El tercer episodio de ¡®Corinna y el Rey¡¯

En el universo de series y podcast en el que estamos inmersos, viene a ser una norma que los dos primeros episodios desplieguen ingredientes picantes y p¨®cimas adictivas para captar nuestra atenci¨®n hasta el episodio final. En el caso del podcast Corinna y el Rey ha sido el tercer episodio, titulado Envidia: la reina Sof¨ªa, Arabia Saud¨ª y una propuesta sorpresa, el que definitivamente ha conquistado toda mi atenci¨®n.

Empieza, como los anteriores, con la impagable narraci¨®n de la propia Corinna, con su ingl¨¦s saturado de rollo londinense de Mayfair. Y la seductora entonaci¨®n a cargo de Laura G¨®mez, que habla con ese acento de las versiones en vinilo de los cl¨¢sicos de Walt Disney que escuchaba en mi infancia en Caracas. Lo llamaban ¡°acento neutro¡±. La combinaci¨®n crea una producci¨®n sonora mullida y c¨¢lida que nuestra querida se?ora Esperanza, que nos ayuda en casa, defini¨® en la cocina como ¡°una buena radionovela¡±. S¨ª que lo es. Humor, historia contempor¨¢nea, pol¨ªtica, negocios, el reinado de Juan Carlos I y sus interioridades, el ascenso y descenso de Corinna enmarcan la gran y millonaria historia de amor. Hay reflexiones tan interesantes como fr¨ªvolas sobre los obsequios y agasajos de todo tipo que rodeaban a su amante, el exrey. ¡°Si dec¨ªa que le gustaba una determinada mermelada, de inmediato pod¨ªas ver a decenas de aristocr¨¢ticas se?oras de Sevilla fabricando mermelada¡°. Era tal la cantidad de jamones y productos c¨¢rnicos que le obsequiaban que Corinna, siempre tan pragm¨¢tica, propone la idea de repartir en Navidad esa cantidad de jamones entre los empleados de palacio. Lo hacen y con la soluci¨®n surge un problema. Solo reciben esta preciada prote¨ªna animal de forma gratuita los que sirven directamente a Juan Carlos. Seg¨²n la narraci¨®n de Corinna, los otros habitantes del palacio no. ?Est¨¢ claro que no va a conseguir mucho reconocimiento en nuestro pa¨ªs y que dedicarle unas l¨ªneas puede ser un ejercicio complicado! Pero ser¨ªa injusto no celebrar la extraordinaria voz de Laura G¨®mez (deber¨ªa ser nominada a mejor narradora del a?o en la categor¨ªa de podcast) cuando advierte que ¡°es probable que la envidia sea el impulso humano m¨¢s terrible de todos. Lleva envenenando las mentes de hombres y mujeres durante siglos¡±. Y entonces, gracias a la labor de posproducci¨®n, que tambi¨¦n clama por un premio, vuelve la voz aterciopelada de Corinna: ¡°De lo que me di cuenta fue de que la envidia era la enfermedad nacional, de que los espa?oles pod¨ªan ser muy maliciosos y desagradables en sus opiniones y que la envidia provoca una respuesta: la venganza¡±. Madre m¨ªa, este podcast es much¨ªsimo mejor que cualquier culebr¨®n turco.

De la redistribuci¨®n de jamones y objetos, Corinna pasa a revisar documentos gubernamentales clasificados. Juan Carlos, seg¨²n Corinna, prefer¨ªa ver una pel¨ªcula de vaqueros y que fuera ella la que le resumiese esos documentos. Entonces ella le sugiere que ¡°por qu¨¦ no contrata a un joven licenciado espa?ol realmente brillante, para que le ayude con esos documentos y esas cartas en franc¨¦s o ingl¨¦s que le pide redactar¡°.

El tercer episodio s¨ª revela que la familia real jam¨¢s contratar¨ªa a alguien as¨ª porque no est¨¢n acostumbrados a que exista un extra?o, alguien de fuera, con ideas propias. Lo hacen todo entre ellos, sugiere. Y al ponerse ella, tan fina, tan pol¨ªglota y con amplia conversaci¨®n al frente de esas cosas, termin¨® por caer mal. Ser observada. Y, luego, se?alada. Y entonces la cosa se pone buen¨ªsima en el podcast con la narraci¨®n de un viaje a Arabia Saud¨ª, totalmente de negocios, con ella a bordo y en al que, de repente, se suma la reina Sof¨ªa. Hasta aqu¨ª puedo contar por qu¨¦ lo escucho en bucle. Vivo en un ¡°continuar¨¢¡±. Pero me inclino a admitir que The Crown tiene un serio competidor en Corinna y el Rey.