Semana de Navidad
Amo a Massiel y m¨¢s a¨²n encontr¨¢rmela sin preaviso. Tras el concierto de V¨ªctor Manuel, desbloque¨¦ mis emociones, ya bastante tocadas por las canciones, al imaginarla a ella y Ana Bel¨¦n, esas dos grandes divas, embarazadas casi simult¨¢neamente
En medio de la lluvia y del bloqueo institucional de esta semana tom¨¦ un taxi como pude. El taxista intent¨® una conversaci¨®n pregunt¨¢ndome: ¡°?Qu¨¦ le ha pasado? Ya no lo veo por la tele¡±, una pregunta que me hace pensar en el Tribunal Supremo y que siempre recibe una sucinta respuesta. ¡°Estreno esta noche¡±, dije, como en efecto ocurri¨® el jueves, con la versi¨®n navide?a de MasterChef Celebrity. El conductor no me escuch¨®, pero sentenci¨®: ¡°Es que ya no veo la tele¡±. Fin del di¨¢logo. Incomunicaci¨®n sobre ruedas. Pero mi cerebro sigui¨® rumiando, como se?ala mi psic¨®logo. Algo que puede ser el origen de innecesarios problemas de salud mental. Y uno de los principales bloqueos en la vida cotidiana.
Rumiando, enumer¨¦ los d¨ªas que he salido en televisi¨®n este a?o, no pasan de 20. Asum¨ª con deportividad que al taxista no le falta raz¨®n. Sin embargo, apenas entr¨¦ en el Wizink Center para el concierto sinf¨®nico de V¨ªctor Manuel me sent¨ª recibido como si fuera el esp¨ªritu de Mercedes Sosa. Fue tanta la algarab¨ªa que tard¨¦ en darme cuenta de que la mism¨ªsima Massiel estaba salud¨¢ndome cari?osamente. Desde la grada empezaron a aclamarnos, entonces Massiel me sujet¨® un brazo y orden¨®: ¡°Sonr¨ªe a tu p¨²blico y tr¨¢talo bien¡±. No tuvimos ning¨²n tipo de bloqueo. Ni institucional ni de comunicaci¨®n.
Amo a Massiel y m¨¢s a¨²n encontr¨¢rmela sin preaviso. En el c¨®ctel posterior al emocionante y valiente concierto, Massiel me explic¨® que David, el atractivo pianista de la orquesta, es hijo de V¨ªctor Manuel y Ana Bel¨¦n. ¡°Tiene casi la misma edad que Aitor, el m¨ªo¡±. Gracias a ese principio de saga, desbloque¨¦ mis emociones, ya bastante tocadas por las canciones, al imaginar estas dos grandes divas embarazadas casi simult¨¢neamente. Al d¨ªa siguiente, tuve otro desbloqueo similar, durante la entrevista entre otras dos divas medi¨¢ticas, Ana Rosa y Jorge Javier. Una cumbre que escenificaba el desbloqueo de cualquier incomunicaci¨®n entre la programaci¨®n matutina y la vespertina para los nuevos tiempos de Telecinco.
Pude desbloquear unas risas con mis compa?eros de La Resistencia, que desped¨ªan el a?o en Chicote. Me recibieron un pel¨ªn alucinados de que viniera del concierto y de que hubiera estado hablando de canciones y embarazos con Massiel y Ana Bel¨¦n. Tuve que comentarles lo del taxista. ¡°Boris, es que t¨² no necesitas salir en televisi¨®n¡±, insistieron, cada vez m¨¢s animados con sus cervezas y gin-tonics. ¡°Te vemos en todas partes. Pareciera que tuvieras agenda de Navidad todo el a?o¡±. Y, jocosos, empezaron a desglosarla. Que si la noche anterior estuve ligando con unos editores de Masterchef en la fiesta de Shine Iberia. Que si el lunes estaba en el Ateneo de Madrid, acompa?ando a ?gatha Ruiz de la Prada a presentar su libro Mi historia, junto a Alaska y Lorenzo Caprile. Confieso que ?gatha desliz¨® la invitaci¨®n durante una subasta ben¨¦fica de capones.
Me le¨ª Mi historia de un tir¨®n, volando desde Londres (un viaje que por el Brexit se ha vuelto una odisea, casi trasatl¨¢ntica). ?gatha me envi¨® un whatsapp indic¨¢ndome que mis compa?eros hablar¨ªan de Movida y moda y que yo pod¨ªa preguntarle lo que me diese la gana. Casi lo logro. Lo que m¨¢s me sedujo de la lectura es c¨®mo describe sus a?os de power couple, de amor y poder junto a Pedro J. Ram¨ªrez. Tambi¨¦n cuando explica que la colecci¨®n de arte atesorada por su padre termin¨® en poder de Jes¨²s de Polanco, fundador de EL PA?S y una de las personas m¨¢s enfrentadas a su actual exmarido. Aquello tambi¨¦n fue un momento de bloqueo. ?gatha cuenta que, en Australia, coincidieron en un ascensor bajando 20 pisos y no se dirigieron la palabra. ¡°?Qu¨¦ le habr¨ªas dicho?¡±, insist¨ª, y, s¨²bita, ?gatha se levant¨®, bloqueando la presentaci¨®n de su libro y desbloqueando definitivamente el paso al c¨®ctel.
Ahora ya s¨¦ qu¨¦ contestarle al taxista.
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