, anoche, abarrotó el estadio Olímpico de Sevilla en el concierto final de su gira. Ni él mismo se lo cree, confiesa. Hoy, a sus 41 años, padre de dos niños con su pareja, la periodista Almudena Navalón, cree que el secreto de su éxito es ser él mismo, le pese a quien le pese. Sigue aprendiendo.
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