Lo importante es participar
En un mundo con infinidad de fronteras entre pobres y ricos, que ganara una econom¨ªa m¨¢s humilde a otra que lo es menos tiene su punto de justicia po¨¦tica global y caprichos
La vida est¨¢ tachonada de frases hechas, sobre todo en fechas se?aladas. En el reciente concierto de Ojete Calor, ese d¨²o desacomplejado de pop queer que corona la lista de lo m¨¢s positivo, uno de los mejores momentos lleg¨® cuando hicieron su recopilatorio de esas frases que suavizan a la vez que subrayan la compleja mediocridad de lo cotidiano. Como por ejemplo la de ¡°T¨®mate el zumo ya, que se van las vitaminas¡±. O la que titula esta columna, ¡°lo importante es participar¡±.
Es m¨¢s cauto escribir que lo mejor es participar que insistir sobre Luis Enrique, la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, el desgaste ¨¦tico de apoyar un estado como Qatar, el coste econ¨®mico de la retransmisi¨®n o el trauma generacional para los j¨®venes jugadores seleccionados. Una columna expresamente social evita adentrarse en el embarrado terreno del futbol. A pesar de que las reglas de ese deporte exigen y permiten que cualquiera sea un experto, sin saber qu¨¦ es un fuera de juego. Curiosamente, lo mismo pasa con la televisi¨®n. Todo el mundo reconoce y analiza un punto de share sin saber traducir la palabra. Otra frase hecha es la de que ¡°el f¨²tbol es as¨ª¡±, se gana o se pierde por un gol. Como perdimos, la tragedia es intensa, pero con escasos responsables. A Luis Enrique y a Anne Igartiburu, que no nos acompa?ar¨¢ el fin de a?o, los sustituir¨¢n, con otra frase hecha: ¡°?Siguiente!¡±
Por ahora, Qatar mantiene su premisa de ser un Mundial que premia a nuevas potencias del f¨²tbol. Y en un mundo con infinidad de fronteras entre pobres y ricos, que ganara una econom¨ªa m¨¢s humilde a otra que lo es menos tiene su punto de justicia po¨¦tica global y caprichosa. Pero no nos vengamos abajo, lo importante siempre es participar.
Comenc¨¦ la cuenta atr¨¢s para el martes 6 de diciembre participando de un almuerzo ofrecido por nuestros queridos Carles Sans y Mar¨ªa Antonia, quienes nos hacen part¨ªcipes de sus veranos recibi¨¦ndonos en su casa de Ibiza. Reunieron a sus m¨¢s allegados en Barcelona para acompa?ar a Carles en la ¨²ltima funci¨®n de Tricicle. Bajo el t¨ªtulo de Chimpum!, el m¨ªtico tr¨ªo de mimo catal¨¢n consigui¨® poner en pie al Liceo que ejerce tambi¨¦n las funciones de pulm¨®n social e intelectual de su ciudad. Sentado a una fila de Joan Manuel Serrat, Eduardo Mendoza y Joan Laporta, sent¨ª que participaba en algo importante y que era testigo de la manera en que Catalu?a celebra, cuando quiere, a los suyos. Ese aplauso final, despu¨¦s de muchas risas y bajo l¨¢grimas de adi¨®s, fue en s¨ª mismo un triunfo que nos hizo reflexionar acerca de la edad y el talento. El chimp¨²n a a?os de convivencia con Tricicle y sus espect¨¢culos. Cuatro d¨¦cadas interesant¨ªsimas en la historia espa?ola y catalana. Vividas tendiendo puentes entre Julio Iglesias y el seny. O entre el humor f¨ªsico y la iron¨ªa m¨¢s sutil. Puede que, como equipo, Tricicle se despida, pero la f¨®rmula perdurar¨¢, igual que las obras del ballet cl¨¢sico, se disuelven las compa?¨ªas, pero se siguen bailando las coreograf¨ªas.
Despu¨¦s de participar, con botellas de champ¨¢n distintas, pero convergentes, en su divertid¨ªsima e improvisada fiesta de despedida, aterric¨¦ en Londres con el mercado inmobiliario estancado, una inflaci¨®n furiosa y restaurantes repletos. Y, por supuesto, con el animado culebr¨®n de la docuserie de Meghan y Harry contra el racismo, que incluye a la familia real. Esforz¨¢ndome, temprano por la ma?ana, alcanc¨¦ a ver la exposici¨®n sobre Lucien Freud en la National Gallery, donde su crudeza se expone cerca de las salas donde cuelgan las de los grandes maestros que fueron su continua referencia. En la Tate Modern, otro gran maestro, Paul C¨¦zanne, mantiene viva la conversaci¨®n entre la excelencia, lo eterno y lo moderno. Y, c¨®mo no, sobre qu¨¦ es m¨¢s importante: si ganar o participar.
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